Inspeccionando el vaciado del embalse de Enobieta en Artikutza.
near Ategorrieta, País Vasco (España)
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DERRIBAR EL EMBALSE DE ENOBIETA PARA MEJORAR LA BIODIVERSIDAD DEL ECOSISTEMA DE ARTIKUTZA.
Acompañado del amigo Higinio, en una mañanera nos acercamos al poblado de Artikutza, en el término municipal de Goizueta, para ver cómo transcurre el vaciado del embalse de Enobieta.
Un equipo de expertos de la UPV dirigido por Arturo Elosegi estudia en Artikutza la mayor operación de vaciado de un pantano (fuera de uso desde hace más de 40 años y sin el mantenimiento preceptivo legal) en el estado español, a fin de valorar los beneficios y posibles impactos del embalse de Enobieta para la biodiversidad del valle.
El vaciado del embalse que se inició en 2017, se ha visto reducido parcialmente por las fuertes lluvias del pasado invierno/primavera.
En los últimos cuatro años, aguas abajo del embalse, se han derribado viejos canales y diez pequeñas presas que constituían barreras infranqueables para los peces e invertebrados, modificando la dinámica de sedimentos, con retención de los finos aguas arriba de los azudes, alterando así las condiciones del ecosistema de la regata en tramos que podían sobrepasar el centenar de metros.
Antes de la construcción del embalse de Enobieta, el agua suministrada a Donosti provenía de estas pequeñas presas, a través de conductos cuyos restos aún se pueden ver en algunos de sus tramos.
Por cierto, el embalse de Enobieta (que recoge las aguas de la regata del mismo nombre, conocido más como el de Artikutza) se construyó entre 1947 y 1953, pero por problemas graves tanto geológicos (con una ladera de material calizo permeable) como constructivos, redujo sustancialmente su volumen en relación al proyecto de construcción, y fue durante muchos años objeto de varias obras de acondicionamiento muy costosas y de resultados negativos.
Tanto es así que al parecer hasta la puesta en marcha en 1977 del embalse de Añarbe, el suministro del agua a Donostia-San Sebastián, provenía no solo del siempre problemático embalse de vida real útil muy corta sino que también de las diferentes presas ubicadas aguas abajo del embalse.
Echando una ojeada al embalse, el nivel del agua nos pareció que aún había bajado poco, como unos 5 metros (unos pocos centímetros al día).
Desde lo alto de la presa se ve un conducto por el que desembalsa un buen chorro de agua que va a parar al arroyo Artikutza, que un poco más adelante unirá sus aguas a la regata Elama para conformar el río Añarbe, que alimenta al embalse Añarbe, ubicado varios kilómetros aguas abajo en la misma cuenca que el de Enobieta, y que desde los 70 abastece a los 10 municipios que configuran la Mancomunidad de Aguas del Añarbe.
En la cola del pantano ya se ven los primeros efectos del vaciado pues la retirada de las aguas va dejando al descubierto los sedimentos acumulados en el fondo.
Los expertos de la UPV dicen que se sabe muy poco de las consecuencias de la demolición de embalses de grandes dimensiones como este de Enobieta. Los investigadores analizan el estado de las aguas en diferentes tramos del río principal y de sus afluentes para comparar los resultados durante y después del vaciado.
Los investigadores están convencidos de que la eliminación de la presa supondrá grandes beneficios para el ecosistema de Artikutza, ya que durante cien años aquí no ha habido prácticamente ninguna actividad humana, salvo el embalse. Así que piensan que el valor naturalístico de este valle va a aumentar todavía un peldaño más.
Artikutza es uno de los pocos valles que aún hospeda al DESMÁN DE LOS PIRINEOS (ver imágenes), un pequeño mamífero pariente de los topos de jardín, que vive en ríos de aguas limpias, y que ha sufrido una progresiva reducción de las zonas adecuadas para su hábitat, antes distribuidas en el área pirenaica de Francia, en la mitad norte de España y en Portugal.
El desmán, entre sus alimentos favoritos tiene muchos pequeños invertebrados que tras el vaciado del embalse, lo más probable es que aumente su número al mejorar la calidad del río.
Para finalizar, señalar que por información recibida, parece ser que aún está pendiente de definición y redacción el proyecto de derribo del embalse de Enobieta, así que el desembalse tiene para rato.
CONTINUARÁ...
La dificultad de la etapa la hemos considerado como de MODERADA por sus casi 70 km y 1400 m de ascenso acumulado, llegando con las baterías muy justitas.
Acompañado del amigo Higinio, en una mañanera nos acercamos al poblado de Artikutza, en el término municipal de Goizueta, para ver cómo transcurre el vaciado del embalse de Enobieta.
Un equipo de expertos de la UPV dirigido por Arturo Elosegi estudia en Artikutza la mayor operación de vaciado de un pantano (fuera de uso desde hace más de 40 años y sin el mantenimiento preceptivo legal) en el estado español, a fin de valorar los beneficios y posibles impactos del embalse de Enobieta para la biodiversidad del valle.
El vaciado del embalse que se inició en 2017, se ha visto reducido parcialmente por las fuertes lluvias del pasado invierno/primavera.
En los últimos cuatro años, aguas abajo del embalse, se han derribado viejos canales y diez pequeñas presas que constituían barreras infranqueables para los peces e invertebrados, modificando la dinámica de sedimentos, con retención de los finos aguas arriba de los azudes, alterando así las condiciones del ecosistema de la regata en tramos que podían sobrepasar el centenar de metros.
Antes de la construcción del embalse de Enobieta, el agua suministrada a Donosti provenía de estas pequeñas presas, a través de conductos cuyos restos aún se pueden ver en algunos de sus tramos.
Por cierto, el embalse de Enobieta (que recoge las aguas de la regata del mismo nombre, conocido más como el de Artikutza) se construyó entre 1947 y 1953, pero por problemas graves tanto geológicos (con una ladera de material calizo permeable) como constructivos, redujo sustancialmente su volumen en relación al proyecto de construcción, y fue durante muchos años objeto de varias obras de acondicionamiento muy costosas y de resultados negativos.
Tanto es así que al parecer hasta la puesta en marcha en 1977 del embalse de Añarbe, el suministro del agua a Donostia-San Sebastián, provenía no solo del siempre problemático embalse de vida real útil muy corta sino que también de las diferentes presas ubicadas aguas abajo del embalse.
Echando una ojeada al embalse, el nivel del agua nos pareció que aún había bajado poco, como unos 5 metros (unos pocos centímetros al día).
Desde lo alto de la presa se ve un conducto por el que desembalsa un buen chorro de agua que va a parar al arroyo Artikutza, que un poco más adelante unirá sus aguas a la regata Elama para conformar el río Añarbe, que alimenta al embalse Añarbe, ubicado varios kilómetros aguas abajo en la misma cuenca que el de Enobieta, y que desde los 70 abastece a los 10 municipios que configuran la Mancomunidad de Aguas del Añarbe.
En la cola del pantano ya se ven los primeros efectos del vaciado pues la retirada de las aguas va dejando al descubierto los sedimentos acumulados en el fondo.
Los expertos de la UPV dicen que se sabe muy poco de las consecuencias de la demolición de embalses de grandes dimensiones como este de Enobieta. Los investigadores analizan el estado de las aguas en diferentes tramos del río principal y de sus afluentes para comparar los resultados durante y después del vaciado.
Los investigadores están convencidos de que la eliminación de la presa supondrá grandes beneficios para el ecosistema de Artikutza, ya que durante cien años aquí no ha habido prácticamente ninguna actividad humana, salvo el embalse. Así que piensan que el valor naturalístico de este valle va a aumentar todavía un peldaño más.
Artikutza es uno de los pocos valles que aún hospeda al DESMÁN DE LOS PIRINEOS (ver imágenes), un pequeño mamífero pariente de los topos de jardín, que vive en ríos de aguas limpias, y que ha sufrido una progresiva reducción de las zonas adecuadas para su hábitat, antes distribuidas en el área pirenaica de Francia, en la mitad norte de España y en Portugal.
El desmán, entre sus alimentos favoritos tiene muchos pequeños invertebrados que tras el vaciado del embalse, lo más probable es que aumente su número al mejorar la calidad del río.
Para finalizar, señalar que por información recibida, parece ser que aún está pendiente de definición y redacción el proyecto de derribo del embalse de Enobieta, así que el desembalse tiene para rato.
CONTINUARÁ...
La dificultad de la etapa la hemos considerado como de MODERADA por sus casi 70 km y 1400 m de ascenso acumulado, llegando con las baterías muy justitas.
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