Irún-Sunbilla-Irún (1)
near Antzaran, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Tras la “durilla” etapa de ayer con Jos por la Gipuzkoa profunda, hoy tocaba una facilona de recuperación, relajación y disfrute.
Así que los dos con otros colegas del Club Eguzki: Kike, Patxi, Jesús y Txema (este muy a su pesar tuvo que volverse pero eso sí, después de dar buena cuenta a un plato de un par de huevos fritos y tres lonchas de panceta; en la foto se le ve feliz) nos vamos a Sunbilla con un programa la mar de atractivo: chapuzón en la piscina del pueblo y luego “jamada” en el magnífico caserón de Juan Kruz, allá en lo alto del pueblo rodeado de montañas, en donde cuenta con la ayuda del siempre dispuesto “chef “ Imanol.
Después de una deliciosa comida en buena armonía, salimos bajo el parral a tomarnos los cafelitos y un licor alemán, que por cierto estaba “cojonuten”.
Y luego, pletóricos de energía, nos dejamos llevar “cuesta abajo” por la vía verde del Bidasoa, aunque a partir de Lesaka le dimos buena “caña”, para llegar a tiempo a coger el topo en Ficoba.
Esta vez el GPS me jugó una mala pasada, pues perdí la señal dos veces. Así que la relajante etapa de hoy está registrada en tres tracks (habrá que investigar el fallo, ya que al móvil le quedaba aún mucha capacidad de memoria).
En la ida llegamos en topo al centro de Irún. Para evitar coches, en la calle Cipriano Larrañaga tomamos la Jacobo Arbelaitz, por la que ascendemos al parque Mendibil, y continuamos por este precioso barrio (de tantos recuerdos de mi época de chaval), entre chalets y adosados, para descender a la Iparralde Hiribidea, y por detrás del Stadium Gal, de más recuerdos cuando aún de pantalón corto me colaban los mayores para ver los partidos del histórico Real Unión, cuya zaga estaba siempre bien defendida por un enérgico defensa lateral y, por cierto, muy “cañero” llamado Gorriti, jeje.
Continuamos por bidegorri junto a la desembocadura del río Bidasoa hasta Hendaia, para seguir por carril bici hasta Béhobie y luego por la vía verde del tren txikito hasta Sunbilla.
Pero previamente hacemos una parada frente a la histórica “Isla de Los Faisanes”, llamada así aunque no haya tenido faisanes.
La isla que pertenece seis meses a España y seis a Francia, es el condominio más pequeño del mundo y pasará el próximo 1 de agosto a manos galas.
De forma ovalada, con sus 215 metros de largo y 38 de ancho, tiene unos cuantos chopos, maleza, hierba corta, piedras y un monolito que recuerda su momento cumbre en la historia.
Aquí se firmó el 7 de noviembre de 1659 el Tratado de Paz de los Pirineos, que puso fin a un conflicto iniciado durante la Guerra de los Treinta Años.
En virtud de una de las cláusulas, la corte española entregó a la francesa en este islote fluvial (neutral) a la infanta María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, para contraer matrimonio con Luis XIV, el Rey Sol.
La boda por poderes de la Infanta española y el Monarca francés se celebraría en Fuenterrabía en junio de 1660.
El pintor Velázquez que como Gran Aposentador de Palacio de Felipe IV, se encargó de engalanar la parte española del pabellón de la Isla de los Faisanes y el Castillo de Fuenterrabía, enferma a la vuelta del viaje y muere en Madrid.
Fue un trabajo muy intenso el del pintor en esos meses de viaje, ya con 61 años, una edad avanzada para la época, y tenía que adelantarse al monarca en cada etapa para preparar su aposento.
Hacía el camino de noche y trabajaba de día. No hay certeza absoluta, pero los historiadores asocian su muerte con el desgaste de ese viaje.
Así que los dos con otros colegas del Club Eguzki: Kike, Patxi, Jesús y Txema (este muy a su pesar tuvo que volverse pero eso sí, después de dar buena cuenta a un plato de un par de huevos fritos y tres lonchas de panceta; en la foto se le ve feliz) nos vamos a Sunbilla con un programa la mar de atractivo: chapuzón en la piscina del pueblo y luego “jamada” en el magnífico caserón de Juan Kruz, allá en lo alto del pueblo rodeado de montañas, en donde cuenta con la ayuda del siempre dispuesto “chef “ Imanol.
Después de una deliciosa comida en buena armonía, salimos bajo el parral a tomarnos los cafelitos y un licor alemán, que por cierto estaba “cojonuten”.
Y luego, pletóricos de energía, nos dejamos llevar “cuesta abajo” por la vía verde del Bidasoa, aunque a partir de Lesaka le dimos buena “caña”, para llegar a tiempo a coger el topo en Ficoba.
Esta vez el GPS me jugó una mala pasada, pues perdí la señal dos veces. Así que la relajante etapa de hoy está registrada en tres tracks (habrá que investigar el fallo, ya que al móvil le quedaba aún mucha capacidad de memoria).
En la ida llegamos en topo al centro de Irún. Para evitar coches, en la calle Cipriano Larrañaga tomamos la Jacobo Arbelaitz, por la que ascendemos al parque Mendibil, y continuamos por este precioso barrio (de tantos recuerdos de mi época de chaval), entre chalets y adosados, para descender a la Iparralde Hiribidea, y por detrás del Stadium Gal, de más recuerdos cuando aún de pantalón corto me colaban los mayores para ver los partidos del histórico Real Unión, cuya zaga estaba siempre bien defendida por un enérgico defensa lateral y, por cierto, muy “cañero” llamado Gorriti, jeje.
Continuamos por bidegorri junto a la desembocadura del río Bidasoa hasta Hendaia, para seguir por carril bici hasta Béhobie y luego por la vía verde del tren txikito hasta Sunbilla.
Pero previamente hacemos una parada frente a la histórica “Isla de Los Faisanes”, llamada así aunque no haya tenido faisanes.
La isla que pertenece seis meses a España y seis a Francia, es el condominio más pequeño del mundo y pasará el próximo 1 de agosto a manos galas.
De forma ovalada, con sus 215 metros de largo y 38 de ancho, tiene unos cuantos chopos, maleza, hierba corta, piedras y un monolito que recuerda su momento cumbre en la historia.
Aquí se firmó el 7 de noviembre de 1659 el Tratado de Paz de los Pirineos, que puso fin a un conflicto iniciado durante la Guerra de los Treinta Años.
En virtud de una de las cláusulas, la corte española entregó a la francesa en este islote fluvial (neutral) a la infanta María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, para contraer matrimonio con Luis XIV, el Rey Sol.
La boda por poderes de la Infanta española y el Monarca francés se celebraría en Fuenterrabía en junio de 1660.
El pintor Velázquez que como Gran Aposentador de Palacio de Felipe IV, se encargó de engalanar la parte española del pabellón de la Isla de los Faisanes y el Castillo de Fuenterrabía, enferma a la vuelta del viaje y muere en Madrid.
Fue un trabajo muy intenso el del pintor en esos meses de viaje, ya con 61 años, una edad avanzada para la época, y tenía que adelantarse al monarca en cada etapa para preparar su aposento.
Hacía el camino de noche y trabajaba de día. No hay certeza absoluta, pero los historiadores asocian su muerte con el desgaste de ese viaje.
Waypoints
Comments (1)
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!Qué hermosura y placer seguir la ruta con vosotros y desempolvar la historia!