Manacor -Porto Petro - Cala D’or - Ruta Calas Mallorquinas - Centro alto rendimiento Rafa Nadal

Época de postconfinamiento, ferry prácticamente vacío, una Palma sin extranjeros difícilmente imaginable y que se vuelva a repetir verlo.
Ferry desde Valencia a Palma, por la noche. Llegada a Palma, recogida de vehículo y marcha hacia Manacor en coche. De allí, 12:30h, ya todo preparado y montado, emprendemos salida hacia la ruta de las Calas Mallorquinas. Siguiendo un track de alguien que no sé si darle las gracias o acordarme de él para siempre, emprendemos salida con senderos perfectamente asfaltados. Poco a poco se va haciendo más complicado, pasando a camino y de ahí a una senda lleva de piedras incrustadas y enormes, lo que hace que rodar con un patinete sea imposible, a no ser que vayas empujando. Damos la vuelta y seguimos uno de los varios caminos asfaltado que goza esa región mallorquina. Tras revisión, optamos por bordear y seguir vías secundarias asfaltadas, aunque diéramos más vuelta.
El camino se complica: hay un tramo que llegamos a una valla, finca privada, aunque en el maps esté habilitado. Bordeamos esa enorme finca, tras preguntar a un oriundo, por un camino de una ascensión pedregosa muy difícil, y una bajada peligrosa. Una vez andado bastante camino muy malo, con vegetación muy frondosa que dificultaba el paso por la senda, vamos acercándonos hacia la zona más cercana a la costa. Siempre evitando la muy transitada ctra. M-14, que carece casi de arcén y los coches circulan muy rápido. Descartamos ir hasta la cala de .... para acortar e ir a Porto Petro. Comemos un menú en un restaurante La Caracola, pegado a la playa por 11€ , paella y bistecala con patatas de segundo. Cogemos fuerzas y ahora sí ir de vuelta por la ruta de las Calas Mallorquinas. Parada en Cala Gran, un bañito en esas aguas cristalinas de arena blanca y continuamos por Porto Colom, hasta que preguntamos a uno con dos niños de unos 8 y 10’ años, si la senda que iba junto al mar se podría transitar con patinetes. A su asentimiento y mi pregunta si estaba todo el camino hasta Cales de Mallorca así (unos 5kms) me dice que mejoraba. Esta gente de por aquí debe de ser peor que las mismas cabras montesas, porque tuvimos que bajarnos y andar trozos como 30 veces. A todo esto nos adelantan, y sin bajarse de las mountain, estos niños, y nosotros con una sudada que ni pa qué, disco trasero doblado de los golpes contra piedras, chasis como el blandiblu, que a saber con lo que nos encontramos en el regreso.
Resumiendo 50% carreteras secundarias , 10% alguna principal, y 40% caminos, que a lo que originariamente llamaba “pistas” el loco que quisimos emular, las pistas son 30-40% de ellas prácticamente intransitables.
Una experiencia única, con buena compañía, y acordándonos siempre de gente que podría haber, por qué no, estado con nosotros, en esos paisajes tan idílicos y tan poco comunes al devenir diario de las vidas de cada uno. Una experiencia a repetir, eso espero...