Ormaiztegi-Itxaso-Kiskitza-Mandubia-Nuarbe-Beizama-Santa Marina-Tolosa.
near Zubipe, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Con Jos realizo esta etapa entre Ormaiztegi y Tolosa, de lo más variada y sumamente interesante, aunque con alguna dificultad imprevista.
Lástima no haber llevado una pequeña motosierra y un machete en el maletín de las bicis.
Desde la estación del tren ascendemos a la pequeña población de Itxaso, recientemente separada de Ezkio (que habíamos visitado la semana anterior).
No vimos absolutamente a nadie en el pueblo para preguntar por la pista para llegar a la ermita de Kiskitza.
Así que seguimos una señal que indicaba la pista hacia la ermita a poco más de 2 km, que pronto se convirtió en una senda que nos obligó a ir tranquilamente de la mano con nuestras inseparables.
Pero de repente nos encontramos con la senda cortada por la caída, primero de unas ramas y más adelante de varios árboles.
Para atravesarlos tuvimos que mover y romper algunas ramas, y después alzar las bicis ,entre los dos, por encima de los troncos, no sin ciertas dificultades (por eso lo de la motosierra y el machete).
Pasado el susto, encontramos una pista, en parte ciclable, que te lleva hasta la cima de Kiskitxa (de cerca de 700 m) con una ermita marinera, con faro incluido, a pesar de situarse muy distante del mar.
Al parecer, los bosques que la rodean surtían abundante madera a los pequeños astilleros de la costa.
Nos dirigimos luego al alto de Mandubia, encontrándonos con 4 ciclistas del equipo Kuwait-Cartucho.es, que el día anterior habían corrido la Clásica de Ordizia.
Este nuevo equipo profesional creado en enero de 2017, fue presentado en Madrid, y apadrinado por Miguel Indurain y Perico Delgado.
El curioso y variopinto cuarteto compuesto por un venezolano, un marroquí, un kuwaiti y un australiano, estaban entrenándose para la próxima carrera en Getxo.
El venezolano de tan solo 20 años nos cuenta que ha sido campeón nacional contrarreloj durante 3 años y también en pista, y que vista la situación de su país, se ha venido con la novia.
Con los cuatro que tenían muy buen sentido del humor, hicimos nuestras buenas risas mientras reponíamos fuerzas; así el tal Edwin Torres no entendía que aquí los ciclistas cogieran pájaras, pues en los puntos de avituallamiento siempre te dan algo para tomar, cosa que no ocurre en su país.
Nos despedimos, camino ellos para Azpeitia, y nosotros a continuación, pero qué sorpresa la nuestra, cuando en Mantxinbenta, dos ciclistas que resultaron ser Edwin y su colega marroquí, subidos en un pretil, cogiendo ciruelas de dos árboles, nos gritan para que paremos a compartir su festín.
Sacamos una simpáticas fotos.
INCREIBLE!!!, Edwin todavía se debe acordar de su país, donde posiblemente esos serían sus puntos habituales de avituallamiento.
En Nuarbe tomamos el desvío de Beizama, bello pueblo colgado sobre un barranco tupido de bosque de frondosas, por el que pasamos para ascender a la cima de Sta Agueda (700 m) y en el descenso coger a la dcha la ctra que en 3 km te lleva al núcleo de Santa Marina, perteneciente a Albiztur, que situado sobre una mesa de la ladera, tiene unas magníficas vistas del Txindoki, San Donato…y pequeñas poblaciones del sur de Gipuzkoa. IMPRESIONANTE!!!
Tiene la ermita de Santa Marina, de portada románica, por donde pasa una de las rutas jacobeas guipuzcoanas.
Enfrente, al otro lado del camino, está el caserío de Santa Marina Haundi que llama la atención por su gran tamaño y antigüedad. De planta irregular y de gran fondo, es de la primera mitad del siglo XVI; consta de planta baja, primera y bajo cubierta, y funcionó como un antiguo hospital de peregrinos.
Más adelante, sobre una campa de hierba hay una casa rural con rte y una panorámica espectacular de Aralar y alrededores.
En terraza exterior nos sirven un menú muy bueno y barato, y con muy buen servicio. El paraje merece volver en otra ocasión.
Y en rápido descenso nos plantamos en la estación de tren de Tolosa de vuelta a Donosti.
Una bonita etapa recomendable, excepto el tramo Itxaso-Kiskitza, al que habría que encontrar una pista alternativa, posiblemente por alguna inferior que luego conecte con la que te lleva a la ermita.
Por esa razón y por sus más de 1000 m de ascenso acumulado, el track lo hemos catalogado como de “difícil”.
Lástima no haber llevado una pequeña motosierra y un machete en el maletín de las bicis.
Desde la estación del tren ascendemos a la pequeña población de Itxaso, recientemente separada de Ezkio (que habíamos visitado la semana anterior).
No vimos absolutamente a nadie en el pueblo para preguntar por la pista para llegar a la ermita de Kiskitza.
Así que seguimos una señal que indicaba la pista hacia la ermita a poco más de 2 km, que pronto se convirtió en una senda que nos obligó a ir tranquilamente de la mano con nuestras inseparables.
Pero de repente nos encontramos con la senda cortada por la caída, primero de unas ramas y más adelante de varios árboles.
Para atravesarlos tuvimos que mover y romper algunas ramas, y después alzar las bicis ,entre los dos, por encima de los troncos, no sin ciertas dificultades (por eso lo de la motosierra y el machete).
Pasado el susto, encontramos una pista, en parte ciclable, que te lleva hasta la cima de Kiskitxa (de cerca de 700 m) con una ermita marinera, con faro incluido, a pesar de situarse muy distante del mar.
Al parecer, los bosques que la rodean surtían abundante madera a los pequeños astilleros de la costa.
Nos dirigimos luego al alto de Mandubia, encontrándonos con 4 ciclistas del equipo Kuwait-Cartucho.es, que el día anterior habían corrido la Clásica de Ordizia.
Este nuevo equipo profesional creado en enero de 2017, fue presentado en Madrid, y apadrinado por Miguel Indurain y Perico Delgado.
El curioso y variopinto cuarteto compuesto por un venezolano, un marroquí, un kuwaiti y un australiano, estaban entrenándose para la próxima carrera en Getxo.
El venezolano de tan solo 20 años nos cuenta que ha sido campeón nacional contrarreloj durante 3 años y también en pista, y que vista la situación de su país, se ha venido con la novia.
Con los cuatro que tenían muy buen sentido del humor, hicimos nuestras buenas risas mientras reponíamos fuerzas; así el tal Edwin Torres no entendía que aquí los ciclistas cogieran pájaras, pues en los puntos de avituallamiento siempre te dan algo para tomar, cosa que no ocurre en su país.
Nos despedimos, camino ellos para Azpeitia, y nosotros a continuación, pero qué sorpresa la nuestra, cuando en Mantxinbenta, dos ciclistas que resultaron ser Edwin y su colega marroquí, subidos en un pretil, cogiendo ciruelas de dos árboles, nos gritan para que paremos a compartir su festín.
Sacamos una simpáticas fotos.
INCREIBLE!!!, Edwin todavía se debe acordar de su país, donde posiblemente esos serían sus puntos habituales de avituallamiento.
En Nuarbe tomamos el desvío de Beizama, bello pueblo colgado sobre un barranco tupido de bosque de frondosas, por el que pasamos para ascender a la cima de Sta Agueda (700 m) y en el descenso coger a la dcha la ctra que en 3 km te lleva al núcleo de Santa Marina, perteneciente a Albiztur, que situado sobre una mesa de la ladera, tiene unas magníficas vistas del Txindoki, San Donato…y pequeñas poblaciones del sur de Gipuzkoa. IMPRESIONANTE!!!
Tiene la ermita de Santa Marina, de portada románica, por donde pasa una de las rutas jacobeas guipuzcoanas.
Enfrente, al otro lado del camino, está el caserío de Santa Marina Haundi que llama la atención por su gran tamaño y antigüedad. De planta irregular y de gran fondo, es de la primera mitad del siglo XVI; consta de planta baja, primera y bajo cubierta, y funcionó como un antiguo hospital de peregrinos.
Más adelante, sobre una campa de hierba hay una casa rural con rte y una panorámica espectacular de Aralar y alrededores.
En terraza exterior nos sirven un menú muy bueno y barato, y con muy buen servicio. El paraje merece volver en otra ocasión.
Y en rápido descenso nos plantamos en la estación de tren de Tolosa de vuelta a Donosti.
Una bonita etapa recomendable, excepto el tramo Itxaso-Kiskitza, al que habría que encontrar una pista alternativa, posiblemente por alguna inferior que luego conecte con la que te lleva a la ermita.
Por esa razón y por sus más de 1000 m de ascenso acumulado, el track lo hemos catalogado como de “difícil”.
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