Pedaleando hasta los embalses navarros de Leurtza

El objetivo de la etapa de hoy era acercarnos a los embalses de Leurtza, situados entre los pueblos navarros de Urrotz y Beintza-Labaien, en la comarca del Alto Bidasoa.
Para ello nos desplazamos en topo a Hendaia, en cuya estación Josean, mi acompañante de hoy, se da cuenta que se ha dejado la mochila en el bar de la estación de Amara.
Así que para intentar recuperarla, toma de regreso el mismo topo en el que había venido, y mientras tanto yo me doy un “voltio” de reconocimiento por Irún.
El amigo arrantzale Joxe Beñardo a eso lo diagnosticaría como “ansia”, mejor dicho, ansia…nidad, jeje (el mes pasado yo olvidé el casco en el tren, y otro colega del Eguzki también, en un banco de la estación), pero bueno…afortunadamente en los tres casos los hemos recuperado.
Así que con hora y media de retraso, reanudamos ruta desde Ficoba por la vía verde del Bidasoa hasta Doneztebe, primer control de avituallamiento de la etapa.
Desde aquí nos acercamos hacia Donamaria por el precioso valle de Olabidea, junto a la Ezpelura erreka, para después de pasar junto a Oitz, iniciar el ascenso que por la población de Urrotz, nos llevará por duras y prolongadas rampas y vistas espectaculares, a los embalses de Leurtza.
En la entrada nos encontramos con la escultura de la "rana bermeja", como homenaje a esta especie, ahora tan habitual en la zona, pero que por los 70-80 estuvo en peligro de extinción, cuando las ancas de rana, era el plato estrella en varios restaurantes de la zona.
Creo recordar que el afamado y añorado restaurante Josepha de Santesteban era uno de ellos, también con unos canutillos fritos rellenos inolvidables.
Pues bien, bastante “culpa” de que la rana bermeja siga saltando por estos bellos parajes, se debe a mi hoy acompañante baztanés Josean, que la escultura le ha llevado a rememorar aquella época, cuando era uno de los más activos militantes defensores de la naturaleza, bueno y sigue siéndolo, pero quizás no con el brío que daban los veintipico años, jeje.
Eso sí, utilizando medios hiperactivos, casi rozando la ilegalidad, pero bueno…ahora este pequeño anfibio es el más característico del lugar.
Adjunto una pegatina que me ha pasado de una de las campañas de defensa de la rana, allá por 1982/83.
Pedaleamos por una senda circular que rodea los dos embalses situados en una cuenca cerrada cubierta de hayedos, que confieren al enclave un encanto especial, y que han sido declarados Área Natural Recreativa.
Junto a la presa del embalse inferior se puede observar la plaza de la carbonera (pequeño rellano circular) en cuyo entorno anchos y viejos árboles trasmochos fueron desapareciendo para dar paso a los actuales jóvenes hayedos, que nos recuerda el antiguo uso de este bosque para la elaboración artesanal del carbón.
También pasamos por una zona de prados y bordas para el cuidado de las ovejas.
Leurtza es un paraje en el que además de estar protegidos los valores medioambientales y naturales, tiene también regulados usos tan diversos como la explotación hidroeléctrica, la caza, pesca, recolección de setas, la actividad ganadera, forestal, el senderismo, montañismo o el propio baño, que es precisamente lo que hicimos: darnos un chapuzón para refrescarnos del tórrido calor del momento.
También vimos la tubería de presión que baja desde los embalses, que salvando un desnivel superior a los 250 m, alimenta una central (situada río abajo) para la producción eléctrica.
De regreso paramos en Urrotz, ya un poco tarde (las 16 horas) a comer un menú en la terraza del bar de la carretera, que está bien y con un muy atento y rápido servicio.
Con nuevas energías, en descenso continuado hasta Doneztebe y luego por la vía verde del Bidasoa, llegamos a Ia estación del topo de Ficoba en Irún.
Ha sido una etapa considerada como de "moderada" por el calor y sus casi 115 km y 1450 m de ascenso acumulado