Pedaleando por el valle de Lastur y los meandros del río Urola

Imponderables de última hora ya sobre el terreno y sin margen de maniobra, han hecho que la ruta prevista por Higinio, JAM y el que suscribe, haya tenido que ser parcialmente modificada.
Pero sin eliminar el valle de Lastur, que teníamos mucho interés en recorrerlo pedaleando.
La hemos iniciado en Deba, tras viaje comodísimo desde Donosti en topo.
Este precioso valle de Lastur situado entre las cuencas del Urola y Deba, al pie del macizo de Itzarraitz, pertenece al municipio de Deba.
Es un valle cerrado y alargado, de origen kárstico, con apenas regatas en superficie y cantidad de sumideros, surgencias, cuevas y simas.
Se ven también numerosos hundimientos circulares del terreno, conocidos como dolinas.
Una de las excepciones es la regata que desciende a los dos molinos del barrio de Lastur, donde antiguamente los habitantes de la cuenca venían a moler el grano de maíz, pagando por ello un 10% de su valor.
Sus aguas vuelven a desaparecer en el subsuelo para transcurrir subterráneamente por el valle hasta Sasiola y desembocar en el río Deba.
Este valle bien se merece volver otro día con alguna persona experta y conocedora de sus características hidrogeológicas, pero caminando y “sin prisas” y para quedarse a comer.
Se ve también ganado bravo pastando en los prados, las populares betizuak ,una raza vacuna autóctona de las más antiguas de Europa.
Estas reses bravas son lidiadas en la plaza de Lastur, convertida en plaza de toros, en sus tradicionales y afamadas fiestas de setiembre.
En el bar de este pintoresco barrio hemos realizado nuestro control de avituallamiento, por cierto de calidad, con buen servicio y a muy buen precio.
En el albergue de la plaza se veía cierto movimiento de peregrinos, que al no tener sitio en el de Deba, les trasladan a este maravilloso enclave.
Una joven pareja de peregrinos alemanes estaba tan feliz en este paradisiaco y tranquilo paraje, que habían prolongado la estancia para dos noches.
Qué verdad es cuando dicen que lo importante no es tanto llegar a Santiago como "vivir el camino".
Qué envidia!!!
La siguiente parada para contemplar las espectaculares vistas del mar, ha sido la plaza Uztapide del barrio rural de Endoia.
En el caserío Uztapide, hoy convertido su bajo en un bar, nació el gran bertsolari/escritor, al que hemos recordado viendo fotos suyas mientras nos tomábamos unas cervezas.
En un rápido descenso muy pronunciado hemos llegado a Zestoa, para después de bordear los meandros del río Urola, entre Aizarnazabal e Iraeta ,alcanzar Zumaia para regresar en topo a Donosti.
Ha sido una etapa cómoda y de puro disfrute para los sentidos ,con bonitas y generosas vistas, que por sus escasos 40 km y algo más de 600 m de ascenso acumulado, la podemos considerar como de fácil y con solo un consumo del 50% de las baterías.