Pedalear en situación anticiclónica por Orio-Aia-Altzola-Urdaneta-Santa Bárbara-Orio
near Dike, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Con el fin de seguir conociendo con nuestras eléctricas nuevos rincones del interior del territorio, esta vez acompañado por Josean, nos adentramos por lugares remotos del sur del Parque de Pagoeta, en el término municipal de Aia.
Para ello hacemos una circular mañanera desde Orio, a donde hemos llegado en tren, en mañana fría y nublada hasta el mediodía.
Ha resultado ser una etapa bastante exigente (1200 m de ascenso acumulado) por pistas con paisajes extraordinarios de enclaves apenas conocidos por los mendizales, y muy poco por los txirrindularis, que bien se merece visitarlos para puro gozo de los sentidos.
Que se lo pregunten a mi acompañante Josean.
Debido a la nueva situación anticiclónica en la que estábamos inmersos, portamos en cada una de las bicis, los medidores en tiempo real de partículas finas PM2.5, de tamaño inferior a las 2.5 micras (las más dañinas para la salud) a fin de conocer la calidad del aire que respirábamos durante el pedaleo.
De las dos imágenes que se han añadido al reportaje fotográfico, se ve claramente que en el tiempo que duró esta maravillosa etapa, a pesar de los bellos parajes por los que nos movimos, los niveles de contaminación superaban permanentemente los 15 microgramos/m3 de PM2.5, recomendado como valor límite por la OMS.
Con la finalidad de inhalar menos tóxicos, la situación nos obligó, preventivamente, a utilizar la mayor ayuda eléctrica de las bicis, por lo que llegamos a casa con las baterías casi a cero.
OTRA VENTAJA DE TENER BICI ELÉCTRICA: EN CIERTAS OCASIONES TE AYUDA A CHUPAR MENOS HUMOS!!!
Ascendemos a Aia por el polígono industrial de Ubegun, carretera de pocos coches, para pasado el pueblo, seguir dirección alto de Andazarrate, desviándonos en un cruce (con varios contenedores de basura) a la dcha para ascender primero por pista hormigonada y luego descender y atravesar bonitos parajes del sur de Pagoeta, por pistas de tierra y empedradas, algo embarradas y encharcadas pero ciclables, sin bajarnos de las bicis, disfrutando del paisaje del entorno y con vistas del Izarraitz al fondo.
Llegamos finalmente a un fondo de valle donde se encuentra el barrio de Altzola, en el que nos encontramos con varios pabellones de varios centenares de novillas y vacas jóvenes, de raza frisona, conocidas como blanquinegras.
Es un centro de recría de novillas para vacuno de leche, en el que los animales llegan desde sus respectivos caseríos cuando tienen sólo dos o tres meses de vida, y permanecen aquí hasta que cumplen los 22 o 24 meses. Viven en grandes grupos y vuelven a casa preñadas de siete meses con el semen de algún toro de gran pedigrí, seleccionado a tal efecto.
Regresan de nuevo a donde sus dueños, y de allí a un par de meses paren una criatura. A su vez esa cría, cuando tenga sesenta o setenta días de vida, volverá a estas instalaciones. Es lo que se conoce como la recría, siendo su finalidad la mejora de la raza.
Por una pista del interior de Pagoeta nos dirigimos hacia Urdaneta, encontrándome en el camino sorpresivamente con Juan Mari, antiguo colega de trabajo, que estaba recogiendo unas ramas para su hija que vive en un caserío de al lado.
Tras recordar tiempos pasados y comentar lo duro de la vida de “jubis” continuamos camino a Urdaneta, barriada conformada por unas pocas casas alrededor de la Iglesia de San Martín, con varios bares que estaban cerrados, por lo que metemos la directa hacia Zarautz tras la búsqueda de algún lugar para tomar algo que nos hiciera entrar en calor.
Hasta hace pocos años el barrio de Urdaneta no tenía carretera, por lo que se mantuvo con un ciclo de economía autosuficiente, casi cerrada, y con los servicios de un pueblo en miniatura: Iglesia, cura, cementerio, frontón, escuela, maestro, taberna…
En la bajada topamos con la sidrería Izeta, en la que después de reponer fuerzas (lugar muy recomendable, incluso para comer, con un menú del día de 11 euros) atravesamos Zarautz con la idea de ascender a la ermita de Santa Bárbara, pero antes nos encontramos con un espectacular torreón que formaba parte de la finca Vista Alegre donde se situaba el palacio de los Condes de Villapadierna. Era utilizado como lugar de ocio mientras se recreaban con las magníficas vistas sobre Zarautz. Hoy en día forma parte de un bonito parque.
El torreón de Vista Alegre, de estilo neoclásico, es una de las joyas arquitectónicas de Zarautz, y también es una pieza única en el País Vasco, construido hacía el año 1913, siendo uno de los primeros edificios de hormigón armado construidos en Gipuzkoa.
Tras haber permanecido en el olvido durante largos años, el ayuntamiento de Zarautz ha adjudicado recientemente la redacción del proyecto de rehabilitación, cuyas obras al parecer se van a iniciar en breve.
Llegamos finalmente a la ermita de Santa Bárbara construida a principios del siglo XVIII , con unas vistas espectaculares de Zarautz y del mar Cantábrico, y algunos ejemplares de madroños en sus alrededores.
De traza sencilla, la capilla está bien adaptada al relieve del terreno con una escalera por la que se accede a la fachada.
Luego entre viñedos de txakoli, subimos por un tramo de pista empedrada (algo complicadilla sin bajarte de la bici, pero que lo conseguimos) del Camino de Santiago, que me trae bellos recuerdos de cuando lo hice a pie, resultando ser una de las etapas más bonitas del Camino, con unas vistas únicas del ratón de Getaria y de sus grandes extensiones de viñedos.
Descendemos a Zarautz que lo atravesamos por el malecón, aún con abundante arena del azote de los últimos temporales, para luego tras subida al camping y descenso a Orio por el albergue de Diputación, coger el tren de regreso.
Para ello hacemos una circular mañanera desde Orio, a donde hemos llegado en tren, en mañana fría y nublada hasta el mediodía.
Ha resultado ser una etapa bastante exigente (1200 m de ascenso acumulado) por pistas con paisajes extraordinarios de enclaves apenas conocidos por los mendizales, y muy poco por los txirrindularis, que bien se merece visitarlos para puro gozo de los sentidos.
Que se lo pregunten a mi acompañante Josean.
Debido a la nueva situación anticiclónica en la que estábamos inmersos, portamos en cada una de las bicis, los medidores en tiempo real de partículas finas PM2.5, de tamaño inferior a las 2.5 micras (las más dañinas para la salud) a fin de conocer la calidad del aire que respirábamos durante el pedaleo.
De las dos imágenes que se han añadido al reportaje fotográfico, se ve claramente que en el tiempo que duró esta maravillosa etapa, a pesar de los bellos parajes por los que nos movimos, los niveles de contaminación superaban permanentemente los 15 microgramos/m3 de PM2.5, recomendado como valor límite por la OMS.
Con la finalidad de inhalar menos tóxicos, la situación nos obligó, preventivamente, a utilizar la mayor ayuda eléctrica de las bicis, por lo que llegamos a casa con las baterías casi a cero.
OTRA VENTAJA DE TENER BICI ELÉCTRICA: EN CIERTAS OCASIONES TE AYUDA A CHUPAR MENOS HUMOS!!!
Ascendemos a Aia por el polígono industrial de Ubegun, carretera de pocos coches, para pasado el pueblo, seguir dirección alto de Andazarrate, desviándonos en un cruce (con varios contenedores de basura) a la dcha para ascender primero por pista hormigonada y luego descender y atravesar bonitos parajes del sur de Pagoeta, por pistas de tierra y empedradas, algo embarradas y encharcadas pero ciclables, sin bajarnos de las bicis, disfrutando del paisaje del entorno y con vistas del Izarraitz al fondo.
Llegamos finalmente a un fondo de valle donde se encuentra el barrio de Altzola, en el que nos encontramos con varios pabellones de varios centenares de novillas y vacas jóvenes, de raza frisona, conocidas como blanquinegras.
Es un centro de recría de novillas para vacuno de leche, en el que los animales llegan desde sus respectivos caseríos cuando tienen sólo dos o tres meses de vida, y permanecen aquí hasta que cumplen los 22 o 24 meses. Viven en grandes grupos y vuelven a casa preñadas de siete meses con el semen de algún toro de gran pedigrí, seleccionado a tal efecto.
Regresan de nuevo a donde sus dueños, y de allí a un par de meses paren una criatura. A su vez esa cría, cuando tenga sesenta o setenta días de vida, volverá a estas instalaciones. Es lo que se conoce como la recría, siendo su finalidad la mejora de la raza.
Por una pista del interior de Pagoeta nos dirigimos hacia Urdaneta, encontrándome en el camino sorpresivamente con Juan Mari, antiguo colega de trabajo, que estaba recogiendo unas ramas para su hija que vive en un caserío de al lado.
Tras recordar tiempos pasados y comentar lo duro de la vida de “jubis” continuamos camino a Urdaneta, barriada conformada por unas pocas casas alrededor de la Iglesia de San Martín, con varios bares que estaban cerrados, por lo que metemos la directa hacia Zarautz tras la búsqueda de algún lugar para tomar algo que nos hiciera entrar en calor.
Hasta hace pocos años el barrio de Urdaneta no tenía carretera, por lo que se mantuvo con un ciclo de economía autosuficiente, casi cerrada, y con los servicios de un pueblo en miniatura: Iglesia, cura, cementerio, frontón, escuela, maestro, taberna…
En la bajada topamos con la sidrería Izeta, en la que después de reponer fuerzas (lugar muy recomendable, incluso para comer, con un menú del día de 11 euros) atravesamos Zarautz con la idea de ascender a la ermita de Santa Bárbara, pero antes nos encontramos con un espectacular torreón que formaba parte de la finca Vista Alegre donde se situaba el palacio de los Condes de Villapadierna. Era utilizado como lugar de ocio mientras se recreaban con las magníficas vistas sobre Zarautz. Hoy en día forma parte de un bonito parque.
El torreón de Vista Alegre, de estilo neoclásico, es una de las joyas arquitectónicas de Zarautz, y también es una pieza única en el País Vasco, construido hacía el año 1913, siendo uno de los primeros edificios de hormigón armado construidos en Gipuzkoa.
Tras haber permanecido en el olvido durante largos años, el ayuntamiento de Zarautz ha adjudicado recientemente la redacción del proyecto de rehabilitación, cuyas obras al parecer se van a iniciar en breve.
Llegamos finalmente a la ermita de Santa Bárbara construida a principios del siglo XVIII , con unas vistas espectaculares de Zarautz y del mar Cantábrico, y algunos ejemplares de madroños en sus alrededores.
De traza sencilla, la capilla está bien adaptada al relieve del terreno con una escalera por la que se accede a la fachada.
Luego entre viñedos de txakoli, subimos por un tramo de pista empedrada (algo complicadilla sin bajarte de la bici, pero que lo conseguimos) del Camino de Santiago, que me trae bellos recuerdos de cuando lo hice a pie, resultando ser una de las etapas más bonitas del Camino, con unas vistas únicas del ratón de Getaria y de sus grandes extensiones de viñedos.
Descendemos a Zarautz que lo atravesamos por el malecón, aún con abundante arena del azote de los últimos temporales, para luego tras subida al camping y descenso a Orio por el albergue de Diputación, coger el tren de regreso.
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Hiver comme été.