Soria Ólvega por la senda del agua

En el 2019, durante mi viaje de vacaciones
https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/3-soria-tudela-por-la-senda-del-agua-40703906
recorrí esta misma ruta, solo que en un solo día y con bicicleta pulmonar, y en solitario. Como la ruta lo merece, y sobre todo merece recorrerla con más calma, he vuelto a hacerla, pero en dos días.
El día arranca en Soria, como es habitual con bastante fresco. Unas fotos de rigor en el parque de la Alameda de Cervantes, con monumentos, una pradera, las letras de Soria y un mastín hecho de azulejos (yo creo que son gran danés, pero bueno) un poquito de callejeo y, por una acera con árboles y fuentes bajamos hasta el Duero, a los pies de la ermita de San Saturio.
Esta ermita está construida aprovechando una cueva natural en una peña sobre el río. Merece la pena visitarla.
El camino natural sigue por una pista en la margen izquierda del Duero. Pasamos por la estatua de un joven Bécquer, observado por un gato, y por el monasterio de San Juan de Duero. Cada capitel es una joya, hay que entrar.
Salimos por una senda que cruza el río y se hace pasarela. Ojo con los cruces que es estrecha. Y así vamos viendo a la derecha el cerro de Numancia. Se cruza Garray y se afronta la cuesta que nos deja a la entrada del recinto.
Numancia fue el símbolo de resistencia ibera frente a Roma. Su historia se empezó a recuperar de manera romántica a finales del siglo XIX, tras siglos de olvido, hasta adjetivar una resistencia llevada al límite. A día de hoy quedan los restos del poblado íbero y de alguna villa romana. Y la reconstrucción de parte de la muralla y de un par de casas.
Genial, pero ya es la hora de comer y casi no hemos salido de Soria. Bajamos a Garray, a una tienda de alimentación y nos hacemos un bocata.
A partir de ahora las pistas amplias de cultivo serán nuestro campo de juegos. Amplias llanuras de cereal mientras los pueblos aquí y allá nos miran a lo lejos, o directamente los cruzamos. Renieblas y su estanque junto a su iglesia merece foto. En cambio, el campamento romano de Escipión, bueno sus ruinas, que me esperen sentado. Aldehuela de Peribáñez tiene fuente, aprovechadla aunque diga “no potable”, yo sigo vivo. Jugaremos un trecho con el ferrocarril Soria-Castejón, clausurado en 1986, mantiene las vías pero las estaciones ya son ruina casi todas.
Tras un cacho de carretera local que nos acerca a Omeñaca, tenemos un trozo de toboganes cuesta arriba, y así llegamos a la torre de Los Salvadores, aunque es más pegadizo su sobrenombre: La Pica.
A los pies de Las Pica hay un fotogénico merendero, pero la fuente está contaminada. Mejor cruzar un antiguo puente, pasar junto a otra torre y llegar a Pozalmuro. Ahí hay un bar que, ay, nos encontramos cerrado. Pero las fuentes, en la plaza y a la salida del pueblo, si están abiertas. Nos van a venir bien para afrontar la subida a la sierra; de tierra, un poco suelta, con muchos travesaños de madera para desviar el agua de lluvia, pero que hacen sus pequeños escalones y eso aumenta la dificultad de la subida. El premio por el esfuerzo: el mirador del Moncayo. No solo podemos ver la cima culminante de las provincias de Soria y Zaragoza, sino todo el camino que hemos dejado atrás desde nuestra visita a la Pica.
La primera rampa de la bajada, muy empinada también, nos obliga a estar muy atentos con los frenos. Algún tobogán todavía tendremos que pasar antes de afrontar la bajada hacia Ágreda, mientras bajamos los travesaños de madera. Y entonces nos cruzamos con una vieja conocida: la línea férrea Soria-Castejón. Ojo, que este cruce hay que cruzarlo desmontado, hay mucho desnivel hasta la vía, no es un paso a nivel como los que hemos cruzado antes. Un par de fotos haciendo el ganso y seguimos la bajada hasta el cruce con la carretera hacia ólvega. El camino natural sigue recto, buscando muro de Ágreda y la propia Ágreda, al no encontrar alojamiento allí nos desviamos hacia Ólvega, Lugar de nacimiento de Emiliano Revilla, que cambió los chorizos por el negocio inmobiliario… No fue un cambio muy brusco… Por el arcén de la carretera llegamos tranquilamente, la falta de tiempo nos impide recorrer una vía verde que llega hasta una mina, una excelente excusa para volver por aquí