Tolosa-Leaburu-Gaztelu-Belauntza-Ibarra-Tolosa-Bedaio-Amezketa-Alegia (1)
near Tolosa, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
En otra mañana soleada de invierno (subiendo a Bedaio llegó a los 20 grados) con Higinio y Jos, pretendemos continuar conociendo la Gipuzkoa profunda, esta vez la comarca de Tolosaldea.
Desde Tolosa (en tren hasta aquí) subimos al cementerio de San Blas para continuar por pista de tierra entre arbolado hasta la pequeña población de Leaburu, con unas vistas espectaculares de Tolosa en el fondo del valle y de los montes Ernio, Txindoki, sierra de Aralar y detrás la de Aizkorri.
IMPRESIONANTE la panorámica desde su OSTATU mientras nos tomamos un cafelito!!!
Ascendemos cómodamente por asfalto a Gaztelu donde acaba la carretera, a diferencia de la vez anterior que lo hicimos por una senda impracticable para el pedaleo y nada recomendable.
Gaztelu es otra preciosa población en lo más alto de la comarca, con unos bellos caseríos y casonas de piedra, desde donde también hay unas bonitas vistas de los montes del entorno.
Entablamos conversación con un casero jatorra oriundo de Navarra, que andaba en el caserío con sus tareas de labranza y que nos aclaró el nombre del monte que teníamos enfrente, al que yo quería cambiar de nombre.
Indicar que desde aquí se puede seguir ascendiendo por excelente pista de tierra para finalmente descender a Berastegi en otro precioso valle (lo hicimos hace poco tiempo).
Descendemos de nuevo a Leaburu para dirigirnos a Belauntza, población desde la que hay también unas bellas y amplias vistas del valle y montañas del entorno, pero más grande y extensa, y con menos encanto que las dos anteriores.
Seguimos descendiendo hasta la populosa Ibarra pero muy agradable con su plaza y el río Berastegi que la atraviesa; por un bidegorri paralelo al río llegamos a mi pueblo natal (Tolosa), que lo recorremos también por bidegorri, ahora junto al Oria, que baja limpio y caudaloso.
En Alegia nos adentramos al valle Amezketa, que por carretera junto al río del mismo nombre, llegamos al barrio de Ugarte, en el que tomamos el desvío que en 7 km asciende a Bedaio, barrio de Tolosa, donde termina la carretera.
Subir en bici a Bedaio, situado al pie del monte Balerdi, junto a la Bedaio erreka y finalmente por la Inpernuerreka, en un día laborable sin coches, es una experiencia inolvidable e irrepetible.
Vas alejándote lentamente de todo vestigio humano hasta encontrarte finalmente, después de varios km de suave pedaleo, con este barrio que es como una isla tolosarra rodeada por terrenos pertenecientes a otras poblaciones: Altzo, Lizartza, Orexa, Gaztelu, Amezketa, Alegia y alguna navarra.
Qué curiosidad geográfica la de este bello y aislado enclave situado en el punto más alto de Tolosa!!!
Bedaio está compuesto por un grupo reducido de casas, agrupadas en torno a la iglesia, y por varios caseríos dispersos por las faldas del monte Balerdi.
Uno de sus caseríos, el Gurbil Haundi, ha sido catalogado como el más grande de Gipuzkoa, con un patio central de mucho encanto.
Se cuenta que este caserío fue construido para usarlo como cárcel; durante la guerra carlista, al ser un paso estratégico entre Gipuzkoa y Navarra, fue un cuartel, usando el amplio patio como establo para los caballos.
Por otro lado, indicar que Bedaio ha sido uno de los latifundios
mayores de Gipuzkoa, en manos del tolosarra marqués de Elósegui (el de la fábrica de boinas) propietario de montes y caseríos de Bedaio.
En el magnífico reportaje fotográfico de Jos se recogen varias imágenes de este entrañable paraje.
Dejamos ya casi a las 3, con pena pero con mucha hambre, este insólito oasis para bajar a Amezketa, a ver si encontrábamos algún sitio para comer algo.
Llegamos al bar/rte de una plaza, curiosamente con una pista de tenis enfrente, en una de cuyas mesas de la terraza al sol, había 4 guapas lugareñas tomándose sus cafés, que nos animaron a aparcar nuestras inseparables, al decirnos que ya nos darían el menú del día, como así fue, en una mesa contigua a la suya.
Y no solo eso, sino que mientras nos preparaban las viandas, hablando de la tierra de Fernando Amezketarra (que por cierto, luego vimos que tenía un busto en el frontón), resulta que una de ellas, Pepi, amiga de la familia de mi madre (oriunda de aquí), conocía hasta mi nombre y pormenores de mi niñez, después de más de 40 años que no nos veíamos. INCREÍBLE!!!
La ocasión mereció un fuerte abrazo con Pepi y una instantánea del amigo Jos que recogiera este emotivo y sorpresivo momento de la jornada, en el que hablamos de la ctra de Alegia a Amezketa, en la que mi padre conoció a mi madre, mientras ella iba en bicicleta, del caserío Laturu en el que se crió mi madre, de la parroquia de San Bartolomé donde se casaron mis padres, del molino de Alegría, rte donde celebraron el banquete y hasta una de las simpáticas amigas de Pepi, me dijo que mi madre había ayudado a no sé quién en la crianza de sus hijos, mientras tuvo algún problema de salud.
Como dice el refrán navarrico, el mundo es un “pañuelico”.
Después de despedirnos de Pepi y sus agradables amigas, dimos una rápida batida por Laturu, junto al frontón, la parroquia de San Bartolomé en las afueras, hacia el cementerio, y el antiguo Molino, ya de vuelta para coger el tren en Alegia.
Queda pendiente para la siguiente salida Altzo y resto de poblaciones de Tolosaldea, a la que habrá que añadir de nuevo la tierra de Fernando Amezketarra, vista la hospitalidad recibida.
Y para acabar, decir que no hay momento mejor que este, para señalar que en nuestras innumerables rutas en bici por la Gipuzkoa profunda, además del ejercicio físico y conocimiento y disfrute de su patrimonio natural, histórico, monumental, gastronómico... (parajes naturales, bellos paisajes, poblaciones con sus cascos viejos, monumentos, iglesias, ermitas, caseríos, casonas, palacios, menús del día …) hay otra componente, no menos importante que las anteriores: la social, la sociológica como la llaman otros, no solo para conocer a sus gentes sino para coincidir inesperada y sorpresivamente con antiguos conocidos, colegas de trabajo, amigos de la familia y …, como nos viene ocurriendo en muchas de nuestras salidas txirrindularis.
Desde Tolosa (en tren hasta aquí) subimos al cementerio de San Blas para continuar por pista de tierra entre arbolado hasta la pequeña población de Leaburu, con unas vistas espectaculares de Tolosa en el fondo del valle y de los montes Ernio, Txindoki, sierra de Aralar y detrás la de Aizkorri.
IMPRESIONANTE la panorámica desde su OSTATU mientras nos tomamos un cafelito!!!
Ascendemos cómodamente por asfalto a Gaztelu donde acaba la carretera, a diferencia de la vez anterior que lo hicimos por una senda impracticable para el pedaleo y nada recomendable.
Gaztelu es otra preciosa población en lo más alto de la comarca, con unos bellos caseríos y casonas de piedra, desde donde también hay unas bonitas vistas de los montes del entorno.
Entablamos conversación con un casero jatorra oriundo de Navarra, que andaba en el caserío con sus tareas de labranza y que nos aclaró el nombre del monte que teníamos enfrente, al que yo quería cambiar de nombre.
Indicar que desde aquí se puede seguir ascendiendo por excelente pista de tierra para finalmente descender a Berastegi en otro precioso valle (lo hicimos hace poco tiempo).
Descendemos de nuevo a Leaburu para dirigirnos a Belauntza, población desde la que hay también unas bellas y amplias vistas del valle y montañas del entorno, pero más grande y extensa, y con menos encanto que las dos anteriores.
Seguimos descendiendo hasta la populosa Ibarra pero muy agradable con su plaza y el río Berastegi que la atraviesa; por un bidegorri paralelo al río llegamos a mi pueblo natal (Tolosa), que lo recorremos también por bidegorri, ahora junto al Oria, que baja limpio y caudaloso.
En Alegia nos adentramos al valle Amezketa, que por carretera junto al río del mismo nombre, llegamos al barrio de Ugarte, en el que tomamos el desvío que en 7 km asciende a Bedaio, barrio de Tolosa, donde termina la carretera.
Subir en bici a Bedaio, situado al pie del monte Balerdi, junto a la Bedaio erreka y finalmente por la Inpernuerreka, en un día laborable sin coches, es una experiencia inolvidable e irrepetible.
Vas alejándote lentamente de todo vestigio humano hasta encontrarte finalmente, después de varios km de suave pedaleo, con este barrio que es como una isla tolosarra rodeada por terrenos pertenecientes a otras poblaciones: Altzo, Lizartza, Orexa, Gaztelu, Amezketa, Alegia y alguna navarra.
Qué curiosidad geográfica la de este bello y aislado enclave situado en el punto más alto de Tolosa!!!
Bedaio está compuesto por un grupo reducido de casas, agrupadas en torno a la iglesia, y por varios caseríos dispersos por las faldas del monte Balerdi.
Uno de sus caseríos, el Gurbil Haundi, ha sido catalogado como el más grande de Gipuzkoa, con un patio central de mucho encanto.
Se cuenta que este caserío fue construido para usarlo como cárcel; durante la guerra carlista, al ser un paso estratégico entre Gipuzkoa y Navarra, fue un cuartel, usando el amplio patio como establo para los caballos.
Por otro lado, indicar que Bedaio ha sido uno de los latifundios
mayores de Gipuzkoa, en manos del tolosarra marqués de Elósegui (el de la fábrica de boinas) propietario de montes y caseríos de Bedaio.
En el magnífico reportaje fotográfico de Jos se recogen varias imágenes de este entrañable paraje.
Dejamos ya casi a las 3, con pena pero con mucha hambre, este insólito oasis para bajar a Amezketa, a ver si encontrábamos algún sitio para comer algo.
Llegamos al bar/rte de una plaza, curiosamente con una pista de tenis enfrente, en una de cuyas mesas de la terraza al sol, había 4 guapas lugareñas tomándose sus cafés, que nos animaron a aparcar nuestras inseparables, al decirnos que ya nos darían el menú del día, como así fue, en una mesa contigua a la suya.
Y no solo eso, sino que mientras nos preparaban las viandas, hablando de la tierra de Fernando Amezketarra (que por cierto, luego vimos que tenía un busto en el frontón), resulta que una de ellas, Pepi, amiga de la familia de mi madre (oriunda de aquí), conocía hasta mi nombre y pormenores de mi niñez, después de más de 40 años que no nos veíamos. INCREÍBLE!!!
La ocasión mereció un fuerte abrazo con Pepi y una instantánea del amigo Jos que recogiera este emotivo y sorpresivo momento de la jornada, en el que hablamos de la ctra de Alegia a Amezketa, en la que mi padre conoció a mi madre, mientras ella iba en bicicleta, del caserío Laturu en el que se crió mi madre, de la parroquia de San Bartolomé donde se casaron mis padres, del molino de Alegría, rte donde celebraron el banquete y hasta una de las simpáticas amigas de Pepi, me dijo que mi madre había ayudado a no sé quién en la crianza de sus hijos, mientras tuvo algún problema de salud.
Como dice el refrán navarrico, el mundo es un “pañuelico”.
Después de despedirnos de Pepi y sus agradables amigas, dimos una rápida batida por Laturu, junto al frontón, la parroquia de San Bartolomé en las afueras, hacia el cementerio, y el antiguo Molino, ya de vuelta para coger el tren en Alegia.
Queda pendiente para la siguiente salida Altzo y resto de poblaciones de Tolosaldea, a la que habrá que añadir de nuevo la tierra de Fernando Amezketarra, vista la hospitalidad recibida.
Y para acabar, decir que no hay momento mejor que este, para señalar que en nuestras innumerables rutas en bici por la Gipuzkoa profunda, además del ejercicio físico y conocimiento y disfrute de su patrimonio natural, histórico, monumental, gastronómico... (parajes naturales, bellos paisajes, poblaciones con sus cascos viejos, monumentos, iglesias, ermitas, caseríos, casonas, palacios, menús del día …) hay otra componente, no menos importante que las anteriores: la social, la sociológica como la llaman otros, no solo para conocer a sus gentes sino para coincidir inesperada y sorpresivamente con antiguos conocidos, colegas de trabajo, amigos de la familia y …, como nos viene ocurriendo en muchas de nuestras salidas txirrindularis.
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Comments (2)
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Lo que mas me gusta son los comentarios que describes ya que haces ver que uno lo este viendo in situ esas zonas. Gracias y sigue igual con tus narraciones. Un saludo
Gracias Javier, a ver si coincidimos en alguna de esas georutas a pie y tú hecho ya un experto de wikiloc