Area autocaravanas Zaragoza. Ruta 5: Galacho de Juslibol. Mirador de Alfocea

En esta ruta recorreremos espacios naturales cercanos a la ribera del Ebro por varios de sus sotos además del clásico recorrido dentro de los Galachos de Juslibol. Primeramente nos acercaremos a la localidad vecina de Juslibol para ir luego a Alfocea para contemplar una estupenda vista desde su mirador.


El Galacho de Juslibol es un espacio de alto valor paisajístico, ecológico y cultural,situado en la margen izquierda del río Ebro, a unos 5 km. del centro de Zaragoza.

Itinerarios:

Los sotos, las selvas del Ebro: A través de este paseo podremos disfrutar del canto de los pájaros, y perdernos entre la vegetación, además de descubrir el papel que tienen todos los "personajes" que allí viven.

El paisaje del agua: Para pasear sin prisa, sin dificultad... acerquémonos a los susurros del agua; caminaremos entre lagos y disfrutaremos de un paisaje lleno de contrastes y sorprendente.

Mirador de la Estepa: Nos asombraremos de la capacidad de adaptación que tienen las plantas y animales, para poder sobrevivir a las duras condiciones que poseen estos espacios naturales del Valle Medio del Ebro.


Desde el Centro de Visitantes del Galacho de Juslibol, ubicado en el propio espacio natural, se organizan actividades divulgativas dirigidas a niños y adultos que te ayudarán a conocer más a fondo la flora y la fauna de este entorno medioambiental protegido a las puertas de la ciudad de Zaragoza.

Se trata de un lugar único y singular que ocupa unas 100 hectáreas en el que confluyen ecosistemas muy diferentes: el río Ebro, las lagunas (antiguas graveras) y el galacho (antiguo meandro del Ebro), los cortados de yesos y la zona esteparia, desde donde se puede observar el paisaje característico del valle medio del Ebro.

Por cierto, te recomendamos llegar hasta el galacho en el Tren del Carrizal, te lleva hasta la misma puerta del centro de interpretación y ¡es divertidísimo!

Interés geológico: la fluctuante dinámica del río Ebro durante el Cuaternario (no existía anteriormente), en función de la litología sobre la que ha ido fluyendo y de su propio caudal, da lugar a su serpenteante itinerario que ha cambiado ya varias veces. Los galachos son la evidencia de este hecho, también acontecido en el río Mississippi o el río Amazonas, y en Aragón es un ejemplo único.