Camino del Cid / ANILLO DE GALLOCANTA

Las fértiles tierras del río Jiloca fueron siempre muy codiciadas. Así se entiende el infinito rosario de pueblos y tierras cultivadas que hay por doquier y claro, la presencia del Cid y sus huestes durante años batallando por estos lares. Y un territorio, las Lagunas de Gallocanta y alrededores, de una belleza excepcional, con el añadido de ser un parque ornitológico de importancia superlativa.
En lo deportivo, la ruta tiene dos partes bien diferenciadas, la primera hasta Berrueco, todo asfalto, con la subida al Puerto de Balconchán y luego el paseo por los cielos de la Laguna de Gallocanta, casi siempre con el viento en la cola; y una segunda parte, por pistas principalmente, que se adentra por valles de una belleza exquisita. Mención especial al valle de Castejón de Tornos. Brutal!!, y más en esta época del año😍
El día gris y frío. No superará el termómetro los 10⁰C, y el viento del Norte que no falte. Así la salida de la monumental Daroca y tirando por asfalto al pueblo perdido de Balconchán, donde charlo brevemente con una pareja de ancianos, afanados en cargar los cántaros (de plástico) en la fuente. Luego la carretera se empina y estrecha, avisando del pésimo estado del firme. Parajes de una soledad extrema y cuando gano el alto más de lo mismo, si bien ahora se abren grandes espacios. Es la enorme planicie de la Laguna de Gallocanta. Vuelo en bajada ahora con el firme más regular, y en un cruce me voy a derechas al pueblo de Used, donde sellan el salvoconducto. Con el sello y la chapa en la butxaca pongo rumbo Sur a la Laguna con el viento por fin a la espalda. Vuelo rápido y bajo, como el grajo, con un frío del carajo. Paro y entre foto y foto la meada en mata por aquello de no salpicar, y de golpe un estruendo, como si se abriese la tierra a mis pies. Vuelvo la cabeza y veloces se acercan lo que parece una grupeta ciclista pero no. Son sin duda hombres del Cid Campeador, jinetes al galope las capas al viento y el estruendo de los hierros sarracenos. Al pasar a mi lado el alma helada y la entrepierna cálida de la meada...
En el pueblo de Gallocanta el sello y la chapa en el Centro de Interpretación y continúo luego a Berrueco, con ligera subida, las estribaciones entre la llanura y la sierra. El pueblo semeja abandonado. Nadie!! Y eso que es festivo, o quizá por eso... A la salida tomo pista de tierra marcada como Camino del Cid. Rodeado de quejigos, robles, pinos, olvido el viento, qué placer!
La ligera pendiente se corta en seco en un mirador de esos que no se olvidan. A mis pies el valle de Castejón de Tornos con mil tonos de verdes y amarillos, aderezados con un cielo encapotado. Tremendo! Las fotos y más fotos y luego una bajada y el paseo por entre medias del valle hasta entrar en el pueblo. Al pasarlo viro a izquierdas para encontrarme de nuevo el viento en la cara y ahora los paisajes igual de solitarios y más montañeros. Siempre por pistas en general en buen estado y siempre las marcas del Camino del Cid. Todo un detalle jeje. Entro en una zona boscosa y comienza una bajada trepidante al pueblo de Val de San Martín, donde vuelvo a no ver a nadie. A la salida casi siempre en bajada y alternando los caminos de tierra con otros asfaltados hasta Valdehorna, y más allá los últimos kms hasta el punto de partida en Daroca, con la lluvia tenue que se suma al gélido frío. Y en las puertas de la ciudad cierro el track con forma de porrón de vino, a ser posible un garnacha somontano.