Entre el Somontano y el Sobrarbe. Lamata-Puerto del Pino-Abizanda-Naval-San Benito. 27-AGO-2022

Carreteras desiertas que suben a puertos remotos, pueblos, villas y lugares con interés, pistas pendientes, ermitas despejadas, silencio en las alturas.
Desde el pueblo de Lamata, lugar (en orden ascendente de importancia: aldea, lugar, villa) con casas solariegas desde el siglo XVI, se baja durante un kilómetro hasta la unión con la carretera que comunica Aínsa y Barbastro, A-138; seiscientos metros por ella para dejarla en un cruce a la derecha hacia Escanilla (está marcado como Circuito ciclista de Escanilla) y por ella subimos, sin desviarnos al pueblo de Escanilla, llegando a otro cruce con indicadores en el que seguimos recto. Cuatro kilómetros más adelante, con ligeras subidas y reposos, llegamos a otra intersección: a la izquierda el pueblo de Abizanda, a la derecha el Puerto del Pino. Es muy conveniente acercarse al pueblo para ver de cerca el caserío y la torre medieval encaramada sobre un cerro prominente. Ida y vuelta son 2 km.
De nuevo en la carretera seguimos el ascenso al Alto del Pino, un puerto de 6 km señalizado por indicadores desde el comienzo y en cada uno de los kilómetros con información de los porcentajes de pendiente, para ir regulando sin agobios. La carretera estrecha, pero de buen firme, se sube sin grandes dificultades hasta llegar a lo alto. Buenas vistas del Somontano de Barbastro para relajarse un momento y seguir el viaje hacia el siguiente objetivo: el pueblo de Naval. Cinco kilómetros de bajada rápida para llegar en un verbo a Naval. Es un pueblo con tradición cerámica y un entramado urbano de calles más moras que cristianas. En la plaza mayor hay terrazas para hacer un alto en el camino.
Salimos del pueblo por una carretera que enseguida se deja para tomar una pista amplia con piedra suelta en dirección Norte, el Camino del Agua y de San Benito, según los postes indicadores. Son ocho kilómetros de subida por pista buena y pedregosa con tramos más pendientes que llevan a la Ermita de San Benito, en lo alto de un alcor. La ermita no tiene mayor gracia y descendemos enseguida a la pista, ahora en descenso. Este es el tramo más difícil para una bici gravel: piedra suelta y fuerte pendiente en el límite de lo que se puede bajar con unas cubiertas no muy generosas (38 mm). Pero haciendo equilibrios es posible el descenso sin desmontar. Más adelante la pista deja de ser tan inclinada y se baja sin dificultad hasta el pueblo de Lamata.