La Rekorta Gravel 2022

El día 15 de octubre tuvo lugar la primera quedada de gravel en Cantabria y espero que no sea la última.
La organización no escatimó en detalles, como por ejemplo; la entrada al Parque Natural de Cabárceno, avituallamientos abundantes, cena y sorteo de regalos. Una organización volcada para que todo fuera a pedir de boca y que cada uno de los ciclistas que estuvimos dado pedales acabasemos contentos y felices.

La salida se hizo a la 8 de la mañana desde el parque de Riosequillo situado el La Concha de Villaescusa. Después de unas breves instrucciones y acompañados por focos y luces, comenzamos nuestra aventura.
Comenzamos por un sendero y nos debemos de poner todos en fila de uno para poder tomar camino. El motivo por el cual se ha salido pronto no es otro que la visita al Parque Natural de Cabárceno antes de que abra sus puertas a un nuevo día a todos los visitantes que recibe este maravilloso lugar.
Una vez dentro podemos ir todos en grupo e ir pasando por distintos lugares y donde podemos ver a los animales en semi libertad. Un gran espacio que tienen y donde sus cuidadores se esmeran día a día para que nos les falte de nada. En nuestro paseo por el parque, subimos hasta un mirador donde podemos ver el amanecer y toda la bahía de Santander. Además, desde este punto, podemos ver la inmensidad del parque y es donde se puede coger el funicular que atraviesa todo este lugar tan maravilloso. A las 9:30, hora que abre el parque sus puertas, abandonamos este lugar.
Quiero dejar claro que, para los que se decidan a descargar la ruta y poder hacerla, se sigue perfectamente, ya que la entrada al parque no influye en el track, solo hay que tener en cuenta que de los datos finales que han salido se debe descontar 12 kilómetros y 500 metros de desnivel que es lo que anduvimos por Cabárceno.

Tras una breve parada en las puertas del parque, el grupo se divide en dos; los que hacen la ruta corta y los de la larga. En mi caso, voy camino de la ruta larga. Comenzamos a rodar y nos adentramos por una senda preciosa donde pudimos disfrutar. A continuación comienzan las hostilidades. La cosa se pone seria y tenemos la primera subida dura de unos 3 kilómetros de larga y con bastante piedra. Para colmo nos encontramos con unas motos que bajaban. Tras un ligero descenso comienza la gran ascensión de la jornada y por la que vamos redeando el monte El Caballar. 9 kilómetros de subida que en algún tramo la pendiente se hace dura.
El descenso es una auténtica maravilla sobre todo para los que bajan disfrutando y con velocidad. Después del descenso, tenemos que cruzar una carretera y la organización dispuso de personal para facilitarnos el cruzar. Posteriormente llegábamos al primer avituallamiento que se dispuso en la localidad de Totero.

Después saciar nuestra hambre y sed, volvemos a los pedales. Todavía ns queda mucho y es que tan sólo llevamos 50 kilómetros.
Al llegar a Casa del Monte, tenemos otro repecho de poco más de 2 kilómetros que comienza en asfalto y pasa a gravilla. El descenso es bastante pedregoso que nos lleva hasta Liérganes, localidad donde se tiene que extremar la precaución porque hay mucho coche y mucha gente.
Poco después llegamos a La Cavada, donde debemos de pararnos porque se apróxima un tren de cercanías.
Desde La Cavada tenemos aproximadamente unos 30 kilómetros , donde debemos de salvar pequeños repechos. Llegados así a Güemes, la organización ha dispuesto de un segundo avituallamiento.

Después de comer y beber tenemos ante nosotros un nuevo repecho, posiblemente puede ser considerado el último de los repechos duros y el que nos lleva después a llegar a la costa del Mar Cantábrico donde podemos disfrutar de sus acantilados. Desde este punto, por delante tenemos casi 10 kilómetros de sendas con bancos de arena, piedras y zonas divertidas y que nos hace pasar por Loredo y llegar así al bonito pueblo costero de Somo.

Después de pasar un largo puente nos meternos de lleno en un paseo que va bordeando toda la bahía de Santander y que nos lleva has El astillero. Desde aquí vamos por asfalto y carril bici hasta llegar a nuestro punto de partida.

Desde estas líneas quiero agradecer a toda la organización que estuvo volcada con todos los ciclistas en todo momento siendo asi, un gran día de gravel.
En la ruta pudimos disfrutar de la montaña en su estado puro; de los temidos repechos de hormigón rallado y de toda la costa. Un recorrido muy variado que nos ha sorprendido gratamente y que estamos esperando ya la nueva edición.