Murcia - Vía Verde de la Costera Sur - Cañadas de San Pedro - Sucina (y vuelta)

Ruta de ida y vuelta en bicicleta de gravel (Kona Rove “la Mandarina”) por carretera en su mayoría, de Murcia a Sucina, y vuelta a Murcia por el mismo camino.

Salgo de la que fue iglesia del Convento de Verónicas en el lateral del Mercado del mismo nombre.

Por el carril bici Murcia Río, hasta el puente que lo cruza para dirigirnos por el Camino de Puente Tocinos, a Beniaján, primera de las pedanías de la Vía Verde de la Costera Sur.

Beniaján es una localidad del municipio de Murcia.
Se emplaza en la Huerta de Murcia, al pie de la extensa sierra que cierra el valle del río Segura por el sur, justo donde el Puerto del Garruchal abre uno de los pasos naturales que comunica con la depresión litoral del Mar Menor. Cuenta con una población de unos 11.000 habitantes (beniajanenses) en una extensión de unos 14 km². Se encuentra a unos 5 km del centro de la capital, en el centro del área sub-comarcal denominada Cordillera Sur.

La Vía Verde de la Costera Sur, o de las Pedanías, recupera un tramo deshauciado de la antigua línea Madrid - Cartagena en desuso desde 2008. Recorre parte de siete núcleos urbanos del este de la ciudad de Murcia. Un entorno que combina las zonas periurbanas de la capital murciana con las zonas de huerta y las vistas montañosas al fondo, son sus señas de identidad.

Llegamos a Cañadas de San Pedro, la pequeña pedanía en habitantes (poco más de 300), que no en extensión (con más de 66 km² es la segunda más extensa del municipio) que nos acercará al abandonado carril bici azul, junto a la autovía RM-1, que va de Zeneta a San Javier.

En Sucina tomaré la barrita, antes de iniciar la vuelta por el mismo itinerario.
Sucina es una pedanía perteneciente al municipio de Murcia. Situada en el Campo de Murcia, en la comarca de la Huerta de Murcia, aunque también se incluye en la comarca agraria del Campo de Cartagena, cuenta con una población de unos 2.200 habitantes (sucineros/as) y una extensión de unos 64 km².
En la plaza Arteaga, junto a la iglesia podremos tomar un café en una de las terrazas de sus bares, frecuentados a menudo por sucineros, tanto de origen español, como de origen extranjero que suponen casi la mitad de la población total de la pedanía.

Y vuelta, recordando que a partir de estas fechas en nuestra región las temperaturas empiezan a ser altas, por lo que es importante prever la cantidad de agua y algo de alimento para estos 60 kms.
Por si no hemos sido muy previsores, a la entrada de Sucina hay un supermercado donde podemos adquirir botellas de agua fresca y unas empanadillas de pisto que merecen la parada.