Pamplona -Donosti-Pamplona

Esto es el resumen de la aventura del domingo 11 de junio.

La cosa es como sigue: nos levantamos por la mañana y las mujeres nos preguntaron si haría buen tiempo en Donosti (San Sebastián) para ir a la playa. Nosotros, que otra cosa no, pero bien mandados somos un rato, nos pusimos la ropa de faena y nos fuimos a ver qué tiempo hacía en la playa de Gros.

Y es que eso es el AMOR, dar sin esperar recibir nada a cambio. Nosotros ya dimos y fuimos y volvimos para confirmarles que hacía un día muy bueno para la playa, pero también recibimos y eso no entraba en los planes. A veces hay que aclarar mejor las preguntas para que no haya malos entendidos.

Bueno, ya con el poco contexto que necesitamos para justificar nuestras pedradas, paso a contaros cómo fue la cosa.

Salimos a las 6 AM mientras la gente volvía de fiesta. IMPORTANTE evitar las zonas de marcha para no pinchar con ningún cristal. Sería mala cosa empezar el día así.

El primer tramo, Pamplona - Ultzama, casi íntegro por carretera, porque una de las pegas que tiene Pamplona es que está muy mal comunicado por caminos con esta zona, no queda más remedio que pasar por Markalain por carretera. Como la tirada era algo larga, pues lo que quitamos de tierra más rápido avanzamos.

Ya en la Ultzama, nos dirigimos a Iraizoz por los caminos del valle, muy bien acondicionados. Llegamos a Arraitz donde empezamos la primera subida del día, creo que el Garmin marcaba 19 reseñables. Esta nos llevaría por una pista de cemento hasta lo alto de Belate. La subida preciosa, entre nieblas y bosque, pero durísima, la rueda patinando por la humedad del suelo. La verdad es que no conocíamos esta subida y es una a tener en cuenta.

Por Belate, seguimos el GR hasta la bajada de Donamaria. Tramo de pista de cemento también muy rápido y que en pocos minutos te pone en el pueblo. Pasar por el alto de Belate a 1000 m y con niebla y txirimiri pues fue casi lo más duro. La bajada es rápida y se pasa frío si vas mojado.

El siguiente tramo nos llevaría por una mezcla de carretera y vía verde hasta Lesaka. De Donamaria a Santesteban por carreteras sin tráfico y luego vía verde muy bien acondicionada.

En Lesaka queríamos pasar a Oiartzun y la cosa iba por un camino que subía al monte en línea recta. Creo que fue el único momento de lucidez del día cuando decidimos subir por carretera el puerto de Aritxulegui, precioso pero duro y más con el calor que hacía. Iker soltó carbonilla y con ello mató a Pablo y a mí, y en el camino varios franceses fueron víctimas de su ira.

Al final de la subida empiezo con calambres, un poco de magnesio y un sobre de agua de mar y la bajada hasta Oiartzun me devuelven a la vida.

El tramo posiblemente más feo empieza en Oiartzun por el Bidegorri hasta Donosti. Un tramo sin aliciente, con mucha gente paseando y que no permite ir rápido.

Llegamos a Gros y vemos que el día estaba bueno para la playa, así que toca volver para avisar a las que mandan. Pero primero un bocata de atún, anchoas y guindillas (por el tema calambres) compartido con uno de tortilla de patata.

Ahora el reto era llegar a Andoain por carril bici, nos costó un poco encontrar la salida de Donosti, pero ya desde Hermani sin problemas. Aquí empezó la lluvia que nos mojó hasta Andoain.

Primer contratiempo: en Andoain, tras la visita a la gasolinera para recoger provisiones, nos encontramos la entrada al primer túnel del Plazaola cerrada. Un poco de porteo y carretera nos llevan al comienzo.

El siguiente tramo, el más duro por lo que supone, subir desde Andoain hasta Uitzi, casi unos 30 km de pista de gravilla que te frena constantemente y cientos de túneles. La subida es un deleite para la vista, pero una tortura para las piernas.

Total, que llegamos a Leitza, paramos a coger fuerzas en una fuente y seguimos hasta pasar el túnel largo que sale a Uitzi. Tres kilómetros de túnel que te dejan bastante frío, es recomendable llevar algo de ropa o hacerlo en modo Van der Poel para quitar el frío.

Llegamos tras muchas horas a una bajada que se agradece, por fin volvemos a rodar algo rápido. Lekumberri, Irurtzun y para Pamplona, amenazando la lluvia.

Antes de llegar teníamos que pasar el mortirolo de Eirze, que es una rampa al 24% de cemento que con 200 km en las patas asusta, pero que luego aún es peor.

Listo, ahora sí, camino de casa por las pistas de Berrioplano y Berriozar. Manguerazo a las bicis y justo a tiempo para evitar la tormenta (bueno, algunos sí se la comieron).

Total, repasando, no merece la pena ir a Donosti en bici, es más rápido ir en coche y si solo quieres ver el tiempo, mejor una webcam. Ya sabemos para la siguiente.

Reseñar que pasamos el día muy a gusto y sin averías, ¡eso sí que es raro en nosotros!