077 ✅ Risca de San Pedro | Valle de Losa, a caballo entre Burgos y Álava

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Valle de Losa, a caballo entre Burgos y Álava.

DE UN VISTAZO
Norte de Burgos, comarca de Las Merindades, entre Sierra Salvada al N y una modesta sucesión de cumbres al S. se extiende de E a O el Valle de Losa, una tierra dedicada al cultivo de cereal y a la afamada patata losina.

Varios son los pueblos que salpican este valle regado por el exiguo río Nabón. Hoy nuestra ruta parte de San Martín de Losa, al que podemos acercarnos desde la BU-552, que atraviesa el valle uniendo las poblaciones de Quincoces de Yuso y Berberana, entre los puertos de Angulo y Orduña.

Desde la BU-552 accedemos a San Martín por una corta y maltrecha carretera, donde sortear un bache sin caer en otro, se torna en misión casi imposible.

RUTA RESUMIDA
Desde San Martín de Losa accedemos por el portillo de Ahedo a la meseta superior de la sierra, conocida como Risca de San Pedro, a caballo entre tierras de Burgos y Álava, recorremos su cantil hacia el E para, bajando por Fresno de Losa, dirigirnos entre campos de cereal y patata al punto de inicio.

PASO A PASO
[km 0.0] San Martín de Losa, Iglesia
[km 0.3] San Martín de Losa, Fuente
[km 1.0] Monte Escabroso
[km 2.1] Ermita Ntrª Srª de Ahedo
[km 3.0] Portillo de Ahedo
[km 4.3] Portillo
[km 5.2] Cruz de San Cristobal
[km 5.4] Peña Hozanillos, mojón y VG
[km 6.7] Portillo Villalambrús
[km 7.8] Risca de San Pedro, mojón
[km 8.7] Risca de San Pedro, VG y Buzón
[km 9.4] Paso
[km 9.6] Pista
[km 10.3] Dcha bajando
[km 11.2] Fresno de Losa
[km 11.5] Izda. C/Trigales

Aparcamos junto a la iglesia [km 0.0] y cruzamos el pueblo en dirección SO, pasamos junto a la fuente (año 1917) [km 0.3] saliendo del pueblo por una pista que se dirige hacia los escarpes rocosos, enseguida llegamos a una puerta metálica [km 1.0] que da paso a Monte Escabroso, es una zona de monte bajo adehesado, donde pace el ganado, a la izda. del camino, unos metros más, allá una charca se deseca mientras su densa población de ranas mira al cielo desesperadamente.

Con el rocío de la mañana, entre encinas y algún roble, llegamos a la cercana ermita de Ahedo [km 2.1] situada en un pequeño claro del bosque, es un apacible rincón provisto de mesas y barbacoas. Frente al templo hay estacionada una furgoneta y en sus inmediaciones encontramos a su propietario, Ángel, con el que nos detenemos a charlar mientras su inseparable amigo "Bosco", un pastor belga de poco más de un año, no para de brincar para reclamar nuestra atención.

Cloc...cloc...cloc! el sonido de unos cascos anuncia la llegada de un par de jinetes llevando unas monturas de bella estampa. Tras pedirnos que le hagamos unas fotos con sus móviles, abandonan el lugar por la parte alta de la campa en busca de la sierra.

Sin saber cómo, Bosco ha salido de la furgoneta donde había sido encerrado para no asustar a los caballos. Nos despedimos de Ángel y su infatigable amigo. Tomo la misma dirección que los jinetes. Un estrecho camino bajo una bóveda vegetal, remonta con decisión la pendiente hasta la base de la pared rocosa donde traza un par de revueltas talladas en la piedra. Nos situamos frente a la portilla metálica [km 3.0] que da acceso a la meseta superior, al otro lado un letrero nos avisa de la posible presencia de mastines en la zona. En un lugar donde antaño se cultivaba cereal, aparecen ahora arbustos ramoneados por el ganado.

Giramos a la izda. y nos dirigimos hacia el E. siguiendo el corte de la sierra. Un joven encinar nos protege del sol. En el piso montuno proliferan los primeros "falsos azafranes". Conocidos popularmente como despachapastores, aparecen con los primeros fríos, momento en que los rebaños bajan de la sierra.

Caminamos disfrutando de las vistas sobre Sierra Salvada, mientras a nuestros pies, el bosque da paso a un extenso mosaico de campos de cereal ya cosechado, y otros, donde los agricultores se afanan en recoger la patata.

Entretenidos en estos menesteres andamos cuando, en la lejanía, alcanzamos a divisar dos figuras familiares que se acercan a galope tendido. Son, de nuevo, Alejandro y Ángel, que así se llaman los jinetes que vimos anteriormente en la ermita, A un saludo detienen su galopada. Tras una breve charla nos despedimos siguiendo direcciones opuestas. En nuestra marcha topamos ahora con una gran cruz de madera [km 5.2], situada a escasos metros del cortado hacia el que proyecta su alargada sombra. En su base de cemento se puede leer: ROBLE=SAN CRISTOBAL. Abandonamos el lugar para encontrar en las inmediaciones el mojón que nos dice que estamos en la Peña de los Hozanillos Unos metros hacia el interior, en medio de unos endrinos, se encuentra el VG [km 5.4], con el nombre de San Sebastián (941 m) rotulado a mano.

Seguimos al E. por senda trazada, dejando atrás un chozo arruinado, antes de llegar a una trifurcación, instintivamente tomamos la de la izda. en busca de la referencia del cantil y la brisa que sopla en el mismo.

A menos de un kilómetro encontramos el portillo [km 6.7] de Villalambrús, protegido por un muro y provisto de puerta. Hasta aquí llega una pista proveniente de Quintanilla, al S. de la sierra.

Nuestro siguiente hito reseñable es el mojón M1 del paraje "Risca de San Pedro" [km 7.8], en el mismo cantil, junto a una roñosa alambrada de espino. Buscando un paso en la misma, la seguimos un centenar de metros hacia el interior con resultado negativo, regresamos hasta el borde del cantil donde ésta termina, para franquearla con precaución.

Por el O. llegan unas nubes que juegan a ocultar el sol. Sobre la misma vertical de Fresno de Losa se haya el VG y buzón de Risca de San Pedro [km 8.7], preciosa balconada donde disfrutamos de espléndidas vistas mientras damos cuenta de la manduca.

De nuevo en camino, pasamos junto a un chozo de pastores. Llevamos a nuestra izda. un muro, mientras, el terreno va perdiendo altura para terminar entre pinos en el fondo de una hondonada, una abertura ahora sellada por una malla que lo hace infranqueable,. Por otro tenemos lado una alambrada de espino que nos separa de la pista que en paralelo remonta la pendiente. Al igual que antes decidimos buscar un paso en la misma, esta vez, con resultado positivo tras una breve subida [km 9.4]. Una vez al otro lado bajamos hasta el claro y tomamos una pista forestal que sale a la izda. [km 9.6].

El sol ha perdido la batalla y ahora un cielo gris plomizo se cierne amenazante sobre nuestras cabezas. La pista desciende decidida por el pinar hasta confluir con una parcelaria de zahorra, a las puertas de Fresno de Losa [km 11.2]. Cruzamos las callejas del pueblo para ir en dirección a la carretera. Antes de llegar giramos a la izda. en la c/Trigales [km 11.5], una carretera de tercer orden, entre campos de cultivo. Por el camino nos sorprenden las primeras gotas, pero no van a más. Avanzamos hacia el O, con los Montes de la Peña en el horizonte, convertidos ahora en una oscura silueta al paso de la tormenta. Con el viento de cara y silbando grandes éxitos de los sesenta, llegamos a San Martin, para terminar donde empezamos.

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