100 Cims - La Tossa

100 CIMS - LA TOSSA (Tivissa - Ribera d'Ebre)

Después de mirar el parte meteorológico durante toda la semana, este sábado el viento nos va a dar una tregua por la zona de la Ribera d'Ebre, así que nos dirigimos allí para subir a un cim que pinta muy chulo: La Tossa. Para llegar a este cim, iremos por la A-7 hasta la salida 38 (L'Hospitalet/N-340/Móra/C-44), luego subimos por la C-44 durante unos 44 kilómetros hasta llegar a Tivissa. Cuando entremos en Tivissa seguimos por la izquierda y salimos directos a la zona de aparcamiento. Dejamos el coche justo al lado del campo de fútbol, donde tenemos una muy buena zona para aparcar.

Preparamos las mochilas y empezamos la ruta desde este panel informativo, subiendo hacia la derecha. El camino es muy evidente y en esta parte inicial sube con suavidad. Pasamos junto a la Vía Ferrata del Tormo de la Margarida. Una vía ferrata de dificultad mediana, a la que igual venimos más adelante. Subimos por las voltes de la Llena, donde aún se conserva parte del empedrado original Llevamos una hora caminando y 1,6 kilómetros con un desnivel de 300 metros. Tivissa cada vez está más lejos y se ve más pequeñita.

Nos acercamos a La Llena y podemos ver Les Coves de la Llena, un lugar que gracias a la cantidad de agujeros que tiene en sus paredes calcáreas, ofrece un lugar de nidificación a gran cantidad de aves, pese a ser un lugar ombrío y frío durante el invierno. Dejamos las cuevas y seguimos subiendo por les voltes. Pasamos por el Mirador Panoràmic de La Llena, donde tenemos unas increibles vista de la zona, lástima que hoy el día no acompaña mucho.

Cuando estamos en el Coll de la Llena, vamos por el camino que sube por la izquierda. Subimos por el Camí de la Llena y a mano derecha vemos un poste informativo que nos explica que ésta es una de las últimas zonas vírgenes de la Serra de Tivissa. También nos cuenta que en ese mismo punto un viajero falleció del frío al encontrar el camino sepultado por la nieve, lo que nos da una mínima idea de las duras condiciones contra las que lucharon los antepasados de la zona. A partir de la señal, el camino se vuelve más suave y es en descenso, lo cual se agradece después de casi dos kilómetros de subida sin parar.

A mano izquierda del camino, está el Mirador Panoràmic de La Llena, donde podemos identificar algunos de los cims que se ven desde este punto, uno de ellos es el Tossal d'en Grilló, un viejo conocido nuestro que subimos cuando estábamos de vacaciones en Horta de Sant Joan. Unos metros más abajo llegamos al cruce donde se juntan el Camí de la Llena y el Camí dels Arriers, es el Collet de la Llena. Nosotros no vamos ni por uno ni por otro, siguiendo las indicaciones del poste, subimos por un sendero que va por la derecha del camino, hacia La Tossa.

La parte que viene ahora y durante los próximos 700 metros, hasta llegar a la carena, son los más "entretenidos". Primero iremos por un estrechísimo camino que va por la ladera de la montaña bordeándola, luego subiremos por una pequeñísima tartera para dejar paso a varias subiditas por tierra en las que nos tendremos que ayudar con lo que podamos. Después tenemos un camino medio decente en el que hay un par de puntos un poco expuestos, pero con tranquilidad y vigilando bien donde pisamos, no hemos de tener ningún problema para superar este tramo. Como guinda final a estos 700 metros tan "entretenidos", tenemos una pequeña grimpada por rocas. Desde abajo parece difícil, pero todo lo contrario, se supera bien y casi sin ninguna dificultad.

Por fin se terminó la subida y ya estamos en la carena, a partir de aquí se acabo toda la dificultad de la ruta, el camino sube pero de forma mucho más suave. Hay que aprovechar la tranquilidad de este tramo para empezar a disfrutar de las vistas. La Tossa asoma tímidamente al final del camino, así que un último esfuerzo que ya casi hemos llegado, nuestro objetivo está a menos de 100 metros, ánimos!!!

La Tossa (720 metros), otro cim conseguido por toda la familia al completo.

Miramos hacia el norte y Tivissa se ve pequeñita. Si el día estuviera despejado, mirando hacia el sur se alcanza a ver el Mediterráneo. Después de estar un rato disfrutando de las vistas, bajamos hacia el sur-oeste dirección a la Roca del Migdia. Al empezar a bajar no hay ningún sendero ni marca que nos guíe, así que tenemos que ser un poco intuitivos y ir por donde mejor y más seguro veamos. Llegamos a unos pequeños pinos y a mano derecha vemos una fita que nos indica el camino de bajada. Este camino de bajada, al igual que el tramo de subida, es bastante entretenido, tierra, piedras, hojas ... tenemos un poco de todo. Una tartera por la que pasaremos varias veces, ya que el camino baja haciendo curvas por ella.

Después de poco más de un kilómetro de bajada dejamos el bosque, y a mano derecha vemos los restos de una antigua masia de la zona, el Mas de Sant Blai de Monegret, y unos muros de piedras donde seguramente cultivaban en terrazas, una técnica para cultivar en las laderas escarpadas de las montañas y colinas. Un poquito más de bosque, un par de curvas, un último destrepe y ya acabamos la bajada desde La Tossa. Pasamos junto a lo que queda del Mas de Sant Blai de Monegret. Solo se conservan varios muros y un par de pilares.

Ya es mediodía y la subida y bajada a La Tossa nos abrió el apetito, así que aprovechamos esta esplanada para comer nuestros bocatas. Después de comer tranquilamente y descansar unos minutos, seguimos nuestro camino, saliendo nuevamente al Camí de l'Arrier, continuando por la izquierda. A unos 150 metros de salir al camino, llegamos al Collet de Monegret y nos encontramos con una señal vertical, en este punto nosotros iremos por el camino que baja por la derecha, dirección Sant Blai / Tivissa, aunque en el poste pone que es el Camí dels Arriers, se trata del Camí de Sant Blai. Un camino ancho y sin ningún tipo de dificultad. En este camino encontraremos varias señales verticales que nos confirmarán que vamos por el lugar correcto, siempre dirección Sant Blai / Tivissa.

Llegando al final de este camino, justo delante nuestro podremos ver la Ermita de Sant Blai, construida por los habitantes de Tivissa en el siglo XV para celebrar la expulsión de los sarracenos. Posteriormente esa ermita fue destruida y la actual, del siglo XIX es de estilo gótico. La parte final de este camino, poco antes de llegar a Sant Blai tiene muchos tramos empedrados. La Font de Sant Blai, donde es tradición beber un poco de agua antes de llegar a la ermita, nosotros ... bebimos del agua que llevábamos, por si acaso. Bajamos hacia Tivissa y vemos una marca del GR-7, el primer sendero de gran recorrido de la Península Ibérica. Bajamos unos metros más y a mano derecha vemos unas pequeñas balsas que se comunican una con otra, el agua que baja no es mucha y solo tienen un poco de agua estancada la primera y segunda balsa.

Pasamos por el Estret de Sant Blai, un punto donde apenas hay unos metros entre una ladera y la otra. Desde que dejamos la Font de Sant Blai, el camino de vuelta transcurre por una carretera por la que pueden pasar coches, así que precaución y cuidado si llevamos perros sueltos. Mientras vamos rodeando la Roca Verdura, que está a nuestra derecha, en un par de curvas ya volvemos a divisar Tivissa. Dejamos la carretera y seguimos por un camino de tierra que sube por nuestra derecha. Unos postes que impiden el paso a vehículos a motor y las marcas roja y blanca del GR nos dan la bienvenida en este último tramo de la ruta.

Si no queremos seguir por este tramo del GR y seguimos por la carretera, llegaremos antes y de forma más directa a Tivissa, pero merece la pena acabar la ruta por este tramo, las vistas que vamos teniendo de Tivissa lo valen. Pasamos por otro tramo donde todavía se conserva un empedrado en muy buen estado. Y acabamos este tramo del GR volviendo a la civilización, unos postes que impiden nuevamente el paso a los vehículos a motor nos advierten que ya estamos en Tivissa.Bajamos por la calle Sant Blai, que tiene una fuerte pendiente, y cuando veamos un poste indicativo, giraremos a la derecha par continuar por el Carrer del Vial, que nos llevará al sitio donde aparcamos el coche por la mañana.

Una excursión fácil, con algún pequeño tramo de nivel moderado. Ideal para programar en un día despejado y sin mucho aire.