16/05/2015 las encañizadas por las llanas san pedro del pinatar

Comenzamos este sendero en el paseo en dirección a la rotonda dedicada al flamenco, desde esta rotonda nos encaminamos hacia el pinar del coterillo hasta alcanzar La Curva de La Culebra rodeada por las preciosas charcas salineras, en las que pudimos observar algunos flamencos. Desde este punto seguimos el sendero del coterillo, con marcas blanca y verde hacia el Punto de Información del Cotillero y en paralelo a la carretera, pasando por las
Instalaciones Salineras donde está el Observatorio de aves de la Charca del Cotillero, la única
del humedal que no tiene uso salinero. Desde aquí nos dirigimos al Puerto de San Pedro Del Pinatar donde cruzamos los aparcamientos hasta llegar a la Playa La Llana donde comienza un largo y placentero junto al mar y las dunas arenosas que nos llevan hasta la Punta de Las Algas. Es interesante conocer que el nombre de “Algas” viene por la cantidad de posidonia oceánica
que hay sedimentada en sus orillas. Esto es un indicador de la calidad de las aguas puesto que posee un elevado valor biológico y actúa como retenedor de arena en la franja litoral. Además de lo curioso del nombre “algas” pues esta posidonia no pertenece a ninguna especie de algas. Frente a nosotros vemos las “torres” de la manga, avanzamos hacia el estrecho paso marino entre los dos mares caminando sobre el manto de, ahora sí, algas secas que dificultan el avance sin otra opción que caminar sobre ellas, en este estrecho paso marino, pudimos ver entre Las Encañizadas el lugar de pesca tradicional. Este arte de captura aprovecha el pasillo natural de comunicación entre las aguas del Mar Menor y el Mar Mediterráneo para, mediante un laberinto de cañas, atrapar a los peces en sus movimientos estacionales. Regresamos y a escasos metros de la Punta de las Algas atravesamos las dunas hacia el oeste por terreno firme para seguir el recorrido entre las charcas salineras. De aquí continuamos nuestra ruta hacia el Norte entre las aguas del Mar Menor y las Charcas Salineras hasta llegar al Molino de la Calcetera y por el sendero de Las Encañizadas hasta llegar al Molino Quintín, el
cual era usado para el vaciado y llenado de las salinas, pasando por los famosos “Baños de
Lodo” a los que se les atribuyen propiedades terapéuticas y curativas. Terminamos la ruta con un buen desayuno en una de las terrazas del paseo urbano frente a la playa de Villananitos.
Durante nuestro caminar, cada vez que damos vistas al interior, vemos en el cercano horizonte como destaca un aislado cerro en la llanura, ya en el pueblo lo comentamos y averiguamos que se trata del cabezo gordo, de unos 300 m de altitud, que está lleno de simas, que una tiene un lago en su interior, que hay un yacimiento arqueológico, que..., pues ya está, mañana antes de irnos a por él.