161030 Circular Peguerinos - Refugio de la Naranjera

Los pinares de Peguerinos son un lugar muy concurrido donde pasar un domingo de campo. Hay una amplia red de senderos y sobre todo es una zona muy accesible en coche, lo que unido al bonito paisaje, grandes praderas de pastos entre los pinos, algunas zonas recreativas,... Todo ello hace que la zona sea un destino muy popular donde pasar el día. Y más si es un día casi veraniego en este atípico y excesivamente caluroso otoño.

Dejamos el coche en las afueras de la localidad, al final de la calle que lleva al cementerio, junto a la verja que circunda el embalse de la Aceña, y tomamos la pista asfaltada que rodea el embalse mientras apreciamos la bonita vista del paisaje reflejado en el agua inmóvil. Por esta carretera pasan coches, hay que prestar atención.

Por fin, cruzamos una desvencijada puerta de alambre y tomamos la pista forestal que, en suave ascenso, nos llevará a desembocar en la carretera junto al albergue de la casa de la Cueva. Aquí seguimos la carretera que continúa el ascenso hasta la zona recreativa y fuente de Las Negras, donde se aglomeran los coches. Desde este punto retomamos un sendero, éste con más caminantes ya que el refugio y mirador de La Naranjera está cerca de Las Negras. Sin dejarlo, en unos minutos habremos alcanzado el cordal cruzándonos con el GR-10 y encontrando las ruinas del refugio. Es una pena que estos refugios que salpican nuestras montañas no se hayan conservado y hayan además sufrido la barbarie de algunos que los ha reducido a escombros.

Más allá del refugio deberemos seguir el sendero hasta encontrar un paso por el que franquear el muro que señala la frontera entre Madrid y Castilla y León para acercarnos hasta el roquedo que sirve de mirador sobre la llanura y, en primer término, el Valle de los Caídos. Al fondo podemos distinguir la familiar silueta de las cumbres desde Guarramillas hasta la Maliciosa y luego la Pedriza.

Tras las preceptivas fotos desde el mirador, iniciamos el descenso siguiendo un sendero que nos lleva por entre características formaciones graníticas, algunas semejando con más o menos claridad figuras reconocibles. Tras recorrer un trecho por el pinar desembocamos de nuevo en la carretera, que tomamos hacia la derecha, pasando al poco el cruce a Peñas Blancas. Pronto se llega hasta el panel informativo sobre la mariposa Actias isabelae (más conocida por su anterior denominación Graellsia isabelae) que nos indica la proximidad del monumento dedicado a la misma, hacia el cual nos dirigiremos. Desde aquí poco hay que reseñar del camino que continúa el descenso, haciéndose cada vez más estrecho y accidentado, hasta desembocar en la carretera que bordea el embalse de La Aceña que tomaremos ahora hacia la derecha hasta llegar de nuevo al cementerio de Peguerinos tras el que dejamos el vehículo.