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161101 El Risco a Charco Azul circular

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Trail stats

Distance
2.11 mi
Elevation gain
610 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
610 ft
Max elevation
758 ft
TrailRank 
39
Min elevation
354 ft
Trail type
Loop
Time
3 hours 8 minutes
Coordinates
322
Uploaded
November 1, 2016
Recorded
November 2016
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near El Risco, Canarias (España)

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Itinerary description

El Charco Azul es el nombre que reciben una serie de charcas que se han formado en el curso de los riachuelos que se forman con las lluvias en el barrio de El Risco, en Agaete (oeste de Gran Canaria). Debido a los grandes desniveles geográficos de esta isla, el agua cae formando cascadas o caideros, los cuales al golpear la piedra la van erosionando hasta formar dichas charcas, en las que incluso uno puede darse un baño, ya que como el agua está siempre corriendo no se estanca.
El mejor momento para visitar este lugar es después de lluvias abundantes para poder ver correr el agua, pero la peligrosidad de la carretera de La Aldea en días de lluvia hace que sea más prudente esperar a que se asegure la carretera ya que suelen haber desprendimientos. Recordemos que esta carretera va bordeando acantilados del Andén Verde de una altura de 600 metros sobre el nivel del mar, mar que está tan cercano de la carretera que la sensación se asemeja más a volar que a conducir. En el trayecto Agaete-El Risco bordearemos por su base el roque Faneque, situado en el macizo de Tamadaba, el cual es el 6º acantilado sobre el mar más alto del planeta (1007 metros sobre el nivel del mar).
El barrio de El Risco, y de forma particular el Charco Azul, se ha incluido en un proyecto piloto de desarrollo sostenible denominado Ecobarrios, promovido por el Cabildo de Gran Canaria y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y que engloba a otros seis pequeños núcleos de población, como El Carrizal, de Tejeda; Lugarejos, de Artenara; Tunte, en San Bartolomé de Tirajana; Barranquillo Andrés, en Mogán; Tasarte, de La Aldea; y Aríñez, en San Mateo.
El Risco, en Agaete, está situado a unos 130 metros de altitud, y cuenta con una población que se aproxima a los 300 habitantes. Y, como señala uno de los carteles informativos colocados en la entrada, este valle "alberga una de las pocas zonas aptas para la agricultura en esta zona de la Isla, lo que ha permitido la existencia del asentamiento humano". Y el barrio cuenta con unas 90 viviendas, así como casi una docena de casas rurales.
En un entorno rural y ganadero, El Risco sobresale por su playa, que acoge a muchas caravanas, por las pequeñas fincas agrícolas, y sobresale por su Charco Azul, que ha sido denominado dentro de este proyecto piloto como "una lámina de agua dulce en el cauce del barranco de El Risco determinada por la presencia de una marmita de gigante, formada por la acción erosiva de los materiales de aluvión en caída vertical sobre un sustrato lítico compacto. Estas estructuras se vacían de materiales de aluvión de forma natural en relación con la intensidad de la circulación de la corriente de agua".
El camino es un sendero sencillo, apto para niños y mascotas. Ideal para iniciarse en el senderismo y descubrir un bello paraje que nos regala “Gran Canaria”.
“El Charco Azul” se encuentra en el barrio del Risco en el municipio de Agaete. La distancia es de casi 4km aproximadamente y se puede tardar en ir y volver unas 2 horas a paso lento y disfrutando del entorno. El sendero discurre paralelo al barranco del Risco, cruzándolo en algunas ocasiones sin mayor dificultad. Un camino nada complicado.
Empezamos la caminata junto al bar Perdomo. Si lo mira de frente, a su izquierda hay un callejón por donde debe subir hasta llegar a la carretera del pueblo. Coja a la derecha y siga subiendo entre las casas de El Risco, la plaza y la ermita. Encontrará una bifurcación y tiene que volver a coger el camino de la derecha. Una señal le indica que es una calle sin salida. Verá las primeras panorámicas del barranco y su palmeral.
A la izquierda tiene las estribaciones del pinar de Tamadaba y el risco de Faneque. Arriba a su derecha el pinar de Tirma. Atraviese un pequeño puente de barandillas metálicas. Coja a la derecha y subirá un poco hasta encontrar una señal que dice El Charco Azul en descenso hacia el barranco. Coja ese camino a la derecha. Baje por el camino de tierra y piedras y llegará al cauce del barranco. Si tiene agua, crúcelo con cuidado.
Ahora debe coger el camino, que gira a la izquierda para andar barranco arriba por el lado derecho del cauce. Encontrará una tubería negra que cruza el barranco de lado a lado. Atraviesa el cauce y camine por el lado izquierdo. Subirá unos metros ganando altura, con los Charcones a la derecha, para luego descender por una zona rocosa. Tenga cuidado con este tramo. Avance y llegará a la parte de roca viva, una explanaba muy cerca del final de la ruta. Al fondo está el charco azul.
El Charco Azul es un pequeño caidero natural de unos 20 metros de altura, cuya formación geológica ha forjado a sus pies una pequeña piscina de múltiples tonalidades. A este minúsculo lago se le han ido sumando otros en su bajada por el barranco.
La piscina formada bajo el salto de agua recrea una marea de mil colores, dependiendo de la hora del día, ya que la enorme pared frena el paso de la claridad a primera hora para dejar solo un resquicio, lo suficiente para permitir la entrada de la luz a raudales en estos días de sol, generando una imagen muy singular a sus pies. A esto se suma la multitud de plantas que se han ido formando en el fondo, y que impiden visualizar la verdadera altura en algunas zonas.
Después de superar un desnivel de casi 150 metros desde el pueblo, el final del sendero muestra en todo su esplendor la riqueza geológica del lugar, con sus distintos estratos visibles y el agua cayendo en distinta proporción por las laderas de los riscos, erosionando la piedra hasta crear el charcón principal. Y en este marco de enorme vegetación se encuentra el Charco Azul, formando una pequeña piscina de aguas frías, rodeada de la tranquilidad rota por el salto, las ranas y algunos pájaros. Y, aunque en general, en un buen estado de limpieza, con algunos signos de la presencia humana.
El paisaje se engrandece por la rica vegetación del entorno de este valle, que no puede ocultar la imagen del mar en la distancia y de sus acantilados. Todo ello, en un entorno "agreste", como ha sido definido.
Después de un baño refrescante, si hay agua y apetece, y de disfrutar de las impresionantes vistas, se regresa por el mismo camino.
Para los intrépidos existen otros caminos, y más peligrosos, por la zona que nos acercan a otros caideros en épocas de lluvia, pero eso lo dejamos para profesionales.

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