17-05-2014 VEREAS BLANCAS

Tocaba ruta a pie, y aunque las nieblas asomandose por la umbría lo desaconsejaban, posiblemente pasaría bastante tiempo hasta que pudiese volver a intentarla, así que cogí a mi perro (el autentico Kiddo) y nos montamos en el coche hasta el comienzo del sendero. Desde Zafarraya se ha de tomar el camino del cementerio, y dirigirnos de frente hacia el pinar. Tras 1.5 km nos topamos se acaba el asfalto y nos topamos de frente con las ruinas del Cortijo "Rosilla" o de "Pocapaja". Este punto es el comienzo real del sendero, aunque el oficial está a unos 100 metros, junto a un invernadero. De frente tenemos los pinos con el imponente Tajo de la Peña. Los primeros 200 metros son de carril, bordeando el invernadero y las faldas de la sierra, pasando bajo las estribaciones del "Tao'lapeña". Una vez rodeado este comienza el sendero en sí. Una vez entramos en los pinos, el sendero empieza a serpentear hasta que alcanzamos el claro donde está la balsa de la Comunidad de Regantes del Alcachofar, que dejaremos a nuestra izquierda. El siguiente hito que alcanzamos es el cruce con el sendero que lleva a la cueva de los Guaicos, y a la cima de la Umbría u Hoyo del Toro. Este sendero gira a la izquierda, mientras que nosotros seguimos de frente, subiendo a media ladera en dirección oeste, hacia la "Torca", una enorme mole de roca con más de 1500 metros de altitud. Vereas blancas es el collado entre la Torca y La Úmbría. En la parte final, el sendero vuelve a serpentear, quedandose el Tajo del Cabrero a nuestra izquierda, y llegando al collado de Vereas Blancas a unos 1140 metros de altitud en la divisoria entre Málaga y Granada, y hoy con una capa de nieblas/nubes bajas que afortunadamente había subido unos 100 metros su nivel dandome algo de vistas hacia las dos vertientes. A nuestra derecha tendremos un pequeño altillo, al que para subir no tiene el sendero tan bien definido, pero al que es obligado subir, ya que es una magnífica atalaya para el llano, son unos 15 metros más de altura. Desde ahí descansito, y a bajar por donde hemos venido. Son 1.7 km (1.5 reales) de subida y otros tantos de bajada con unos 260 m de desnivel positivo.
El camino es múy fácil de seguir, porque además de los monolitos y carteles de madera, hay marcas de spray cada 20 metros con flechas y puntos en arboles, piedras, etc. A ritmo tranquilo, la ida y la vuelta es poco más de una hora. La ruta es recomendable en cualquier época del año, con las precauciones propias de cada momento, pero en verano especialmente, ya que vamos gran parte de la subida entre el pinar y umbría. Como dato curioso, el día neblinoso de hoy, y los estragos de las sequias de estos años atrás, que han hecho que en algunas zonas, los pinos tengan la parte inferior sin hojas y con las ramas desnudas, daban al bosque una aspecto casi fantasmagórico... Verdaderamente impresionante.
Se suele contar que esta ruta era la ruta de trasperlo en la época de la postguerra, continuando vereas blancas hasta la aldea de Marchamona y Guaro, pero el tiempo tan desapacible de hoy, me hizo desistir de esta parte.