2012-11-21 Sierra de la Grana (1.252 m). SL-A 156 desde Jamilena. Peñablanquilla. Arroyo Guadalete
near Jamilena, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Sendero circular por la sierra de la Grana, que se inicia en el municipio de Jamilena por el barranco del Lobo o del arroyo Guadalete, entre los cerros Peñablanquilla y Grana, donde se alcanza la máxima altitud (1.252 m). En este punto destacan las chozas, especialmente la de la Era de la Maza, construcción de piedra seca para abrigo de los pastores y ganaderos. Esta zona fue objetivo de cultivo de arvejanos y cebada en terrazas formadas por albarradas, pequeños muros de piedra, de los que aún quedan testigos.
En la bajada hacia Martos, tomamos un breve tramo de la la ruta Vereda de la Raspa-Sierra de la Grana y y luego la que lleva al pilar de Marchante hasta enlazar con el sendero local homologado SL-A 156 ‘Peña Bermeja’, construido por Holcim España S.A., la empresa que ha explotado las canteras de cemento.
En uno de sus miradores se pueden contemplar las cumbres de Pecho de la Fuente, Jabalcuz, El Espinar, la Ermita de San Isidro y todos los municipios de la campiña jienense.
Antes de llegar al área recreativa, nos desviamos a la derecha y tomamos el camino de Jamilena que nos deja en el coche al inicio de la ruta.
Esta ruta se ha diseñado tomando como base algunos de los tracks de Miguel Yeguas, buen conocedor de esta sierra
http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=33167
Folleto de la ruta Vereda de la Raspa-Sierra de la Grana
Los datos aportados por el profesor Nieto Albert indican que esta sierra tiene una superficie total de 6,6 km2. Pertenece a la unidad geológica de Jabalcuz-San Cristóbal. Esta unidad se encuentra en la Zona Externa Bética, que es el sistema montañoso que se dispone al Norte de Sierra Nevada. Está constituido principalmente por rocas sedimentarias de naturaleza carbonatada, aunque pueden encontrarse algunas intercalaciones de rocas volcánicas.
La Sierra de la Grana de Martos se presenta humilde, sencilla, natural, asequible, integrada, próxima y acogedora. Desde su presencia silenciosa nos invita a conocerla y descubrir sus secretos mejor guardados.
La Sierra de la Grana hasta la década de los años 70 era agrícola. Su roca viva se alterna con espacios de suelo fértil, que se utilizaban para el cultivo de cereales poco exigentes: arvejanos y cebada. Este suelo se conseguía más extenso por medio de las albarradas. Estos pequeños muros de piedra, que se extienden por toda la sierra, ayudan a formar pequeñas terrazas, fértiles, laborables con bestias. Las eras permanecen como señales la actividad agrícola.
La Sierra ganadera conserva sus recuerdos en las chozas y en las cabrerizas. Éstas, junto con las albarradas, son expresiones de la cultura del trabajo, de tiempos anteriores, que han humanizado nuestra Sierra de la Grana. Son construcciones de piedras sin elaborar. Son consideradas como el origen de la arquitectura. Estas chozas son ejemplos del proceso de humanización de la naturaleza, que en diferentes culturas del trabajo son expresión de una forma y estilos de vida. Son el testimonio colectivo de nuestro pasado más reciente. Nos sitúan en un contexto de vida con unas necesidades, actividades humanas, experiencias, vivencias y significados ideológicos colectivos específicos.
La Sierra de la Grana aparece salpicada de eras, chozas, cabrerizas, albarradas, testigos de la explotación humana hasta hace unas décadas.
La Sierra de la Grana es madre del Río Eliche, el Arroyo de la Fuente de la Villa, el Arroyo de la Maleza y el Arroyo de las Mulas. Sierra poblada por una abundante fauna y flora. La paloma torcaz, perdices, ardillas, zorros, jabalíes, cabras monteses, la chicharra, los altivos cernícalos habitan junto a los pinos, la siniestra, retama, majoleto, endrinos, aulagas, escoboneras y la siempre presente con su porte elegante viborera.
La Sierra de la Grana de Martos, casi sin quererlo, se ha ido envolviendo de magia. Cada vez que se la recorre nos atrapa un poco más. La dificultad de su ascenso, andando, nos pone a prueba y nos recompensa de mil formas. Con el descubrimiento de sus secretos, de sus testimonios históricos, de sus huellas de humanización, nos introduce en el paisaje multiforme y extenso de la provincia de Jaén. Y nos adormece recorriendo de lejos y de cerca los valles, el alineado mar de olivos, los pueblos encumbrados, los más, en lo alto de los cerros. Y nos invita siempre a descubrir y reconocer, con una mirada profunda, gran parte de la provincia de Jaén.
http://www.fedamon.com/senderos/prs/archivospdf/jaen/slsierragranajaen.pdf
En la bajada hacia Martos, tomamos un breve tramo de la la ruta Vereda de la Raspa-Sierra de la Grana y y luego la que lleva al pilar de Marchante hasta enlazar con el sendero local homologado SL-A 156 ‘Peña Bermeja’, construido por Holcim España S.A., la empresa que ha explotado las canteras de cemento.
En uno de sus miradores se pueden contemplar las cumbres de Pecho de la Fuente, Jabalcuz, El Espinar, la Ermita de San Isidro y todos los municipios de la campiña jienense.
Antes de llegar al área recreativa, nos desviamos a la derecha y tomamos el camino de Jamilena que nos deja en el coche al inicio de la ruta.
Esta ruta se ha diseñado tomando como base algunos de los tracks de Miguel Yeguas, buen conocedor de esta sierra
http://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=33167
Folleto de la ruta Vereda de la Raspa-Sierra de la Grana
Los datos aportados por el profesor Nieto Albert indican que esta sierra tiene una superficie total de 6,6 km2. Pertenece a la unidad geológica de Jabalcuz-San Cristóbal. Esta unidad se encuentra en la Zona Externa Bética, que es el sistema montañoso que se dispone al Norte de Sierra Nevada. Está constituido principalmente por rocas sedimentarias de naturaleza carbonatada, aunque pueden encontrarse algunas intercalaciones de rocas volcánicas.
La Sierra de la Grana de Martos se presenta humilde, sencilla, natural, asequible, integrada, próxima y acogedora. Desde su presencia silenciosa nos invita a conocerla y descubrir sus secretos mejor guardados.
La Sierra de la Grana hasta la década de los años 70 era agrícola. Su roca viva se alterna con espacios de suelo fértil, que se utilizaban para el cultivo de cereales poco exigentes: arvejanos y cebada. Este suelo se conseguía más extenso por medio de las albarradas. Estos pequeños muros de piedra, que se extienden por toda la sierra, ayudan a formar pequeñas terrazas, fértiles, laborables con bestias. Las eras permanecen como señales la actividad agrícola.
La Sierra ganadera conserva sus recuerdos en las chozas y en las cabrerizas. Éstas, junto con las albarradas, son expresiones de la cultura del trabajo, de tiempos anteriores, que han humanizado nuestra Sierra de la Grana. Son construcciones de piedras sin elaborar. Son consideradas como el origen de la arquitectura. Estas chozas son ejemplos del proceso de humanización de la naturaleza, que en diferentes culturas del trabajo son expresión de una forma y estilos de vida. Son el testimonio colectivo de nuestro pasado más reciente. Nos sitúan en un contexto de vida con unas necesidades, actividades humanas, experiencias, vivencias y significados ideológicos colectivos específicos.
La Sierra de la Grana aparece salpicada de eras, chozas, cabrerizas, albarradas, testigos de la explotación humana hasta hace unas décadas.
La Sierra de la Grana es madre del Río Eliche, el Arroyo de la Fuente de la Villa, el Arroyo de la Maleza y el Arroyo de las Mulas. Sierra poblada por una abundante fauna y flora. La paloma torcaz, perdices, ardillas, zorros, jabalíes, cabras monteses, la chicharra, los altivos cernícalos habitan junto a los pinos, la siniestra, retama, majoleto, endrinos, aulagas, escoboneras y la siempre presente con su porte elegante viborera.
La Sierra de la Grana de Martos, casi sin quererlo, se ha ido envolviendo de magia. Cada vez que se la recorre nos atrapa un poco más. La dificultad de su ascenso, andando, nos pone a prueba y nos recompensa de mil formas. Con el descubrimiento de sus secretos, de sus testimonios históricos, de sus huellas de humanización, nos introduce en el paisaje multiforme y extenso de la provincia de Jaén. Y nos adormece recorriendo de lejos y de cerca los valles, el alineado mar de olivos, los pueblos encumbrados, los más, en lo alto de los cerros. Y nos invita siempre a descubrir y reconocer, con una mirada profunda, gran parte de la provincia de Jaén.
http://www.fedamon.com/senderos/prs/archivospdf/jaen/slsierragranajaen.pdf
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