2013-02-24 Río Magaña. Camino de Magaña a V. Cárdenas. Dehesa de Valdeazores. Umbría de Malabrigo. Vía romana
near Venta de Cárdenas, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta diseñada por Galenomam
Esta ruta tiene varias partes:
- Senderos o senderillos paralelos al río Magaña hasta la antigua colonia de Magaña. Parte transcurre por el camino entre Magaña y la venta de Cárdenas.
- Senderos o caminos hasta la umbría de Malabrigo y el puerto de Muradal/Muladar.
- Sendero señalizado Barranco de Valdezores
SEGURIDAD
Gran parte de la ruta transcurre por senderos varios no homologados ni señalizados, donde es fundamental la orientación mediante GPS o otros recursos.
Hay que cruzar el río Magaña. Con mucha agua, como ocurrió en febrero del 2013, puede ser muy complicada. Como mínimo hay que descalzarse para cruzar.
SENDERO SEÑALIZADO BARRANCO DE VALDEAZORES
La riqueza botánica de la zona por la que transcurre este sendero ha sido exaltada por los numerosos naturalistas que la han visitado. Aquí, entre el monte mediterráneo se entremezclan perales silvestres, madroños, durillos... Gracias a esta diversidad vegetal, en esta zona del Parque Natural Despeñaperros podemos disfrutar en otoño de un bello paisaje donde los verdes, ocres, amarillentos y rojizos crean un mosaico de color. Otro de los atractivos de este sendero son las numerosas especies de aves que habitan en Despeñaperros. Es fácil que podamos observar sobre nuestras cabezas el vuelo de alguna rapaz, como el águila real.
El sendero bordea la su cuenca del arroyo Valdeazores, un barranco de formas regulares. A los considerables valores naturales del lugar se añaden otros de tipo histórico o cultural, relacionados con el carácter estratégico del desfiladero, del que tendremos jugosas vistas desde el mirador Los Órganos.
El arroyo de Valdeazores tiene un corto recorrido perpendicular al desfiladero de Despeñaperros, donde desemboca. El sendero bordea toda su cuenca, un barranco de formas regulares cubierto en una parte por un rico y diverso monte mediterráneo, y en otra por coníferas introducidas por repoblaciones forestales. A los considerables valores naturales del lugar se añaden otros de tipo histórico o cultural, relacionados con el carácter estratégico del desfiladero, del que tendremos jugosas vistas desde un mirador situado sobre el mismo.
Deberemos situarnos en la casa forestal de Valdeazores, a la que se accede desde la autovía A-4, sólo en sentido Madrid-Cádiz, por una pista que sale a la derecha en el km 245,3, doscientos metros después de pasar la señal que indica la entrada en Andalucía y poco antes del mirador del Jardín de Despeñaperros. Subiremos trescientos metros por esta pista hasta llegar a una casa forestal.
Veremos a nuestro alrededor bosques mixtos que son fruto de repoblaciones forestales, en los que abundan pinos en las solanas, y cipreses en las umbrías. La vegetación autóctona va ganando terreno con la altura, manteniéndose también en importantes manchas de la ladera del otro lado del arroyo —umbría— que cuentan con un monte mediterráneo húmedo con encinas, alcornoques, quejigos, robles melojos o acebos. En la ribera hay formaciones en galería de alisos y fresnos, salpicados de sauces, adelfas y tamujos.
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/descargaPublicaciones.do?s=img/Publicaciones/CuadernodeSenderos/04_Despenaperros/&n=708BarrancodeValdeazores.pdf
MAGAÑA
Magaña era una aldea de 8 casas, enclavada sobre un camino y en un valle que, a ojos de algún observador, fue únicamente "un lugar adecuado para el pasto de las vacas". Los que decidan afrontar el paso de la sierra desde El Viso (Ciudad Real) hacia Miranda del Rey (Santa Elena, Jaén), evocando la esforzada gesta, que durante cientos de años supuso el trasiego de la cordillera, encontrarán pronto y a su paso, la quebrada y desolada línea de sus muros.
Magaña tuvo el dudoso honor de figurar entre los primeros asentamientos que el limeño Pablo de Olavive creó en Sierra Morena, al compás del ilustrado esfuerzo repoblador de Carlos III; de este modo y en 1761, el ingeniero militar José de Ampudia y Valdez comenzaba a levantar el plano topográfico de su emplazamiento, sobre unos terrenos baldíos enajenados a la Villa del Viso.
Nada preocupaba más en aquella magna empresa real, que facilitar la comunicación con Andalucía a través de los escabrosos puertos de Sierra Morena, confiriendo seguridad y acomodo a los viajeros, en una zona que siempre había sido un peligroso hervidero de bandidos.
De este modo, la nueva población se construyó entre el Viso del Marqués y la Venta Bazana, sobre el trayecto más reciente y frecuentado de la época, el que a través del Puerto del Rey, había sido acondicionado para rueda desde principios del siglo XVII, ocupando la orilla elevada al norte del río de su nombre, que contaba con un puente de madera para el tránsito y un molino en sus inmediaciones.
Restaba aún medio siglo, para que se abriese la ruta que conocemos en la actualidad y que atraviesa el desfiladero de Despeñaperros, la Carretera de Lemaur.
Territorio duro donde lo hubiere, las ásperas condiciones del entorno, mermaron con rapidez el pulso vital de los colonos (alemanes en su mayoría), que fueron víctimas de los estragos producidos por las epidemias de tercianas, además de las vejaciones de soldados borrachos y los vapuleos de los salteadores.
Cincuenta fanegas y herramientas para arañar el duro suelo, recibieron aquellos aventureros, amén de iglesia, cura y ¡cómo no! cárcel, que para médico no llegó, y la escuela estuvo prohibida, por no distraer de las labores del suelo y el ganado, ni fomentar conocimientos que pudieran alentar evasiones de aquel penal. Conmueven las defunciones de colonos certificadas en El Viso, en el último tercio del dieciocho, citadas por José Muñoz del Campo en su obra monográfica sobre la Villa, en las que aparecen nativos de Saboya, o vecinos de las Alpujarras granadinas, muriendo sobre tierra improductiva.
Con cierto aspecto de lugar fuerte y defendido, Magaña es hoy un yermo desamparado, un obsequio al abandono casi absoluto. De planta rectangular y con los costados sensiblemente orientados a los puntos cardinales, el poblado tiene unas medidas de 80 x 56 m, dotándose de una única calle central a modo de cardo, sobre la que se disponen en simetría lateral las viviendas, cuyos corrales se prolongan hasta limitar con los muros (oriental y occidental) del asentamiento.
Perteneciente al partido judicial de La Carolina y parroquia de Santa Elena, contaba en 1826 con 5 vecinos y 22 habitantes, que se habían reducido a 2 vecinos (7 almas), cuando Madoz la reflejó en su Diccionario.
Antes de que se derrumbe víctima de las actividades resineras de la zona (es usada como refugio improvisado), su futuro pasa por una obligada actuación de la Junta de Andalucía, que podría habilitarlo como centro de recepción-interpretación del Parque Natural por la cara norte de la Sierra, un acceso por el que cada vez se reciben más visitantes de índole senderista, actividad regulada (recordamos que es necesario solicitar una autorización de acceso) que encontraría un soporte fabuloso, en una adecuación añadida del complejo como albergue o casa rural de apoyo al caminante.
COPIADO LITERALMENTE DE http://caminosequivocados.blogspot.com/2010/10/magana-la-colonia-frustrada-en-el.html
Esta ruta tiene varias partes:
- Senderos o senderillos paralelos al río Magaña hasta la antigua colonia de Magaña. Parte transcurre por el camino entre Magaña y la venta de Cárdenas.
- Senderos o caminos hasta la umbría de Malabrigo y el puerto de Muradal/Muladar.
- Sendero señalizado Barranco de Valdezores
SEGURIDAD
Gran parte de la ruta transcurre por senderos varios no homologados ni señalizados, donde es fundamental la orientación mediante GPS o otros recursos.
Hay que cruzar el río Magaña. Con mucha agua, como ocurrió en febrero del 2013, puede ser muy complicada. Como mínimo hay que descalzarse para cruzar.
SENDERO SEÑALIZADO BARRANCO DE VALDEAZORES
La riqueza botánica de la zona por la que transcurre este sendero ha sido exaltada por los numerosos naturalistas que la han visitado. Aquí, entre el monte mediterráneo se entremezclan perales silvestres, madroños, durillos... Gracias a esta diversidad vegetal, en esta zona del Parque Natural Despeñaperros podemos disfrutar en otoño de un bello paisaje donde los verdes, ocres, amarillentos y rojizos crean un mosaico de color. Otro de los atractivos de este sendero son las numerosas especies de aves que habitan en Despeñaperros. Es fácil que podamos observar sobre nuestras cabezas el vuelo de alguna rapaz, como el águila real.
El sendero bordea la su cuenca del arroyo Valdeazores, un barranco de formas regulares. A los considerables valores naturales del lugar se añaden otros de tipo histórico o cultural, relacionados con el carácter estratégico del desfiladero, del que tendremos jugosas vistas desde el mirador Los Órganos.
El arroyo de Valdeazores tiene un corto recorrido perpendicular al desfiladero de Despeñaperros, donde desemboca. El sendero bordea toda su cuenca, un barranco de formas regulares cubierto en una parte por un rico y diverso monte mediterráneo, y en otra por coníferas introducidas por repoblaciones forestales. A los considerables valores naturales del lugar se añaden otros de tipo histórico o cultural, relacionados con el carácter estratégico del desfiladero, del que tendremos jugosas vistas desde un mirador situado sobre el mismo.
Deberemos situarnos en la casa forestal de Valdeazores, a la que se accede desde la autovía A-4, sólo en sentido Madrid-Cádiz, por una pista que sale a la derecha en el km 245,3, doscientos metros después de pasar la señal que indica la entrada en Andalucía y poco antes del mirador del Jardín de Despeñaperros. Subiremos trescientos metros por esta pista hasta llegar a una casa forestal.
Veremos a nuestro alrededor bosques mixtos que son fruto de repoblaciones forestales, en los que abundan pinos en las solanas, y cipreses en las umbrías. La vegetación autóctona va ganando terreno con la altura, manteniéndose también en importantes manchas de la ladera del otro lado del arroyo —umbría— que cuentan con un monte mediterráneo húmedo con encinas, alcornoques, quejigos, robles melojos o acebos. En la ribera hay formaciones en galería de alisos y fresnos, salpicados de sauces, adelfas y tamujos.
http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/descargaPublicaciones.do?s=img/Publicaciones/CuadernodeSenderos/04_Despenaperros/&n=708BarrancodeValdeazores.pdf
MAGAÑA
Magaña era una aldea de 8 casas, enclavada sobre un camino y en un valle que, a ojos de algún observador, fue únicamente "un lugar adecuado para el pasto de las vacas". Los que decidan afrontar el paso de la sierra desde El Viso (Ciudad Real) hacia Miranda del Rey (Santa Elena, Jaén), evocando la esforzada gesta, que durante cientos de años supuso el trasiego de la cordillera, encontrarán pronto y a su paso, la quebrada y desolada línea de sus muros.
Magaña tuvo el dudoso honor de figurar entre los primeros asentamientos que el limeño Pablo de Olavive creó en Sierra Morena, al compás del ilustrado esfuerzo repoblador de Carlos III; de este modo y en 1761, el ingeniero militar José de Ampudia y Valdez comenzaba a levantar el plano topográfico de su emplazamiento, sobre unos terrenos baldíos enajenados a la Villa del Viso.
Nada preocupaba más en aquella magna empresa real, que facilitar la comunicación con Andalucía a través de los escabrosos puertos de Sierra Morena, confiriendo seguridad y acomodo a los viajeros, en una zona que siempre había sido un peligroso hervidero de bandidos.
De este modo, la nueva población se construyó entre el Viso del Marqués y la Venta Bazana, sobre el trayecto más reciente y frecuentado de la época, el que a través del Puerto del Rey, había sido acondicionado para rueda desde principios del siglo XVII, ocupando la orilla elevada al norte del río de su nombre, que contaba con un puente de madera para el tránsito y un molino en sus inmediaciones.
Restaba aún medio siglo, para que se abriese la ruta que conocemos en la actualidad y que atraviesa el desfiladero de Despeñaperros, la Carretera de Lemaur.
Territorio duro donde lo hubiere, las ásperas condiciones del entorno, mermaron con rapidez el pulso vital de los colonos (alemanes en su mayoría), que fueron víctimas de los estragos producidos por las epidemias de tercianas, además de las vejaciones de soldados borrachos y los vapuleos de los salteadores.
Cincuenta fanegas y herramientas para arañar el duro suelo, recibieron aquellos aventureros, amén de iglesia, cura y ¡cómo no! cárcel, que para médico no llegó, y la escuela estuvo prohibida, por no distraer de las labores del suelo y el ganado, ni fomentar conocimientos que pudieran alentar evasiones de aquel penal. Conmueven las defunciones de colonos certificadas en El Viso, en el último tercio del dieciocho, citadas por José Muñoz del Campo en su obra monográfica sobre la Villa, en las que aparecen nativos de Saboya, o vecinos de las Alpujarras granadinas, muriendo sobre tierra improductiva.
Con cierto aspecto de lugar fuerte y defendido, Magaña es hoy un yermo desamparado, un obsequio al abandono casi absoluto. De planta rectangular y con los costados sensiblemente orientados a los puntos cardinales, el poblado tiene unas medidas de 80 x 56 m, dotándose de una única calle central a modo de cardo, sobre la que se disponen en simetría lateral las viviendas, cuyos corrales se prolongan hasta limitar con los muros (oriental y occidental) del asentamiento.
Perteneciente al partido judicial de La Carolina y parroquia de Santa Elena, contaba en 1826 con 5 vecinos y 22 habitantes, que se habían reducido a 2 vecinos (7 almas), cuando Madoz la reflejó en su Diccionario.
Antes de que se derrumbe víctima de las actividades resineras de la zona (es usada como refugio improvisado), su futuro pasa por una obligada actuación de la Junta de Andalucía, que podría habilitarlo como centro de recepción-interpretación del Parque Natural por la cara norte de la Sierra, un acceso por el que cada vez se reciben más visitantes de índole senderista, actividad regulada (recordamos que es necesario solicitar una autorización de acceso) que encontraría un soporte fabuloso, en una adecuación añadida del complejo como albergue o casa rural de apoyo al caminante.
COPIADO LITERALMENTE DE http://caminosequivocados.blogspot.com/2010/10/magana-la-colonia-frustrada-en-el.html
Waypoints
Waypoint
2,289 ft
Casa de Valdeazores
Waypoint
2,156 ft
Mirador del Jardín
Waypoint
2,236 ft
Ermita San Cristobal
Waypoint
2,177 ft
Venta de Cardenas
Waypoint
2,298 ft
La Hocecilla. Barranco del Zorro
Waypoint
2,295 ft
Cerecilla
Waypoint
2,679 ft
Cerro de la Reina
Waypoint
2,983 ft
Cerro del Rey
Waypoint
3,062 ft
Cerro del Moro
Comments (3)
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Magnífico entorno
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Magnífico entorno
Gracias, eduardo pe, por tu valoración. Efectivamente es una zona muy atractiva y desconocida. Saludos