2013-08-07 Río Cebollón ruta circular acuática desde La Resinera

ACTUALIZACIÓN. Julio 2021
BOJA: se acuerda prohibir, «en el ámbito del parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, dentro de la provincia granadina, los recorridos a pie dentro de todas las corrientes naturales de agua, continuas o discontinuas, excepto cuando formen parte de un vial que los atraviese o discurra tradicionalmente por un tramo«.
https://www.diariosur.es/axarquia/granada-prohibe-acceso-rios-20210702125403-nt.html

Fotos
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El río Cebollón termina un poco antes del puente de la Monticana, resultado de la unión de las aguas de los arroyos de la Culebra y de las Alfajas. Según el IGN, la cascada bajo el puente de la Monticana es el arroyo Alfajas.

Más abajo de la Resinera, se une al río Algar tomando el nombre de río Cacín que vierte sus aguas en el pantano de los Bermejales.

Se trata de una ruta acuática, es decir, para hacer andando por el cauce del río en verano. Hay dos opciones: una es volver por el mismo sitio, con lo que se garantiza una ruta fresca y muy disfrutona, pero al avanzar lentamente se puede hacer muy pesada en el regreso. Hay senderos paralelos, pero se interrumpen o están comidos por la vegetación, lo que requeriría otra indumentaria para evitar arañazos.

Nosotros optamos por volver por pista y hacerla circular. Aunque son más kilómetros se tarda la mitad del tiempo que por el río. El inconveniente es el calor. Afortunadamente ese día, siendo principios de agosto, corría una suave brisa que hizo soportable el recorrido. Para los que estamos en la playa, la referencia es el poniente. Son días ideales porque la atmósfera está limpia con colores muy puros y cierto viento.

Lo más sorprendente, comparando esta ruta con otra similar en dificultad y belleza, como es el río Chíllar, es la soledad. No encontramos a nadie, ni restos de porquería como plásticos, envases, pañuelos… Es un desierto total en medio de un bosque salvaje, que no permite transitar por otro sitio que el río y los pocos senderos.

Frente al río Chíllar, es más abierto, no da la sensación de claustrofobia, aunque las salidas son tan complicadas por la abundante y densa vegetación.

Aunque es técnicamente fácil, hay dos pasos en la primera parte con dificultad para personas con vértigo o sin experiencia. Por derrumbamientos de las tormentas, el sendero desaparece poco antes de la cascada, nada más empezar la ruta. Hay que remontar por encima con cierta pendiente. La opción del río exige alguna trepada.

En la misma cascada, antigua presa que hoy en día se encuentra rellena de piedras y sedimentos, también ha desaparecido el sendero y la gente al pasar ha realizado otro senderillo con terreno que se puede desprender en cualquier momento y con cierta caída. Luego todo es coser y cantar.

La ruta acuática empieza en el kilómetro 4, porque a partir del 1 de julio no permiten vehículos como prevención de incendios. Por lo tanto, esta ruta exige dos horas suplementarias.

En el kilómetro 8 desde la Resinera nos encontramos con una zona preciosa con pozas con aguas transparentes donde nos podemos dar un buen baño y hacer un buen reportaje fotográfico.

El final es la preciosa cascada de la Monticana, que merece disfrutar y remojarnos antes de iniciar la vuelta calurosa por la pista. Hay que retroceder unos metros para tomar el sendero que sube hasta la pista forestal justo antes del puente de la Monticana.

Aparentemente, es intransitable por tanta vegetación; pero, si nos fijamos bien, veremos que la hierba esta pisada.

Una vez en la pista disfrutaremos buenas vistas de sierra Almijara: el cerro de Cabañeros de 1.716 m., el Raspón de los Moriscos (Lucero 1.774 m), sierra de Játar y el cerro del Salto del Caballo (1.642 m.) y La Cadena (1.645 m.), así como el Cerro de la Chapa (1.818 m.)

También pasaremos junto a los Cortijos de Machinche y Masajate
RÍO CEBOLLÓN
El río Cebollón nace de la unión de las aguas de los Barrancos de la Culebra y de las Alfajas, y desemboca en el Cacín, que vierte a su vez sus aguas al pantano de los Bermejales.
Se puede considerar una ruta acuática desde la fuente del Berro al dicurrir por el cauce del río, por lo que se recomienda realizar esta ruta en épocas en las que el agua no esté demasiado fría, o buscando senderillos o zonas secas para evitar permanecer mucho tiempo en el arroyo. Gran parte se puede realizar por sendero alternativo hasta llegar un poco antes de las zonas de las pozas donde se encajona el río sin posibilidad de sendero alternativo.
Merece la pena detenerse en la conjunción del arroyo de la Culebra y la cascada junto al puente de la Monticana y disfrutar del frescor de sus aguas.
A unos metros a la derecha un sendero nos lleva al puente de la Monticana, y seguidamente al entorno de las Casas de la Monticana.
Lo más sorprendente, comparando esta ruta con otra similar en dificultad y belleza, como es el río Chíllar, es la soledad. No encontramos a nadie, ni restos de porquería como plásticos, envases, pañuelos…
Frente al río Chíllar, es más abierto, no da la sensación de claustrofobia, con opciones de escapada por senderos o cortafuegos para ir al río Vacal o hacer variantes circulares diferentes.
Aunque en general es una ruta asequible, es necesario extremar las precauciones al pisar las pierras más lisas tipo mármoles y algún tramo de sendero con caída casi vertical.
http://www.degranada.net/ruta/ruta-circular-rio-cebollon_376.html

Parque Natural de la Sierras de Alhama, Tejeda y Almijara
En el Parque Natural de la Sierras de Alhama, Tejeda y Almijara están incluidos territorios de dos provincias de Andalucía, Granada y Málaga. Está formado por parte de los términos municipales de Alhama de Granada, Arenas del Rey, las entidades locales autónomas de Játar y Fornes, Jayena y Otívar, así como los municipios de la provincia de Málaga, Alcaucín, Canillas de Albaida, Canillas de Aceituno, Cómpeta, Frigiliana, Nerja, Salares y Sedella
Geomorfología e hidrología: En toda esta zona predominan las formaciones calcáreas propias de la región Subbética y mármoles, esquistos, filitas, etc. que dan lugar a alturas por encima de 1.700 metros ,como es el caso de la Marona (2.065 m), Lucero (1779 m) o Navachica (1832 m). Las cuencas hidrológicas están repartidas entre la del Sur (río Guaro, Vélez, Arroyo de la Madre en el Polje de Zafarraya, Algarrobo, Torrox, Chíllar, y Río Verde en Almuñécar) y la del Guadalquivir cuyas principales cuencas son los ríos Alhama, Cacín, Añales, Cebollón, Grande o Granada, que vierten sus aguas en el embalse de los Bermejales.

FLORA DE SIERRA ALMIJARA
Una consecuencia de la componente geológica reside en la cobertura vegetal del terreno. Las arenas dolomíticas son excesivamente permeables, reteniendo escasamente el agua de precipitación. Esto, unido a ciertos elementos químicos, como el magnesio,van a generar un paisaje vegetal igualmente singular en el que abundan las especies raras o endémicas
Así, es posible encontrar desde escenarios típicos de la alta montaña mediterránea, en los que abunda la sabina y el pino albar, hasta encinares, melojares y quejigares propios de terrenos más templados. Pero son los pinares, asentados sobre las arenas generadas por la descomposición de los mármoles, los que dominan en estas serranías, y lo hacen exhibiendo una magnifica representación de especies (carrasco, silvestre, insigne, piñonero o negral) de requerimientos muy dispares.
El apartado botánico se completa con una nutrida representación de endemismos y otras especies de gran valor por su escasez o grado de amenaza, como el boj de Baleares, la olivilla o el tejo.

GEOLOGÍA DE SIERRA ALMIJARA
Desde un punto de vista geológico, en Sierra Almijara aparecen mármoles calizos y dolomíticos, los más abundantes, aunque también es posible encontrar esquistos y gneises.
Existen algunos enclaves con cuarcitas, esquitos y gneis de edad muy antigua (más de 500 millones de años). Sobresalen, no obstante, los procedentes del triásico en la era Secundaria, originados hace unos 300 millones de años en antiguos fondos marinos.
Los mármoles dolomíticos son el elemento más representativo de esta litología, el responsable de varias singularidades, la más directa es un paisaje original, dominado por los tonos blancos y grises de la roca, con una particular disgregación arenosa (kakiritización) que interviene en la erosión.
Secundariamente, llama la atención de los efectos de la precipitación del carbonato cálcico que lleve el agua del río produciendo toba y travertinos con formas curiosas.