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20150322 Faros Acantilados - Monte Buciero

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Author

Trail stats

Distance
7.39 mi
Elevation gain
2,257 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
2,257 ft
Max elevation
776 ft
TrailRank 
78 4.9
Min elevation
-12 ft
Trail type
Loop
Time
5 hours 19 minutes
Coordinates
1002
Uploaded
March 25, 2015
Recorded
March 2015
  • Rating

  •   4.9 3 Reviews

near Santoña, Cantabria (España)

Viewed 7941 times, downloaded 439 times

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Itinerary description

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables.

Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico.

Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino.
La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada.

En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales.

En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915.

Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste.
Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca.

Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

Waypoints

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Casa Blanca

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographRuins Altitude 589 ft
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Casa de la Peña

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographIntersection Altitude 645 ft
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Cuatro Caminos

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographGeocache Altitude 191 ft
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Dueso

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographPanorama Altitude 25 ft
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Faro Del Caballo

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographPhoto Altitude 83 ft
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Faro Del Pescador

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographFountain Altitude 523 ft
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Fuente de Napoleón

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographFountain Altitude 197 ft
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Fuerte de San Carlos

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographFountain Altitude 150 ft
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Fuerte de San Martín

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographSummit Altitude 1,227 ft
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Ganzo

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographBeach Altitude 0 ft
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Playa la Redonda

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographBirding spot Altitude 1,050 ft
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Reserva Natural de las Marismas de Santoña y Noja

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

PictographMountain hut Altitude 10 ft
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Santoña

El Parque Cultural Monte Buciero le invita a recorrer las cinco rutas en las que descubrirá los faros y acantilados, el ecosistema del bosque, el fuerte napoleónico.... y un sin fín de paisajes inolvidables. Esta senda circular, con una extensión aproximada de 12 km. incluyendo el descenso al Faro del Caballo, destaca en el plano ambiental por discurrir en gran parte por uno de los encinares basales de mayor interés de conservación del Cantábrico. Desde el punto de vista paisajístico, cuenta con unos impresionantes acantilados que albergan fauna y flora característica de este ecosistema, y, entre sus valores patrimoniales, son reseñables dos faros decimonónicos, fiel reflejo de la tradición marinera, además de los fuertes y baterías que constituyen otros de los hitos del camino. La senda comienza al final del paseo marítimo, junto al Fuerte de San Martín, el cual fue edificado sobre un antiguo castillo de tiempos de Felipe II, constituyendo el último vestigio del sistema Carnot. Desde el castillo, unas escaleras ascienden a una carretera bidireccional. Se toma el ramal de la derecha, y, un poco más adelante, se gira a la izquierda. De esta manera, podemos observar junto a la carretera las Baterías Alta y Baja de Galbanes. Pronto, tras pasar varias canteras semiabandonadas, el asfalto deja paso a una pista pedregosa que gana nivel rápidamente sobre los acantilados. A un kilómetro del punto de partida, se divisa el Fuerte de San Carlos. Siguiendo la ascensión, el camino nos lleva hasta una baranda de madera y, justo de frente, se muestra imponente la Peña del Fraile, en cuyo escarpado perfil se adivinan varias cavidades con restos prehistóricos. Cuenta la leyenda que una salva al unísono de todas las baterías y fuertes del monte hizo que se desprendiera la cabeza del "fraile". Más adelante, nos topamos con la Casa de la Leña, y apenas unos metros después, con una boca de vegetación que se adentra en el bosque, en dirección a la antigua mina, que pasaremos de largo. Siguiendo el camino principal, se atraviesa una zona de farallones rocosos y grandes cortados en la roca, hasta llegar a una encrucijada. En este punto, se gira a la derecha para visitar el Faro del Caballo y la Batería de San Felipe, cuyo acceso requiere un segundo requiebro a la derecha. Desde la Batería se obtiene una fabulosa vista del acantilado, y, a su pie, del Faro del Caballo, de acceso accidentado y costoso, que supone un vertiginoso descenso de casi 700 escalones, 800 si se desciende hasta el mar. Este Faro, puesto en funcionamiento en 1863, se encuentra en la actualidad abandonado. Una vez ascendida la escalinata, y de vuelta a la encrucijada, se tuerce a la derecha para no perder así el camino principal. Durante los dos kilómetros siguientes, se disfruta de un bello bosque de encinas, madroños y laureles, estas dos últimas especies particularmente profusas en esta parte de la senda a favor de unas mejores condiciones ambientales. En el siguiente cruce debe tomarse el ascendente de la izquierda, y, más adelante, debe obviarse el camino que sigue de frente, y bajar en cambio por el de la derecha, que da paso a una pequeña zona de curvas de fuerte pendiente, por lo que el senderista debe ser aquí especialmente cuidadoso. Un poco más adelante, el camino se ensancha discurriendo ahora entre laureles y madroños, recuperando el carácter rectilíneo, para llegar hasta el Faro del Pescador. Este faro entró en funcionamiento en el año 1864, empleando una lámpara de aceite de oliva; hubo de ser reconstruido y moder­nizado tras sufrir graves daños causados por un ciclón en 1915. Desde aquí se seguirá la carretera que nace en el camino, para enseguida divisar la playa de Berria y el Penal del Dueso, antiguo Fuerte Imperial de tiempos napoleónicos. También se encuentra en las cercanías la Batería del Águila (tomando en el entorno de la Punta del Águila un pequeño sendero a la derecha de la carretera). Se conservan todavía dos plataformas para artillería y dos estancias para alojamiento y almacén de municiones. Alcanzado el contorno del Penal del Dueso, un desvío permite visitar la napoleónica Batería de La Cueva, situada sobre el arenal de Berria. De vuelta al camino principal se bordea el penal por su flanco izquierdo, llegando al Barrio del Dueso, y después, a su parte alta, dejando en el camino el antiguo Polvorín del Dueso y cogiendo un camino de asfalto a la derecha de éste. Se alcanza así el Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, y se continúa por la carretera rodeada de encinas y disfrutando de excelentes vistas panorámicas de Santoña y sus marismas en puntos como el Mirador de Casablanca. Tras recorrer casi 2 kilómetros desde el Fuerte del Mazo, se alcanza la antigua Batería Alta de San Martín y, apenas unos metros más abajo, el Fuerte de San Martín, donde finaliza la vuelta circular al monte, y con ello la senda comentada.

Comments  (5)

  • Photo of taico
    taico Oct 15, 2018

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    Muy bien explicada y con los waypoints interesantes.

  • Photo of Roman Velarde
    Roman Velarde Jul 21, 2020

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    Una gran ruta que te agradezco por compartir, la descripción que haces es muy interesante y de gran ayuda

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    elarvi Jul 22, 2020

    Buenas, muchas gracias por la valoración y los comentarios, creáis o no, son estos detalles los que le animan a uno para seguir colgando cosas

  • Mario Ramos 6 Aug 10, 2020

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    La ruta es brutal, el entreno maravilloso, el bañito en la cala espectacular. Pero es de dificultad difícil, no es dejéis engañar por el “fácil” que aparece en la descripción de la ruta... a mi madre le han costado bastante varios tramos jajaja

  • Photo of elarvi
    elarvi Aug 10, 2020

    Gracias Mario, me alegro que te haya gustado.

    Yo le puse fácil porque la hice con una niña de 5 años, pero es cierto que se trata de un aspecto muy subjetivo.

    De cualquier forma me quedo con lo positivo y siento que te haya podido llevar a equívoco.

    Un saludo

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