20150411 Carlos V - Valle del Jerte
near Jarandilla de la Vera, Extremadura (España)
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Trail photos
Itinerary description
A continuación les mostraré dos mapas, uno en 3D en el que podrán ver el perfil del terreno en el que se desarrolló la ruta y otro en 2D con el detalle raster. En ambos mapas se se puede usar el scroll del ratón para alejar o acercar detalle, también se puede arrastrar, girar con tan solo hacer click y sin soltar mover el ratón, por último, en la esquina superior izquierda, también se pueden modificar las capas que contienen dichos mapas.
Mapa en 3D
Mapa en 2D
Ruta
Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad.
Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa.
Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje.
Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular.
De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor.
En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador
Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
Waypoints
Arroyo de Los Tres Cerros
Cualquier época del año es buena para recorrer esta ruta, pero sin duda, realizarla en febrero te permitirá rememorar el viaje que realizó el emperador Carlos V en 1556 aderezado con representaciones teatrales, conciertos y otras muchas actividades que harán de tu viaje una experiencia única. Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad. Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa. Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje. Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular. De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor. En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
Casas Cabildo
Cualquier época del año es buena para recorrer esta ruta, pero sin duda, realizarla en febrero te permitirá rememorar el viaje que realizó el emperador Carlos V en 1556 aderezado con representaciones teatrales, conciertos y otras muchas actividades que harán de tu viaje una experiencia única. Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad. Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa. Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje. Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular. De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor. En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
Fuente1
Cualquier época del año es buena para recorrer esta ruta, pero sin duda, realizarla en febrero te permitirá rememorar el viaje que realizó el emperador Carlos V en 1556 aderezado con representaciones teatrales, conciertos y otras muchas actividades que harán de tu viaje una experiencia única. Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad. Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa. Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje. Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular. De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor. En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
Garganta Del Yedrón
Cualquier época del año es buena para recorrer esta ruta, pero sin duda, realizarla en febrero te permitirá rememorar el viaje que realizó el emperador Carlos V en 1556 aderezado con representaciones teatrales, conciertos y otras muchas actividades que harán de tu viaje una experiencia única. Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad. Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa. Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje. Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular. De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor. En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
La Solisa
Cualquier época del año es buena para recorrer esta ruta, pero sin duda, realizarla en febrero te permitirá rememorar el viaje que realizó el emperador Carlos V en 1556 aderezado con representaciones teatrales, conciertos y otras muchas actividades que harán de tu viaje una experiencia única. Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad. Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa. Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje. Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular. De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor. En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
Parrales Altos
Cualquier época del año es buena para recorrer esta ruta, pero sin duda, realizarla en febrero te permitirá rememorar el viaje que realizó el emperador Carlos V en 1556 aderezado con representaciones teatrales, conciertos y otras muchas actividades que harán de tu viaje una experiencia única. Un ruta que recrea la llegada del Emperador a Jarandilla el 12 de Noviembre de 1556, precisamente esta ruta recorre el camino antiguo que llevaba desde Jarandilla de la Vera hasta Cuacos de Yuste por Aldeanueva de la Vera hasta llegar al Monasterio de Yuste, lugar en el que el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos días de su vida, y que él mismo mandó construir. Pero no te preocupes si no estás en plena forma, porque los 10 kilómetros de distancia que tiene el recorrido están considerados de baja dificultad. Si antes de iniciar el viaje has decidido dar un paseo por Jarandilla para conocer su patrimonio arquitectónico, habrás acertado de pleno. Ten en cuenta que son lugares de visita obligada su iglesia de San Agustín, La Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, la del Cristo del Humilladero, el Puente Romano, la Picota y el Castillo de Oropesa. Es junto a este enclave, en el mismo Castillo de Oropesa hoy transformado en Parador Nacional, donde se halla el verdadero punto de partida de esta ruta imperial. Pero antes de partir, merece la pena que pierdas unos minutos visitando su cuidadísimo palacio de armas y su torre del homenaje. Ya en camino, dirígete por la Cuesta de los Carros hasta el puente Parral sorteando la garganta Jaranda. Toma el camino de la derecha y enseguida te verás rodeado de cultivos del famoso pimentón de La Vera y de tabaco, de robles, de olivos… Además, si prestas atención, en esta zona es fácil escuchar a los mirlos y oropéndolas entre las olorosas jaras y el tomillo. Entonces, cuando menos te lo esperes, habrás llegado a Aldeanueva de la Vera, con su plaza de toros rectangular. De Aldeanueva hay que visitar, además, la Iglesia de San Pedro con su museo parroquial, el palacio del Obispo Godoy y algunas representaciones de arquitectura popular, como la Fuente de los Ocho Caños, desde donde retomarás el camino hacia Cuacos atravesando el puente del Tejar, que se suspende sobre la garganta Los Guachos. Dicen los caminantes que este es uno de los mejores enclaves del camino, por su frescor y fragor. En un abrir y cerrar de ojos te habrás plantado en Cuacos de Yuste, un municipio pintoresco con calles típicamente veratas, del que no te debes quedar sin ver la iglesia parroquial de la Asunción, situada en un antiguo barrio judío; la plaza de la Fuente de los Chorros y la Casa de Don Juan de Austria, hijo ilegítimo del Emperador Llegado a este punto, sólo te quedará recorrer el tramo final que te llevará hasta el Monasterio de Yuste, junto al que el Carlos V mandó construir el palacio en el que moraría hasta el fin de sus días. Una vez allí, podrás conocer el cementerio Alemán, en el que descansan los cuerpos de algunos excombatientes de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; la Cruz del Humilladero; el Cenobio, y la casa del emperador
Puente de Palos
Río Intermitente
Río Intermitente1
Río Intermitente2
Tornavacas
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