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20151128 Peñalba - Cebosa - Loma del Rocín - Cascada de Cañamar

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Trail stats

Distance
11.7 mi
Elevation gain
3,524 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
3,524 ft
Max elevation
6,728 ft
TrailRank 
62
Min elevation
3,736 ft
Trail type
Loop
Time
7 hours 49 minutes
Coordinates
2259
Uploaded
December 2, 2015
Recorded
November 2015
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near Peñalba de la Sierra, Castilla-La Mancha (España)

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Itinerary description

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente.

Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta.

Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación.

Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles.

Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón.

Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso.

Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada.

Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo.

A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua.

También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena.

Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla.

Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

Waypoints

PictographFountain Altitude 6,250 ft
Photo of0051 Photo of0051

0051

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographMooring point Altitude 5,719 ft
Photo ofAlambrada1 Photo ofAlambrada1

Alambrada1

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographRiver Altitude 4,235 ft
Photo ofArroyo de Cañamar Photo ofArroyo de Cañamar

Arroyo de Cañamar

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographSummit Altitude 3,778 ft
Photo ofCamino Del Molino Photo ofCamino Del Molino

Camino Del Molino

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographPhoto Altitude 4,885 ft
Photo ofCancela Photo ofCancela Photo ofCancela

Cancela

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographWaterfall Altitude 3,927 ft
Photo ofCascada de Cañamar Photo ofCascada de Cañamar Photo ofCascada de Cañamar

Cascada de Cañamar

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographMountain pass Altitude 5,773 ft
Photo ofCollado de la Fuente1 Photo ofCollado de la Fuente1 Photo ofCollado de la Fuente1

Collado de la Fuente1

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographFountain Altitude 4,227 ft
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Fuente15

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

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Gu-187

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

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INICIO-FIN1

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

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La Cebosa

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographMooring point Altitude 5,622 ft
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Los Colladillos

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographCampsite Altitude 5,715 ft
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Morra del Segoviano

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

PictographSummit Altitude 5,230 ft
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Pista3

El acceso al pueblo se hace por la GU-187, hace unos años estaba muy mal conservada, pero en estos momentos se encuentra en perfecto estado pues la han asfaltado recientemente. Aparcamos los coches en Peñalba, un pueblo con mucho encanto, pues a pesar de sus escasos 4 habitantes, tiene su iglesia, fuente, muchos gatos ..., aunque echamos de menos un Bar donde reponer fuerzas después de la ruta. Iniciamos la ruta atravesando las Heras, el Rodeo y ganamos altura hacia el Pico del Águila, aunque sin alcanzarlo, donde cerca del mismo atravesamos una pista forestal que más bien parece una carretera por lo bien cuidada que esta. De camino atravesamos un par de bosques de pinos y algún que otro piornal, pero sin ninguna complicación. Una vez alcanzado el Cordel de Peñuelas, se abre una senda clara y ascendente que atraviela la Morra del Segoviano, Collado de la Fuente y el Collado Cimero, este tramo es uno de los más agradables de la ruta por la suavidad de sus desniveles. Y al final del Cordel llegamos a la Cebosa, no sin antes mencionar que para acceder a la cima, debemos realizar algunas trepadillas. No tienen peligro, pero cuidado si se padece de vértigo. Por otro lado, si se sospecha que hay nieve o hielo, se debe extremar la precaución, pues las piedras estarían muy resbaladizas. Las vistas desde la Cebosa son expectaculares, al frente según suvimos podemos ver el Santuy, a su derecha el Cerrón, y poco más a la derecha y más lejos se divisa el pico del Lobo y a nuestra espalda el Ocejón. Continuamos la ruta hacia la Loma del Rocín, hay dos sendas muy poco marcadas, pero so podría hacer por sus dos vertientes, nosotros cogimos la que estaba mirando hacia el interior del valle donde se encuentra el pueblo ya que pegaba el solecito y se hacía más agradable. Algunos hitos marcarán el camino, pero la senda está muy poco marcada. Dejamos el Rocín y llegaremos hasta una alambrada donde volvemos a retormar un camino que discurre paralelo a una alambrada, pronto dejaremos dicho camino, atravesaremos un par de collados y piornales de escasa vegetación hasta comenzar el descenso por el Picozo donde tras una buena bajadita, llegaremos a la pista forestal que llega hasta el cordel de la Quesera, donde un camino marcado nos devolverá hasta casi el pueblo. Dicho camino atraviesa un bosque de robles centenarios preciosos y muy buen cuidados. A parte de los robles, las vacas serán nuestras compañeras, muy observadores aunque inmoviles a nuestro paso. Poco antes de llegar al pueblo, descendemos por los llanos hasta llegar a la vereda del arroyo Cañamar. En función de la intensidad de agua que baje por él, podremos imaginar la cantidad de agua que descenderá por la cascada. Ahí retomaremos una senda que llega hasta una granja, que bordearemos por su izquierda. Tras atravesar un par de barrizales llegamos una roca solida desde la cual nos permitirá ver la cascada desde arriba, pero es una zona muy peligrosa, pues las piedras pueden ser resbaladiza, absternerse gente con vértigo. A menos de 50m, mirando a la derecha y hacia atrás, se puede ver el inicio de la cascada. La vegetación no nos dejará ver el resto, pues para ello, habrá que adentrarse en el espesor de las jaras, aproximarse a la orilla del rio y abriéndose paso entre la vegetación poder llegar hasta el salto de agua. También aprovechamos para visitar un viejo molino del pueblo, pero está completamente destruido, no merece la pena. Si van a seguir mi track, me quedé a escasos 50m de poder contemplar el salto de agua desde abajo, pero sería sencillo llegar hasta el final ya que lo único que hay que hacer es continuar por la orilla. Por último mencionar y destacar que la mayor parte de la ruta no transcurre por una senda marcada, sino atravesando bosques y piornales, pero que no son de complicado acceso.

Comments  (2)

  • miguelhm77 Feb 22, 2021

    A fecha de 20 de febrero de 2021 está intransitable desde el km 1,6. Una vez que atraviesas la pista es una pelea constante entre piornos, arbustos, árboles. Nosotros avanzamos unos 300 metros siguiendo el track y cada vez era más complicado avanzar, retrocedimos a la pista y la seguimos hasta una curva pronunciada hacia la izquierda, donde en teoría se cruza con otra pista (según google, en realidad no se ve pista alguna). Desde este punto, en dirección suroeste aproximadamente fuimos atravesando el bosque hasta dar con la ruta habitual de la Cebosa.

  • Photo of elarvi
    elarvi Feb 25, 2021

    Gracias por la aclaración, la verdad es que se trata de una zona poco conocida/transitada y hace más de 5 años que la hice, si a eso le añadimos la pandemia, la vegetación ha hecho lo suyo.
    Es una lástima que sólo reflejes los aspectos negativos de la ruta.

    Un saludo.

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