2017-02-18 Grana 4 Barrancos Rachuelo-Guadalete-Goyino-Cañada Honda

Al igual que los habitantes de Jaén tienen suerte de tener una zona como el Neveral tan cerca para hacer todo tipo de actividades al aire libre, los habitantes de Martos y alrededores tenemos la casi desconocida Sierra de la Grana.
La pena es que a diferencia de el Neveral, los senderos de la Grana casi en su mayoría están hechos a base de bicicletas de montaña y de motos de trial.
Una lástima que ni las autoridades de los pueblos ni las asociaciones de senderismo (que hay varias) tomen conciencia de la espectacular red de senderos de la Grana para adecuarlos, señalizarlos, mantenerlos y publicarlos igual que hacen otros pueblos (véase Mancha Real), ya que esto atraería turismo y abriría esta red al gran público, ya que la mayor parte de la gente solo visita la raspa y la pista forestal, cuando realmente es casi lo menos atractivo del entorno.

El objetivo de esta ruta era recorrer en una jornada los 4 barrancos que rodean la Grana, dos en subida y dos en bajada, y aunque hay varias formas de hacer esto, yo decidí salir desde cerca del Barranco del Rachuelo, un reciente descubrimiento que por muchas veces que lo suba no va a dejar de encantarme.
Una vez en la cabecera del barranco, en la pista forestal, busco una preciosa senda muy empinada que nos introduce en un hermoso pinar para sacarnos justo a la pista superior que da acceso a la pista forestal principal de la Grana, justo donde empieza la vereda de la Cicatriz.
La cicatriz es una senda con mucho desnivel y muy montañera, que si continuáramos hasta el final terminaría justo en el punto geodésico, pero en esta ocasión cogí la loma de la Grana con dirección al cruce de sendas que hay justo en mitad del barranco del Guadalete o de los Lobos. A este cruce se accede por una senda en bajada brutal donde hay que extremar las precauciones al máximo.
Una vez en este cruce, comienza la bajada por el Guadalete, el segundo barranco espectacular, una brutal bajada.
Al final del barranco es donde introduje la novedad de la ruta, justo al llegar a los olivos, giré a la derecha buscando atravesar el pinar de Peñablanquilla, unas veces por senderillos, otras por las mesetas que forman los pinos, cómodamente hice esta media ladera hasta salir justo a la entrada del tercer barranco, el del Goyino.
Otro espectacular sendero que unas veces por el cauce y otras por los bordes nos lleva justo debajo de la pista que lleva a la Ermita de San Isidro. Yo opté por atravesar el olivar y acceder directamente a la pista que atravesando otro espectacular pinar lleva al collado de Peñablanquilla.
Desde el collado ya dejarse caer de nuevo hasta el cruce de sendas que pasé hace unas horas pero esta vez subir la segunda parte del Bco del Guadalete, siempre por una senda con mucha pendiente denominada sendero de San Bernardo. En gran parte culpable de las rutas que puedo realizar, porque lo he subido tantas veces y en tantas circunstancias que ya en sí es un gran entreno.
El San Bernardo lleva a la caseta que hay junto al geodésico de la Grana, de aquí coger la pista hasta la pista forestal que hay más abajo y justo al pisar la pista forestal comienza el sendero de Cañada Honda, antes señalizado y ahora con la señal desaparecida en combate.
Bajamos el 4 barranco, el de Cañada Honda, este menos espectacular que los 3 anteriores pero con una preciosa senda también, y llegamos a la pista forestal de abajo (podríamos seguir bajando el barranco hasta el final, la senda continúa, pero luego tendríamos que volver a subir o seguir por los olivos hasta el inicio de la ruta).
Ya solo queda seguir la pista, pasar por el pilar del Marchante y llegar al inicio del sendero de la Cresta, muy frecuentado por ciclistas. Este sendero nos lleva a una pista olivarera que nos vuelve a llevar al inicio de la ruta.
Una ruta con cuatro barrancos espectaculares que estoy seguro que si estuviera en otro sitio con más renombre tendríamos que hacerla apartando gente del camino, pero como está en la Grana, es una ruta muy poco frecuentada.

Toca seguir investigando sendas porque me da que todavía quedan rincones en esa sierra por explorar.