2017-06-10 ( Sierra de Cuera ) Peña Liño un mirador entre el mar y las montañas

La Sierra de Cuera es un escenario de primera para planificar rutas y excursiones en cualquier época del año y para todo tipo de públicos. Sus desniveles son llevaderos en casi toda su orografía. Desde numerosos puntos alcanzamos panorámicas excelentes del mar Cantábrico y de los Picos de Europa. De hecho El Cuera es una pequeña cordillera, un cordal de roca caliza que ha tenido el privilegio de ubicarse a medio camino del oceáno y las montañas más altas. Discurre en paralelo a ambos paisajes y se ha contagiado por igual de ambos.
El Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera se sitúa en el extremo oriental de la región, formando un cordal litoral de casi 40 km de longitud que se inicia en el Sella y prosigue a escasa distancia del mar hasta el final de la región en el Deva.
Aparcamos en la entrada de Alles (273 m) muy cerca de la plaza de la iglesia, desde la cual se avista al norte la sierra, destacando el pico Liño (1.178 m), cumbre aplanada, protegida en sus estribaciones meridionales por verticales contrafuertes de roca caliza. Iniciamos el recorrido por la calle principal, continuando por la carretera hasta la Ermita de San Roque, sita a la entrada del pueblo dirección poniente. Asoman ya hacia el mediodía algunas cumbres del Macizo Central de los Picos de Europa y, asimismo, al (Este) se perfila elegante la aguja de la Pica de Peñamellera (763 m), emergiendo en medio del valle-cuenca del Cares.
De la ermita sale una pista de cemento, en la parte superior de la población, al parecer antiguo camino de origen romano, que asciende, en ligera pendiente y curvas cerradas, por las praderías y cabañas de El Campu. A mitad de recorrido por la misma encontramos una caseta mirador con espléndidas vistas de Picos de Europa, cuyos Macizos, realzados desde las alturas y modulados por las diferentes perspectivas, serán una constante en lo que nos resta de camino. Igualmente cambiará la panorámica de la Pica de Peñamellera, a medida que subimos al Cuera.
Nos aproximamos a la Majada Llabandames, dejando atrás el cruce, desde el cual una senda, rumbo (Oeste), asciende al Collado Aleso (689 m) y Majada los Fresnos. Es Llabandames un oasis de intenso verde con casas, algunas rehabilitadas, cuidadas praderías con la fuente y abrevadero de La Lisal y manchas de bosque, donde abunda el fresno, los tilos, el avellano y algún roble. Termina la pista y, bien por encima o por debajo de las cabañas, sendos caminos ascienden dirección (Nordeste), para converger poco después a la altura de Doña Toba, nueva majada con dos cabañas, una de las cuales en ruinas.
El sendero continúa el ascenso, manteniendo el rumbo, a los pies de los contrafuertes meridionales de la sierra. Pasaremos junto al cruce apenas perceptible, desde donde una vereda, procedente de Braña Abanielles, al (Oeste), desciende por empinada pendiente, que será nuestra opción alternativa a la vuelta. Seguimos faldeando en subida, pasamos por Cagigu la Campuca, zona donde un fresno solitario sirve de referencia en la ruta. Percibimos cercana la silueta cónica del Pico Morea (1.001 m) al cual puede ascender la persona que lo desee, a la derecha más abajo, Braña llia.
Finalmente, las estribaciones del cordal nos permiten un giro hacia el (Norte), que por campera, aprisco incluido, nos lleva hasta Collada de Llanos o Jorcon de Morea (889 m), divisoria entre vertientes, pudiendo avistarse al fondo la costa cantábrica y los pueblos más próximos, Borbolla, Puron y Cue. En la falda occidental del Pico Morea (1.001 m), a nuestra derecha, Fuente Vallejo. Seductora desde la collada la panorámica al mediodía del Macizo Oriental (Ándara) con algunas cumbres asomando de los Urrielles.
Giramos al poniente ascendiendo transversalmente por las estribaciones septentrionales del cordal, sin referencias claras de sendero. En seguida dejamos a nuestra derecha un lago artificial bien cuidado. Se amplía el escenario de la costa, dando vista a Llanes y San Roque Del Acebal. Al (Oeste) vemos ya dos elevaciones montañosas, un primer montículo y el Pico de la Muesca (1.104 m). Rodeamos el montículo por su cara (Sur), cambiando de vertiente, divisándose a los pies de la sierra Braña Abanielles, por donde pasaremos al regreso.
Estamos en Collada la Muesca (1.014 m). Rodeamos el pico homónimo o lo ascendemos por la cara norte, volviendo a la vertiente de la costa. Manteniendo el rumbo, bordeamos asimismo el Pico Ubricario (1.136 m), dando ya vista a la cara este del Liño (1.178 m). Soslayamos la hondonada de Jou Negro, en cuyo entorno se ubican la laguna y fuente-abrevadero del Liño. Subiendo por la cara norte, fácilmente alcanzamos la extensa cima, señalada con vértice geodésico y buzón de cumbre.
Sorprendente atalaya y cautivador escenario por los cuatro costados. Al Sur, los profundos valles con la capital de Peñamellera Alta en su fondo, tras los cuales se alza la Sierra Cocon, con el Peña Cerralosa (1.559 m), techo del concejo. Más allá, las majestuosas cumbres nevadas de los tres macizos, destacando el Urriellu (2.518 m), y en el horizonte lejano, extremo oriental, Peña Sagra (2.047 m), dominio cántabro. Al oeste, la continuación del Cuera, sobresaliendo el Turbina (1.317 m) con los picos adelantados Cabeza Ledesma (1.234 m) a su izquierda y Peña Haba a la derecha. Al (Este), la misma sierra con Ubricario (1.136 m) y Morea (1.001 m) en las proximidades. Al norte, decenas de kilómetros de la costa cantábrica con su peculiar embrujo.
Descendemos directamente a campo través por la cara sur del pico, cruzando en acusada pendiente la braña del mismo, zona herbosa y matorral bajo, hasta la base, donde un sendero rumbo (Este) nos guía hacia Braña Abanielles, majada con casa, depósito de agua y praderas cercadas por muros de piedra. Se ubica en un rellano, protegido por una alambrada, tras la cual una escabrosa pendiente de empinada canal, otra posible vía de acceso, se desliza hasta Majada Llabandames. Desde la misma majada nos resta descender, manteniendo el rumbo, hasta conectar con el camino principal, itinerario de vuelta, en los aledaños de la majada Doña Toba.
Ruta no muy larga, sin dificultades técnicas, cuyo desnivel acumulado se va salvando paulatinamente a lo largo del recorrido. La fuerte pendiente en la bajada por la Braña de Liño requiere cierta precaución, sin llegar a ser peligrosa. No es una gran cota y su cima aplanada, con un manto herboso salpicado de piedras, difiere de otras cumbres del Cuera como Peña Blanca de contorno salvaje y estructura caliza, perfiladas en procesos de disolución kársticos. Pero, al igual que ellas, está precisamente ahí donde otras más rumbosas nunca estarán. ¡La esplendorosa y sobrecogedora visión de los TRES MACIZOS y del CANTÁBRICO simultáneamente bien merece la visita al LIÑO!.