2019-02-23 Rfg Tiza-Pte Belda-Minas-Alamillo
near Martos, Andalucía (España)
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Itinerary description
Planteamos esta ruta como una actividad deportiva enfocada a la cultura, en el que el principal objetivo era crear una ruta para visitar 4 enclaves principales, los refugios antiaéreos del Cerro de la Tiza, el Puente de Belda, las Minas Virginia y el cortijo del Alamillo.
Refugios antiaéreos del Cerro de la Tiza:
Son dos refugios muy próximos que tuvieron un uso exclusivamente militar para almacén de armamento y para refugio de la tropa durante la guerra civil por parte del ejército republicano. El mayor tiene un doble trazado con diversos compartimentos. El menor
de los refugios es de trazado más corto pero con dos entradas.
Escondido bajo las altas copas de los pinos, encontramos lo que comúnmente los marteños llaman “la Cueva de los Borreros”. Sin embargo, con solo echarle un vistazo nos podemos dar cuenta de que no se trata en absoluto de una cueva natural.
Estamos ante una serie de refugios antiaéreos excavados en el lecho de este cerro. Se constata es que fueron excavados en el lugar gracias a la facilidad que daban las rocas de escasa dureza y que se construyeron varias galerías subterráneas, que podían alcanzar cerca de los 100 metros de extensión.
En la actualidad, estos pasadizos subterráneos no son tan extensos puesto que con el tiempo han sufrido derrumbes o han ido quedando ocluidos por la entrada de tierra de forma natural o provocada por los animales. Aún así, siguen quedando 3 tipos de galerías diferenciadas:
Una primera, que tras una pronunciada caída, se adentra unos 20 metros en la tierra. Es el pasadizo más alejado, que según fuentes orales, era utilizado como polvorín para guardar explosivos y municiones alejados de la tropa, protegiéndolos de bombardeos o accidentes.
Un segundo pasadizo, de unos 10 metros, se encuentra con sus entradas parcialmente cegadas y podría ser un abrigo para la tropa, donde los soldados se recogerían para protegerse del frío, el viento o la lluvia.
El tercero, el más grande, se encuentra en unas condiciones regulares. Su entrada forma varios quiebros para evitar el efecto de ataques directos con bombas. En su interior, encontramos un primer paso cegado a la izquierda. Girando a la derecha, encontraremos una entrada que hoy se encuentra cegada. Si seguimos adentrándonos en la tierra, por la larga galería vamos encontrando aún las marcas de las herramientas que se utilizaron para la excavación del refugio, junto a varias repisas que servían para colocar los carburos que iluminaban la galería. Tras un largo trecho, llegamos al final del refugio, que se bifurca en tres direcciones.
Puente de Belda:
Puente construído a finales del siglo XIX para el ferrocarril de la línea Linares Puente Genil, y se trata de una obra de ingeniería impresionante. Además hay que pensar que cuando se construyó no había excavadoras ni maquinaria como la que hay ahora.
Pensar que tuvieron que construir todo eso a base de mulos y caballos. Fue construido por ingenieros franceses, por la empresa Daydé & Pillé, responsable de numerosos puentes similares por todo el mundo.
El puente está en desuso desde los años 80 desde que quitaron el tren de Martos.
Hace unos años le hicieron una modificación para hacerlo más seguro, tapando los accesos a los pilares por la escalerillas.
Minas La Virginina I y II:
La actividad minera en la Encomienda de Víboras se remonta al periodo Eneolítico, cuando se extraía hematíes roja para la obtención de pintura para emplearla en el arte parietal de cuevas y abrigos y como maquillaje corporal en las ceremonias mágico-
religiosas.
La pujanza de la minería desde finales del S. XIX hasta la guerra civil de 1.936 es evidente en la multitud de pozos y explotaciones, hecho que propicia un crecimiento urbano y demográfico importantísimo en la población de Las Casillas.
Las minas de “la Virginia I (1.919), “El Pájaro (1.920), “Los Musulmanes”, “Cerro San Cristóbal”, “El Chorrico”, y otras son de los primeros momentos. En los años 40 y 50 continúan las explotaciones de yacimientos como “S. Miguel Alto en el “Alamillo”, y “El
Cortijo Negro de Don Antonio Fernández Melero.
En los años 60 y 70 nuevas labores en “Santa María, “Alamillo”, “Virginia I”, “Antonia” y “Mina La Parra” de la mano de Don Ricardo Fernández Melero, que continuará su actividad empresarial hasta los años 80 con un gran impulso productivo tanto en la
zona como en otros lugares de la provincia como Garciez e incluso en la vecina provincia de Córdoba trabajando en Zamoranos (Priego de Córdoba).
Este mineral se comercializara en distintos puntos: Jaén, Bilbao, Casariche (Sevilla), Madrid, Altos Hornos de Cataluña (Barcelona), Montblanc (Tarragona) y fundamentalmente a la compañía inglesa Óxidos Rojos de Málaga, siendo muy apreciado y demandado por ser uno de los minerales de mayor pureza de España.-
A partir de los años 80 los hijos de D. Ricardo Fernández, D. Juan y D. Miguel Fernández Rivera toman el relevo con trabajos en la
“Antonia II”, “La Rosa”, (Con mineral de máxima riqueza de la zona), y “La Virginia II”, hasta los primeros años de la década de los 90, en que los altos costos de explotación (planes de labores, seguridad social...) hacen inviable estas explotaciones necesitadas de mejoras significativas en inversiones.
Cortijo del Alamillo:
Este cortijo se encuentra dividido en varios edificios. El principal que hace unos años perdió la cartela de obra con su nombre, guarda aún buena muestra de lo señorial del mismo y hasta hace pocos años, aún conservaba pesadas cocinas de leña, junto a una
elegante escalera de mármol.
En sus traseras aún quedan los restos del jardín, en el que sobreviven algunas palmeras junto a las cuadras y a la antigua fábrica de aceituna que fue de las más modernas de su época y que estaba movida por un motor de petróleo.
En la parte delantera junto al edificio, aún se conserva una charca de riego que se sigue utilizando en la actualidad, junto a los restos de lo que parece ser aún estanque que aún hoy conserva el agua.
Este cortijo además de ser aceitunero, tuvo una intensa actividad minera sobre todo en el siglo XX y en la zona aún se pueden ver las bocas de varias minas, de las que se extraían almagra roja que se utilizaba para la pintura y también mineral de hierro que se
enviaba a los altos hornos de Málaga gracias al FFCC Linares- Puente Genil que tenía muy próxima al mismo la Estación de Vado Jaén.
Video recomentado:
https://youtu.be/upVQTzxmJqg
Fuentes:
El mundoblog de Miguel Caballero
Blog LA ERA DEL CORTIJILLO
Refugios antiaéreos del Cerro de la Tiza:
Son dos refugios muy próximos que tuvieron un uso exclusivamente militar para almacén de armamento y para refugio de la tropa durante la guerra civil por parte del ejército republicano. El mayor tiene un doble trazado con diversos compartimentos. El menor
de los refugios es de trazado más corto pero con dos entradas.
Escondido bajo las altas copas de los pinos, encontramos lo que comúnmente los marteños llaman “la Cueva de los Borreros”. Sin embargo, con solo echarle un vistazo nos podemos dar cuenta de que no se trata en absoluto de una cueva natural.
Estamos ante una serie de refugios antiaéreos excavados en el lecho de este cerro. Se constata es que fueron excavados en el lugar gracias a la facilidad que daban las rocas de escasa dureza y que se construyeron varias galerías subterráneas, que podían alcanzar cerca de los 100 metros de extensión.
En la actualidad, estos pasadizos subterráneos no son tan extensos puesto que con el tiempo han sufrido derrumbes o han ido quedando ocluidos por la entrada de tierra de forma natural o provocada por los animales. Aún así, siguen quedando 3 tipos de galerías diferenciadas:
Una primera, que tras una pronunciada caída, se adentra unos 20 metros en la tierra. Es el pasadizo más alejado, que según fuentes orales, era utilizado como polvorín para guardar explosivos y municiones alejados de la tropa, protegiéndolos de bombardeos o accidentes.
Un segundo pasadizo, de unos 10 metros, se encuentra con sus entradas parcialmente cegadas y podría ser un abrigo para la tropa, donde los soldados se recogerían para protegerse del frío, el viento o la lluvia.
El tercero, el más grande, se encuentra en unas condiciones regulares. Su entrada forma varios quiebros para evitar el efecto de ataques directos con bombas. En su interior, encontramos un primer paso cegado a la izquierda. Girando a la derecha, encontraremos una entrada que hoy se encuentra cegada. Si seguimos adentrándonos en la tierra, por la larga galería vamos encontrando aún las marcas de las herramientas que se utilizaron para la excavación del refugio, junto a varias repisas que servían para colocar los carburos que iluminaban la galería. Tras un largo trecho, llegamos al final del refugio, que se bifurca en tres direcciones.
Puente de Belda:
Puente construído a finales del siglo XIX para el ferrocarril de la línea Linares Puente Genil, y se trata de una obra de ingeniería impresionante. Además hay que pensar que cuando se construyó no había excavadoras ni maquinaria como la que hay ahora.
Pensar que tuvieron que construir todo eso a base de mulos y caballos. Fue construido por ingenieros franceses, por la empresa Daydé & Pillé, responsable de numerosos puentes similares por todo el mundo.
El puente está en desuso desde los años 80 desde que quitaron el tren de Martos.
Hace unos años le hicieron una modificación para hacerlo más seguro, tapando los accesos a los pilares por la escalerillas.
Minas La Virginina I y II:
La actividad minera en la Encomienda de Víboras se remonta al periodo Eneolítico, cuando se extraía hematíes roja para la obtención de pintura para emplearla en el arte parietal de cuevas y abrigos y como maquillaje corporal en las ceremonias mágico-
religiosas.
La pujanza de la minería desde finales del S. XIX hasta la guerra civil de 1.936 es evidente en la multitud de pozos y explotaciones, hecho que propicia un crecimiento urbano y demográfico importantísimo en la población de Las Casillas.
Las minas de “la Virginia I (1.919), “El Pájaro (1.920), “Los Musulmanes”, “Cerro San Cristóbal”, “El Chorrico”, y otras son de los primeros momentos. En los años 40 y 50 continúan las explotaciones de yacimientos como “S. Miguel Alto en el “Alamillo”, y “El
Cortijo Negro de Don Antonio Fernández Melero.
En los años 60 y 70 nuevas labores en “Santa María, “Alamillo”, “Virginia I”, “Antonia” y “Mina La Parra” de la mano de Don Ricardo Fernández Melero, que continuará su actividad empresarial hasta los años 80 con un gran impulso productivo tanto en la
zona como en otros lugares de la provincia como Garciez e incluso en la vecina provincia de Córdoba trabajando en Zamoranos (Priego de Córdoba).
Este mineral se comercializara en distintos puntos: Jaén, Bilbao, Casariche (Sevilla), Madrid, Altos Hornos de Cataluña (Barcelona), Montblanc (Tarragona) y fundamentalmente a la compañía inglesa Óxidos Rojos de Málaga, siendo muy apreciado y demandado por ser uno de los minerales de mayor pureza de España.-
A partir de los años 80 los hijos de D. Ricardo Fernández, D. Juan y D. Miguel Fernández Rivera toman el relevo con trabajos en la
“Antonia II”, “La Rosa”, (Con mineral de máxima riqueza de la zona), y “La Virginia II”, hasta los primeros años de la década de los 90, en que los altos costos de explotación (planes de labores, seguridad social...) hacen inviable estas explotaciones necesitadas de mejoras significativas en inversiones.
Cortijo del Alamillo:
Este cortijo se encuentra dividido en varios edificios. El principal que hace unos años perdió la cartela de obra con su nombre, guarda aún buena muestra de lo señorial del mismo y hasta hace pocos años, aún conservaba pesadas cocinas de leña, junto a una
elegante escalera de mármol.
En sus traseras aún quedan los restos del jardín, en el que sobreviven algunas palmeras junto a las cuadras y a la antigua fábrica de aceituna que fue de las más modernas de su época y que estaba movida por un motor de petróleo.
En la parte delantera junto al edificio, aún se conserva una charca de riego que se sigue utilizando en la actualidad, junto a los restos de lo que parece ser aún estanque que aún hoy conserva el agua.
Este cortijo además de ser aceitunero, tuvo una intensa actividad minera sobre todo en el siglo XX y en la zona aún se pueden ver las bocas de varias minas, de las que se extraían almagra roja que se utilizaba para la pintura y también mineral de hierro que se
enviaba a los altos hornos de Málaga gracias al FFCC Linares- Puente Genil que tenía muy próxima al mismo la Estación de Vado Jaén.
Video recomentado:
https://youtu.be/upVQTzxmJqg
Fuentes:
El mundoblog de Miguel Caballero
Blog LA ERA DEL CORTIJILLO
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