2019-07-06. CAMINO PRIMITIVO 5. A Lavacolla-Monte do Gozo- Santiago de Compostela

Hoy es el día Grande. El día del Gozo y de las lágrimas.
Hoy, tras desayunar donde comimos ayer (Restaurante San Paio-Lavacolla), iniciamos nuestra andadura en la Iglesia Parroquial de San Paio de Sabugueira, en Lavacolla. Iglesia cuyo aspecto actual data de 1840, y en su interior podemos ver retablos barrocos. Volvemos caminando un trecho hacia el este para alcanzar la carretera nacional y cruzarla. Pronto vemos el indicador hacia Vilamaior, carretera por donde subiremos tras cruzar el Rio Lavacolla por un puente de madera. Ahora iremos subiendo por carreterilla poco transitada y bajo arboledas a veces, y primero Vilamaior y después Neiro, van quedando atrás. Tras un espeso bosque, pasamos por las instalaciones de la Televisión Gallega, punto más alto de la etapa de hoy. Ya hemos entrado en la Parroquia de Santa Eulalia Do Bando (Iglesia sita en Bando de Abaixo), cuyos dominios abarcan San Marcos (Monte do Gozo) y otros sitios fuera del Camino. Poco después giramos hacia el sur en el Camping de San Marcos para bordear las Instalaciones de TVE, centro regional de Galicia, girando de nuevo al oeste. Llaneamos un trecho entre cultivos, y bajamos un poco al llegar a San Marcos, para volver a subir levemente hasta el Monte Do Gozo, tras pasar por la Capela de San Marcos.
Aquí vemos la escultura conmemorativa de la visita de Juan Pablo II en 1993. Actualmente está vallada, pues en ella los peregrinos depositan toda clase de objetos. Desde este monte ya podemos ver la Catedral de Santiago a unos 5 kilómetros.
Ni que decir tiene que la emoción es inmensa, no se puede explicar lo que sentimos cuando llegamos allí y vemos por primera vez las Torres de la Catedral, tras varias jornadas de Camino. En el Siglo XII, el Codex Calixtinus se mencionaba este sitio como Mons Gaudii. Algo así, pero de otra manera, sentí en El Alto del Perdón cuando eché la vista atrás para contemplar por última vez Pamplona en 2011.
Nos dirigimos ahora al Monumento al Peregrino en un cerro próximo, que fue inaugurado también en 1993. Son dos peregrinos en acto de júbilo al contemplar las torres de la Catedral.
Nosotros optamos por no volver sobre nuestros pasos a la Capela de San Marcos, sino que acortamos por las instalaciones creadas en 1993 para acogimiento de peregrinos, que se parecen más a barracones de campos de concentración, que a albergues. Y no nos arrepentimos, pues fuimos a dar con una casa donde había un sinfín de esculturas de piedra, de un escultor discipulo del archifamoso Francisco Asorey: Jose Cao Lata. Todo un descubrimiento. Un autentico museo en su taller al pie del Monte do Gozo, a las mismas puertas de San Lazaro.
Seguimos nuestro camino entrando en el área de Santiago por la Parroquia de San Lázaro, barrio donde está la Iglesia junto a la carretera.
Ahora el Camino hasta la Catedral, está jalonado de establecimientos de todo tipo, muchos relacionados con el peregrino. Esta parte es la más tediosa, pues parece no acabar nunca, aunque los ánimos no decaen, sobre todo al ver la cantidad de peregrinos que van en tu misma dirección.
La entrada en la Plaza del Obradoiro, la hicimos por la plaza de Platerías, no por el arco correspondiente. La emoción que se siente no se puede describir: hay que vivirlo.
Luego vendrían las fotos con las torres al fondo, la misa del peregrino en la Iglesia de Santiago, y las visitas al botafumeiro y al Apóstol.
Una foto en las escaleras de la Plaza de Platerías con todo el grupo de La Central Jacobea del Club Caminantes Molino de Agua Fresca.
Una Comida-Homenaje de hermandad en un restaurante de la ciudad. Tarde libre, y al día siguiente dejamos El Hospedaje, cogemos autobús, y rumbo a Almería, vía Orense, Benavente, Madrid, donde se quedaría parte de los peregrinos. Las despedidas siempre son tristes, pero durante el viaje, ya hicimos propósito del año próximo hacer el Epílogo hasta Fisterra, y tal vez desde ahí a Muxía. ( Pero esa historia está por vivirla y describirla.
Por donde veíamos peregrinos, se nos encogía el corazón, y alguna lágrima resbalada, al pensar que nos íbamos alejando de Galicia.
Y es que lo del Camino no se puede explicar: devoción, turismo, deporte? No sé exactamente lo me a mí me enganchó, pero desde 2011 que empecé en San Juan Pied de Port y crucé los Pirineos, algo en mí me dice que vuelva, y la experiencia es mágica. Y tengo intención de volver.

CONTINUARÄ..........