(20190618) Camiño dos Faros-9ª etapa- de Cuño a Lires (inacabada).

Después de un buen desayuno, varias miradas al cielo y consultas a la "meteo", nuestro taxista nos recoge para llevarnos hasta Cuño y así poder iniciar la novena etapa.
El cielo estaba muy cubierto y únicamente esperábamos que no fuese excesivamente fuerte el temporal.

Una vez en Cuño nos preparamos con el equipo de agua completo y comenzamos a bajar hacia la playa para continuar el camino en donde lo dejamos el día anterior.
Avanzamos por senderos estrechos y un poco cerrados lo que hace que entre los helechos y la hierba empezamos a mojarnos.
Seguimos subiendo hasta que llegamos a una zona alta próxima a un gran parque de aerogeneradores. Subimos un poco más hasta llegar a la cima del Monte O Pedrouzo.
Iniciamos el descenso y al poco rato comenzamos a ver a lo lejos la pequeña y bonita Playa de Moreira, a donde nos dirigimos.
Un poco después de la playa el tiempo comienza a ponerse un poco más serio y notamos que llueve en serio.
Esperando que amaine la lluvia y el viento nos paramos unos minutos al lado de unos pinos apilados para comer algo de fruta, etc.
Viendo que el tiempo no mejora ni se espera mejoría, nos ponemos en marcha para enlazar con la pista de de servicio al faro.
Continuamos avanzando por la pista mientras que la lluvia y el viento se hacen mucho más desagradables.
Así y todo seguimos hasta un pequeño promontorio del Cabo Touriñan en donde intentamos hacer algunas fotos a pesar de la lluvia y sobre todo, del viento.
Giramos para aproximarnos al Faro de Touriñan y comprobar si tenemos alguna edificación en la que podamos guarecernos. Los pequeños edificios que hay en su entorno están totalmente cerrados, lo único que podemos hacer es protegernos del viento en la parte trasera de un pequeño edificio.
Aprovechamos para hacer unas cuentas fotos al faro y también a una gran piedra que tiene la indicación de la latitud y longitud y hace referencia a que estamos en el punto más occidental de la España peninsular.
!Pues vale¡ !Que bien¡
Esperamos unos minutos por si amaina un poco el viento y la lluvia, pero pasa el tiempo y no parece querer darnos una pequeña tregua. El problema es que quietos en este punto podemos enfriarnos ya que estamos bastante mojados.
Poco después decidimos continuar e intentar buscar algún otro sitio mejor para poder guarecernos y secarnos un poco.

Decidimos volver por la carretera de servicio al faro y por momentos vemos que el viento lo tenemos en contra y la lluvia no cesa, si no todo lo contrario.
Continuamos adelante y decidimos llegar a una pequeña aldea próxima, cuyo nombre es Campos.
En la aldea no vemos a nadie pero aprovechamos un cobertizo muy precario en el que tenemos el sitio justo al lado de un tractor y otros utensilios. No es el mejor sitio pero por lo menos evitamos el seguir mojándonos.
Hacemos una pequeña revisión de la situación y nos damos cuenta que estamos totalmente mojados, desde los calcetines y hasta el cuello, pasando por los calzoncillos.
No hay una prenda, por pequeña que sea, que no esté mojada.
Intentamos secarnos un poco pero al estar tan mojados, seguimos teniendo riesgo de enfriarnos ya que la temperatura ha descendido bastante.
Mientras aprovechamos el tiempo para comer algo y echar unos buenos tragos del "xato", que siempre alivia algo.
Al final tomamos la decisión de llamar a nuestro taxista de cabecera y dar por concluida e inacabada la travesía.

Al cabo de un buen rato llega a rescatarnos y volvemos a Lires y a nuestro alojamiento, con intención de secar todo lo que podamos, pero sobre todo las botas e impermeables.

Hemos comenzado a andar en Cuño a las 8 horas y 28 minutos y terminado en el cobertizo de Campos sobre las 13 horas y 46 minutos.
El tiempo efectivo empleado en el recorrido ha sido de unos 4 horas y 31 minutos.
El tiempo dedicado a descansos, fotos, "hamaiketako", etc., ha sido de unos 47 minutos.

Los senderos al principio un poco cerrados pero después sin mayor dificultad.
Los caminos siguen estando muy bien marcados.

Para el día siguiente únicamente quedaba la última etapa, pero el pronóstico el tiempo para la zona no era nada bueno y la situación del material, botas, impermeables, etc., no era el mejor del mundo.
Durante el desayuno del día siguiente, tomamos una decisión:
Dos intrépidos iniciaron la ruta hasta Fisterra y el resto nos quedamos en la zona para hacer turismo en coche.
Los dos intrépidos tuvieron suerte con el tiempo y los turistas disfrutaron de los diferentes lugares del entorno.