2021-06-20 Presa de Beznar - Ermita del Sto. Cristo del Zapato - Pinos del Valle - Sendero de Alauxa - IBP 58

Partimos del aparcamiento El Rasmal, justo pasada la presa de Beznar, tomando el camino que hay enfrente de la entrada. Seguimos la pista, disfrutando de las maravillosas vistas del Valle de Lecrín, hasta el Cerro de los Cañones, que dejamos a la izquierda y continuamos. Al llegar al camino del cementerio torcemos a la izquierda y, en seguida, otra vez a la izquierda por una cuesta de hormigón que nos lleva a la carretera de los Guájares. Cruzando la carretera nosotros atravesamos la haza que hay enfrente hasta coger nuestro camino. Sin embargo, quizá sería más razonable girar a la izquierda y subir directamente por el camino que nos llevará, a través de un bosque de pinos, hasta una gran alberca. Rodeamos la alberca y giramos a la derecha para coger una sendilla que, atravesando el bosque, nos conduce al sendero de subida a la Ermita del Sto. Cristo del Zapato. En la intersección con este sendero tomamos a la derecha y, en una cómoda subida en zigzag, llegamos a lo alto del Cerro Chinchirina (o Chinchirilla) y a la ermita, desde donde disfrutamos de excelentes vistas.

Por la parte trasera de la ermita hay una vereda entre rocas, muy bien marcada con puntos y flechas azules, que nos llevará hasta casi la cima del Cerro del Crucero de Pinos. Este corto tramo aporta un punto de diversión y otras perspectiva del Valle, ya que veremos mejor la parte norte, hasta Dúrcal, si bien hay que tener cuidado porque el terreno es abrupto y con mucha roca.

Bajamos, volviendo sobre nuestros pasos y seguimos bajando hasta llegar al Juncal, con su fuente y lavadero. Desde aquí, entrando en el pueblo, recorremos la ermita de San Sebastián (iglesia del barrio alto), y bajamos hasta la carretera, que cruzamos para tomar la calle del Molino de la Cuesta hasta el barrio bajo. Visitamos la vieja almazara y la fuente. Aunque esta vez no lo hicimos, merece la pena visitar también la iglesia de la Inmaculada Concepción (iglesia del barrio bajo). Después seguimos hasta el sendero de Alauxa.

Seguimos el sendero empedrado y empinado, entre fincas de cítricos, almendros y olivos, pasando por el tajo de las cuevas y el nacimiento de la Frontila, hasta la carretera, que cruzamos y bajamos hasta llegar paralelos al pantano, por un bonito sendero con vistas, que nos llevará de nuevo al aparcamiento.

Ruta muy recomendada para todas las épocas del año, aunque primavera y otoño son las más espectaculares en el Valle.

Habitualmente hay agua en el Juncal, fuente del barrio alto y del barrio bajo, pero esta vez estaban las tres secas, ¿quizá por motivo de la pandemia?