(20210509) Gorbeia desde Murua por Mairuelegorreta e Igiñiger y vuelta por la senda Egillolarra

Nos hemos ido a Araba, hasta el concejo de Murua, uno de los 17 concejos que forman el municipio de Zigoitia (Araba). Subiremos al monte Gorbeia por una ruta especialmente bella y realizaremos una bonita circular. El Gorbeia, con 1482 m, es el monte más alto de Araba y Bizkaia y se puede ascender desde muchos puntos. Desde la parte alavesa unos de los puntos de partida es Murua. A unos 3 km de Murua hay unas viejas canteras reconvertidas en zona de esparcimiento con mesas y bancos. Es una zona bonita. A esta zona se le conoce como las Canteras de Murua. Hay varios lugares donde poder dejar el coche. Nosotros lo hemos dejado un poco antes de llegar a las canteras.

Desde el parking retrocedemos unos metros hasta llegar a un cruce de caminos donde hay un poste de señalización. Vemos que una de las señales indica Gorbea a 5,5 Km. Hay otra que indica Mairuelegorreta 45' 2,6 Km. Este es el camino que nos interesa, el que va hacia las cuevas de Mairuelegorreta. Comenzamos la ruta.

La ruta comienza subiendo por cómodo y ancho camino teniendo a nuestra derecha el cauce de la regata Asunkorta; cauce seco en el momento de realizar nuestro recorrido. Un cartel nos recuerda que entramos en el Parque Natural del Gorbeia. Al poco de subir pasamos por el borde superior de la cantera. Una alambrada protege el perimetro de la misma pero en un punto de las misma podemos asomarnos para ver la zona de mesas y bancos; es una campa que la atraviesa un arroyo (también seco) y rodeada por los muros de piedra de la cantera. Seguimos subiendo y dejamos a nuestra derecha la chabaola de Asunkorta. Me llama mucho la atención su tejado de hormigón; tiene que pesar una barbaridad. Seguimos subiendo por un precioso bosque y nos topamos con una bifurcación. Por la derecha se va hacia Mairuelegorreta y por la izquierda se sube directamente hacia el Gorbea, por la senda Egillolarra. Usaremos el camino de la derecha y a la vuelta bajaremos por el de la izquierda. El camino que va hacia las cuevas es muy bonito y cómodo. Caminamos inmersos en un precioso hayedo y de momento la subida es muy suave. Una puerta metálica y una alambrada cortan el camino pero a su derecha tenemos las atakas o paso por donde pasar cómodamente. Vemos además una pequeña sima cercada; digo pequeña por el agujero pero realmente desconozco que profundidad tendrá esta sima. Tras pasar la ataka enseguida llegamos a las cuevas de Mairulegorreta. Primero accedemos a Mairuelegorreta II. Justo en su entrada hay una rústica mesa y bancos realizados con unos troncos. La cueva está abierta; no hay hierros o barrotes impidiendo la entrada. Aquí conocemos a un par de chabales de Vitoria, Fernando y Guille. Hablando con ellos nos dicen que van a subir por el espolón Igiñiger al igual que nosotros así que iremos todos juntos. Un poco más arriba de esta primera cueva se encuentra otra, esta si que tiene barrotes pero está abierta. Es la cueva de Mairuelegorreta I y por lo que he leido tiene más de 12 km de galerias y es una de las cuevas más importantes de Araba. Tiene una boca de entrada de 7,40 m de ancho por 3 m de altura. Considerada una de las moradas de Mari, la dama de Anboto, son conocidas como uno de los mejores lugares para la práctica de espeleología de Euskadi y cuenta con importantes yacimientos paleontológicos. Después de la visita a la cueva descendemos un poco para tomar una senda, que sin ganar y perder mucha altura, nos situa en el barranco de Pagoluzeta atravesando otro fantástico hayedo. Una maravilla. Llegados al cauce, también seco, del barranco de pagoluzeta, toca remontarlo hasta su cabecera. La subida está hitada. Comenzamos subiendo por la izquierda, dejando el cauce a nuestra derecha, pero enseguida lo volvemos a cruzar e iremos por su derecha hasta el final. Aunque la subida está hitada la referencia principal es seguir el cauce por su derecha. Subida dura pero muy bonita. Al final, cuando la senda empieza a tenderse, vemos un paredón de color blanco. Es parte del muro del espolón de Igiñiger. Vamos subiendo y dejando la mole caliza por nuestra derecha hasta llegar al circo de Errekasiku donde se encuentra el manantial de Errekasiku. Aquí hay un gran dolina y parece que también un sumidero. Vemos el espolón Igiñiger y dos sendas muy marcadas que se abren paso hacia la parte superior. La subida no tiene nada, no es nada peligrosa y lo único que requiere es un poco de paciencia para ir salvando el desnivel. Una vez arriba el terreno se suaviza. Tenemos enseguida que superar otra pequeña zona rocosa por otra senda muy bien trazada. Una vez superada damos con la loma herbosa que conduce hacia la cima del Gorbeía. Un paseo. El viento y las nubes pasan a toda velocidad. La visibilidad es intermitente; a ratos vemos, a ratos se cubre de niebla. El calor de la subida por el espolón nos dura bien poco y tenemos que tirar de las prendas de abrigo. LLegamos a la cruz del Gorbeia y estamos lo justito porque se está muy mal. El viento nos zarandea y encima no tenemos vistas. No merece la pena quedarse aquí asi que tras las fotos de rigor nos despedimos de la cima y comenzamos la vuelta. Nos dirigimos hacia el collado que hay entre el monte Gorbea y el monte Arroriano. A medida que descendemos el viento cesa y la cosa mejora. En el collado encontramos un poste de señalización indicandonos la dirección hacia las canteras de Murua por la senda Egillolarra. Según bajamos vemos a nuestra izquierda el espolón Igiñiger desde la perspectica del monte Arroriano. Una bajada muy montañera que se abre paso entre el brezo nos situa en el paraje de Egillolarra donde se encuentra el refugio homónimo. Sale el sol y es la hora de almorzar así que aprovechamos unos troncos junto al refugio para sentarnos y almorzar bien a gusto. Bocata de sardinas, como va siendo habitual en nuestras salidas, regadas con cerveza. Tras un buen rato nos volvemos a poner en marcha. Ahora nos metemos de nuevo y de lleno en otro precioso hayedo. Una bajada bastante empinada al principio nos situa en una pista muy cómoda por la que bajaremos sin pérdida a las canteras. Un paseo por el bosque. Y como hemos terminado la ruta y es la hora de comer nos vamos al restaurante Artzegi (Gopegi) que también es pastelería. Unas cazuelitas y unas birras y todos contentos. Y esto ha sido todo. Una ruta preciosa que nos ha encantado a todos. Hoy con la compañia de Eneko, Jessica y las perritas Dru y Linda.