2022-05-07-Pico Zapatero. Circular desde Navandrinal

Esta ruta por el pico Zapatero, viejo conocido de nuestro grupo, presentó los aspectos habituales de otras ocasiones: esfuerzo prolongado en la ascensión por la Garganta hasta el Portacho, momentos de emoción en las trepadas por el rocoso tramo final de la ascensión, y cierto jolgorio durante el paso del “agujero”, ese orificio entre las rocas que es paso obligado en la ascensión, en el sentido en que siempre la efectuamos. Una cosa si había cambiado: mientras que en ocasiones anteriores se avanzaba entre piornos y escobas, con puntos donde era difícil localizar la continuidad de la senda, ahora se camina entre los esqueletos carbonizados de esas plantas, consecuencia del incendio que en agosto de 2021 arrasó toda la ladera norte de esa parte de la Sierra de la Paramera, y buena parte de la ladera sur. Si bien ahora es más fácil localizar el itinerario y son perfectamente visibles los hitos, caminar sobre un terreno ennegrecido aún por la ceniza causa una cierta desazón. Esperemos que la Naturaleza ponga en acción todos sus recursos y la zona pueda recuperarse pronto, al menos en la vegetación más básica.
El día había amanecido completamente despejado y con buena temperatura. Nos temíamos una jornada de intenso calor que, por suerte, sólo sufrimos un corto espacio de tiempo al final de la marcha, pues a medida que íbamos ganando altura un Cierzo fresco, incluso frio en ocasiones, nos aliviaba el calor.
Comenzamos la ruta saliendo de Navandrinal por el camino que, en dirección norte, llega hasta el collado de la Cabezuela. En la bifurcación que hay en este punto, donde sendos indicadores señalan la dirección del pico Zapatero a la izquierda y la Senda de Los Valles de frente, nosotros seguimos esta última, descendiendo hasta cruzar el arroyo del Zapatero para continuar remontando la garganta del mismo nombre, por camino que pasa a convertirse en senda cada vez menos perceptible hasta caso desaparecer en las proximidades del Portacho del Zapatero. A lo largo de toda esta ascensión podemos ver a nuestra izquierda la intensa corriente de agua del arroyo formando chorreras y pequeñas cascadas. Poco antes de alcanzar el Portacho, aprovechando una zona resguardada del viento, nos tomamos un pequeño descanso y “el plátano”.
Fue sobre todo a partir del Portacho donde notamos el cambio del paisaje: la ausencia de vegetación daba la sensación de que en algunos puntos se podía ir por cualquier sitio, sólo estorbados por algunas ramas calcinadas que aún se mantienen en pie. Así avanzamos, dejando a nuestra derecha el Risco Redondo y aproximándonos a la base del gran promontorio rocoso que constituye el pico Zapatero, de 2.158 m de altitud. Tras un primer tramo en el que se asciende entre grandes rocas, con puntos donde es necesaria la trepada, seguimos un pequeño trecho casi a nivel por el que llegamos al “paso del agujero”, orificio entre las rocas por donde hay que pasar de uno en uno y sin la mochila, dada su angostura. Evitar este paso requiere una trepada por las rocas de la izquierda, difícil y no exenta de riesgo, por lo que todos los componentes del grupo fuimos pasando por el “Ojo del Cíclope”, como algún ilustre miembro de nuestro grupo lo bautizó. Ya teníamos cerca la cumbre, que aparenta ser doble, si bien la más alta y señalizada con un hito es la situada al noreste, donde nos hicimos la obligada foto de grupo.
Comenzamos el descenso por la vertiente este, por la senda que baja con fuerte pendiente entre las rocas hasta el collado que separa el pico Zapatero de la Cancha Morena. En este punto, donde aún permanece un pequeño nevero, buscamos un lugar resguardado del viento para comer. Tras el pequeño descanso, seguimos descendiendo por la senda que deja a la izquierda la Cancha Morena, rodea el Risco del Sol por su cara norte, y continúa descendiendo hasta el collado del Portal de Peña Cabrera, donde empiezan a aparecer postes indicadores que nos marcan el camino de descenso, con una primera referencia inconfundible que es el paso junto al Pico el Cuchillo, enorme laja rocosa vertical. A partir de este punto hay tramos de fuerte pendiente con zonas de roca suelta que hacen penoso el avance, hasta llegar a las proximidades de las primeras fincas valladas, donde el itinerario es más dudoso, acabando en un embudo entre dos fincas valladas que está cubierto de vegetación, con surgencias de agua, y que acaba en un estrecho camino que la abundancia de agua ha convertido en un canal. Por él avanzamos hasta llegar al camino que habíamos tomado para el ascenso y que ahora, en sentido contrario, nos conduciría hasta el punto de partida