(20220227) Labastida-Bonbalatxi-Toloño-Peñalasdoce-Labastida

A las 6:30 de la mañana, partimos de la ciudad de Donostia, enfrentándonos a una ligera lluvia y un cielo cubierto. Durante el trayecto hacia Vitoria, las condiciones climáticas no eran precisamente favorables. Al llegar a nuestro destino, el desánimo rondaba entre nosotros, contemplando la posibilidad de abandonar nuestros planes y optar por un día de turismo, dado que la idea de ascender al Toloño por primera vez con un cielo amenazante no resultaba demasiado atractiva. No obstante, manteníamos la esperanza de que el clima mejorara conforme avanzara la mañana, por lo que decidimos continuar con determinación hacia nuestro objetivo.

Nuestro plan inicial consistía en iniciar la ruta desde el pintoresco pueblo de Berganzo, perteneciente al municipio de Zambrana. Sin embargo, al llegar a este enclave, nos encontramos con una sorpresa desagradable: el acceso en coche al pueblo estaba restringido para aquellos que no fueran residentes, a menos que contaran con un permiso especial. Nos informaron de la existencia de un estacionamiento habilitado a la entrada del pueblo, con una barrera que regulaba el acceso y un costo de 3,5€ los fines de semana. Nos dirigimos hacia dicho estacionamiento, solo para encontrarnos con un sistema de acceso bastante deficiente. Aparentemente, era necesario reservar previamente a través de una aplicación, la cual requería un registro para realizar el pago. El problema residía en que, para gestionar el pago en el momento, era imprescindible contar con cobertura de Vodafone o Movistar, mientras que yo, usuario de Euskaltel, me vi imposibilitado de hacerlo. Ante esta situación, nos vimos obligados a desistir de nuestro intento de acceder al pueblo.

La razón detrás de esta regulación en el estacionamiento radicaba en el hecho de que desde Berganzo parte una ruta muy popular conocida como 'La ruta del agua', la cual había generado problemas significativos con los vecinos debido a la llegada masiva de vehículos que estacionaban de manera descontrolada por todas partes. Como respuesta a esta problemática, las autoridades locales implementaron medidas más estrictas, incluyendo multas para aquellos que no respetaran el estacionamiento designado. Ante la imposibilidad de acceder a Berganzo, nos vimos obligados a dirigirnos hacia Labastida en busca de alternativas.

Tras llegar a Labastida, decidimos tomarnos un breve respiro y disfrutar de un café en uno de los acogedores bares del casco histórico. Alrededor de las 10:00 horas, notamos una mejoría en las condiciones climáticas; al menos, la llovizna había cesado, aunque la cumbre del Toloño permanecía envuelta en nubes. Con un rayo de esperanza, emprendimos nuestro camino, confiando en que el cielo se despejara gradualmente.

Cruzamos la calle principal del casco histórico y ascendimos hacia la Iglesia del Santo Cristo, donde disfrutamos de una vista panorámica. Luego, nos adentramos por una pista parcelaria conocida como el Camino del Machimbrado, adornado con algunas obras artísticas a lo largo del camino. Siguiendo un suave pero prolongado ascenso, nos acercamos lentamente a la falda sur del monte Toloño. A la altura de una caseta, utilizada como depósito de aguas, divisamos la granja de Remelluri.

Continuamos nuestro recorrido en travesía por la falda del monte hacia el Puerto de Rivas de Tereso, por donde atraviesa la carretera LR-317. Sin embargo, poco antes de llegar al puerto, optamos por tomar un camino ascendente que nos llevó al portillo de Pagoeta/Payueta. Aquí comenzó lo más emocionante de nuestra jornada.

Abandonamos la pista ancha de tierra al encontrar un atajo que ascendía por un joven hayedo, evitando la monotonía del camino principal. Este atajo nos llevó a una curva superior de la pista, desde donde continuamos rodeando por el norte la cima de Bonbalatxi. Más adelante, dejamos la pista al llegar a un poste de señalización con la indicación 'Toloño 2,5 Km', perteneciente al PR-A 79.

A partir de este punto, el sendero se convirtió en una experiencia excepcional, transitando por paisajes impresionantes. La niebla que venía y iba añadió un toque mágico a nuestra travesía. Finalmente, emergimos en una especie de campa en el paraje conocido como Salsipuedes, y tras recorrer este hermoso lugar, llegamos a un pequeño collado: el portillo de Salsipuedes. Desde aquí, la cumbre de Bonbalatxi se alcanzaba fácilmente.

Aunque logramos llegar a la cima, al regresar a casa, descubrimos que un poco más adelante, a una cota inferior, se encontraba un buzón. Este descubrimiento nos da un motivo adicional para volver y explorar aún más este fascinante lugar.

De vuelta en el portillo de Salsipuedes, nos adentramos nuevamente en un exuberante bosque, siguiendo senderos marcados con hitos y observando marcas de pintura roja y verde a lo largo del camino. Avanzamos hasta llegar a una especie de meseta que precede a la cima del Toloño, conocida como vértice. Tras una corta pero empinada ascensión por un pequeño conjunto rocoso, alcanzamos la cima del Toloño, donde se erige el vértice geodésico de primer orden. A pesar de la intermitente presencia de la niebla, tenemos la suerte de disfrutar de espectaculares vistas, ya que el clima ha ido mejorando gradualmente y la niebla se ha ido disipando poco a poco.

La verdadera cima del Toloño se encuentra a unos doscientos metros de la ubicación del vértice, a la que ascendemos sin dificultad por un estrecho sendero entre las rocas. En la cima nos recibe una cruz y un par de buzones más, en un entorno de indudable belleza. Desde este punto, divisamos las campas o rasos de Ortada hacia el norte, el pueblo de Peñacerrada hacia el noreste, y una amplia meseta al sur que separa la cumbre del Toloño de las cimas de la Peña del Castillo y Peñalasdoce. También apreciamos las ruinas del Santuario de Toloño.

Descendemos hacia la campa y nos dirigimos hacia Peñalasdoce, la cima más alejada hacia el oeste, disfrutando del impresionante paisaje rocoso. El acceso a esta cumbre es bastante sencillo. Continuamos por la cresta en dirección a la Peña del Castillo, aunque optamos por no ascender a esta cima debido a la dificultad de acceso. Descendemos por un pequeño corredor herboso flanqueado por grandes rocas hasta llegar al Santuario de Toloño, donde hacemos una pausa para almorzar.

Después, iniciamos el descenso hacia Labastida por el camino tradicional. Pronto llegamos a las ruinas de la ermita del Humilladero, donde giramos a la derecha y continuamos descendiendo rápidamente. Finalmente, llegamos al Parque de San Ginés, que cuenta con un parking, mesas de picnic, barbacoas y un bar. Estamos a solo 2 km de Labastida. Un camino flanqueado de viñedos nos lleva en un suave paseo hasta Labastida.