2023-3-5 Bedmar: Barranco del Canalizo, Pico Cuevas del Aire, Collado las Palomas, barranco Perejil y senda Poyo Valero

Desde el punto de vista histórico se identifica Bedmar con al-Matmar, que significa bajo el silo o la cueva, en referencia a la Cueva del Murallón, que se abre en la pared rocosa de la Serrezuela. Esta cueva formaba parte del primer poblamiento, que estaba cercado por una doble muralla de mampostería que apoyaba sus extremos en la sierra. Esta fortificación, realizada por una familia muladí, fue conquistada por Fernando III en el siglo XIII, convirtiéndose en frontera entre los reinos de Castilla y de Granada. En varias ocasiones fue tomada por los nazaríes en sus avances hacia Baeza. Esto dio lugar a que la Orden de Santiago edificara un nuevo castillo, que no volvería a ser tomado por los musulmanes. Es el castillo llamado el Mirador, que actualmente está en ruinas.

Desde el punto de vista morfológico la sierra que se sitúa sobre esta población, y que comparte con Jódar, denominada Sierrezuela, se caracteriza por 2 importantes elevaciones - el Pico cuevas del Aire y el Serrato o Alto de la Serrezuela- separadas por un valle o collado -el del Portillo- por el que transita el GR7-, y rodeado por múltiples y escarpados barrancos, siendo el del Perejil, en su extremo noreste, sin duda. el más conocido por su llamativas formaciones rocosas.

El origen de esta ruta surge tras mi visita a la zona, hace 2 años, en la que, intentando llegar al barranco del Perejil evitando la tediosa pista, encontré de forma casual, la preciosa senda de mampostería que nos sube a la sierra por su lado noroeste -y que recientemente he sabido denominan en el pueblo de Poyo Valero- y que fué la que nos desvió de nuestro objetivo principal, en aquel entonces, que no era otro que el famoso barranco.

Tras esta primera incursión, además de acercarnos a este barranco, se me quedó pendiente recorrer el trayecto que un pastor nos aconsejó para ir desde el pueblo hasta el inicio de la senda arriera mencionada -en aquel entonces lo hicimos de forma parcial a partir de la fuente de Carratraca-.
Con estas premisas inicié la planificación de este nuevo acercamiento a esta bonita sierra que tan buen sabor de boca me dejó anteriormente. Por último, el hallazgos en varias rutas publicadas en wikiloc de un acceso hasta la sierra por el oeste, a pie de pueblo, a través del barranco del Canalizo, acabó por redondear el proyecto ya que esta última pieza del puzle era triplemente interesante: en primer lugar, desde el punto de vista práctico, suponía un acceso muy directo a la sierra, evitando rodeos y zonas de cultivo, en segundo lugar, histórico pues pasaríamos junto a los restos de la antigua fortificación que hubo encaramada a los crestones rococos, -entre ellos un aljibe-cueva situado en la ladera del barranco--, y un tercer elemento, mas lúdico. que era el reto de subir por este tramo del que había leído lo disfrutón que podía ser si se estaba en buen estado de forma y se tomaba con tranquilidad y prudencia.

Tras aparcar cómodamente tras una amplia esplanada detrás del castillo, a escasos 100 metros y a través de lo que parece una conducción de agua hormigonada, ya tenemos la boca del barranco. Realmente es un disfrute batirse el cobre en este ascenso donde únicamente hay que ir armados de prudencia, paciencia y la técnica necesaria para transitar por zonas escarpadas, más aún con las vistas al fondo de las montañas nevada de Mágina.
Por otro lado, el enfoscado del algibe y los restos de muros en las crestas del barranco nos hablan del soberbio recinto amurallado que circundaba acrobáticamente este cerro.
Una vez en el collado, se inicia una increíble vereda que nos lleva en volandas por la cabecera de múltiples barranco como si tal cosa...realmente una maravilla.
Y así, collado tras collado llegamos a los pies del cerro Cuevas del Viento que, tras una pequeña trepada, estaremos abrazando su indicador geodésico y disfrutando de unas vistas de 10.
Tras el paso por la cueva que le da nombre al cerro, situada a una treintena de metros bajo este, nos dejamos caer por esta suave bajada hasta enganchar la vereda que nos conducirá por las cabeceras de los barrancos de la zona: Herrero, Higueruelo, Perejil. Pintos y Pizarro.
El paso de motos por la zona - nosotros llegamos a ver 3 grupos- tienen afectadas en mayor o menor medida estas sendas, existiendo tramos donde hay un alto riesgo de torcedura y/o caídas al resbalar sobre la tierra removida y los surcos.
Especialmente sangrante es el destrozo del camino de mampostería de Poyo Valero donde tramos enteros se han venido abajo por los socavones de las rodadas. Triste e indignante ver lo que se ha hecho - y se sigue haciendo- de manera impune a este patrimonio cultural, un tesoro legado por nuestros antepasados y que la desidia de unos y la inconsciencia de otros lo está reduciendo a una barranquera inhóspita y peligrosa que aconsejo evitar, al menos en bajada.
Ya en el valle, y siguiendo el trazado proyectado en base a la información del pastor, seguimos la senda que transcurre a medio camino entre olivar y sierra hasta alcanzar el pueblo.
En definitiva, una de las mejores y mas completas rutas - si no la que más- que podemos hacer por esta bonita sierra que, sin embargo, nos ha dejado un sabor agridulce a la vista del deterioro que estàn sufriendo sus ancestrales sendas.
Me parece inconcebible que en pleno siglo XXI exista una sierra de titularidad pública como la Sierrezuela en la que en vez de sacarle partido a su evidente potencial y abundantes recursos turísticos para crear riqueza en la zona -como la señalización de senderos y divulgación de sus paisajes entre los que se incluye el cada vez mas conocido barranco del Perejil- estemos viviendo su abandono y lamentable deterioro progresivo.
En esta ruta me.han acompañado varios miembros del club de montaña "Al borde de lo inconcebible" de la Zubia -Granada-