260. Senda del Escultor Ursi en la Montaña Palentina
near Villabellaco, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 57 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 524 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
En nuestra ruta previa [1] nos habíamos quedado con las ganas. De nieve; de más nieve. Era el tiempo de ella.
[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/259-lora-mesa-y-lora-menor-desde-castrecias-157949665
Ganas de más nieve en el suelo que entonces pisábamos en el Geoparque de Las Loras. Sólo había una fina capa. Más bien, parecía escarcha engallada, venida a más. Nos gustó así también; pero….
Y más ganas aún por la nieve que entonces vimos en la distancia en la Montaña Palentina. No se despejó del todo hasta última hora. Tan última, que las dos piernas habían dejado ya paso a las cuatro ruedas.
Ambos aperitivos nos abrieron el apetito (de nieve). Quisimos volver al día siguiente; más cerca. Pero el cielo se había vuelto a amugar, a amurriarse con oscuras nubes que amenazaban lluvia. Espera….
Por fin, ocho días después, para hoy se pronosticaba un día claro y radiante (…y gélido). Ideal. … “¡Vamos! A ver qué queda…”. ¡Qué mejor que acercarnos a esos incomparables parajes palentinos!
Quizá no sería hasta su corazón mismo, porque las carreteras podrían estar cortadas. Había estado nevando hacía dos días en zonas cercanas. Pero, al menos, llegaríamos hasta sus lindes.
Como atractivo principal teníamos, pues, ese hipnótico macizo y la blancura en sus picos. ¡Con los recuerdos que nos traían de nuestros años mozos! Subiendo al Curavacas y al Espigüete (este sólo 'casi'). ¡A pelo!
Además de esa atracción, había otro señuelo para la ruta de hoy. Integrado en el recorrido, se disemina un museo escultórico al aire libre: el del (o, más bien, sobre el) artista Ursicinio Martínez, natural de la zona, de Villabellaco (*).
(*) Que nadie se escandalice ni se ofenda: Parece que debe su nombre al poseedor o repoblador de estas tierras Vellaco o Velasco. Por lo tanto, sería "la villa de Vel(l)a(s)co". Tan digna, pues, como la que más.
Era un plan perfecto para un día con generosa atmósfera: soleada, para no mojarse; y limpia, para que la vista disfrutara de aquel tesoro natural; … y …fría (para ‘ahorrarse’ la botella de agua).
De camino, llegando, el termómetro se desgañitaba; desplomado: --“¡Diez grados bajo cero (fuera)!” (hay foto para escépticos). Nosotros, calentitos (dentro): –“Espera a que salga el que alumbra. ¡Verás quién se le resiste!”.
Salió y se elevó, en dura pugna con la escarcha y el aire congelados. Y los venció: Terminamos con 10 grados positivos. Allá arriba, en la montaña.
Abajo, en la llanura, apenas se alcanzaron 5 grados en lo mejor del día; ni uno más. Con el mismo sol y el mismo cielo; omnipresentes. Cosas curiosas.
LA RUTA
La ruta discurre por los límites orientales de la Montaña Palentina, entrando y saliendo (al 50%) del área geográfica en la que se enclava. No estamos en su parte más distintiva, pero queda cercana.
Hay un aparcamiento junto a la carretera, antes de entrar en Villabellaco. Cruzando el pueblo, y sobrepasando su iglesia y una interesante escultura, ascendemos pausadamente a las estribaciones de la sierra de Brañosera.
Faldeamos hasta el pueblo de Valle de Santullán (km 5,2). Siempre por camino o sendero, a través de un bosque de robles. Se nos abren vistas hacia el sur. Salteadas, algunas esculturas van amenizando la marcha.
Desde Valle de Santullán, el camino se empina hasta un collado (km 6,6). Las perspectivas paisajistas se amplían. En ese punto, la senda ‘oficial’ continúa por la izquierda, al este, hacia el mirador de La Solana (km 9,2).
Pero vemos que el núcleo de la Montaña Palentina queda hacia el lado opuesto, el oeste. Imantados, no podemos resistirnos a su captura: “No vaya a ser que nos la perdamos…”.
Hacemos un intento en esa dirección, elevándonos a unos roquedos (km 6,9). No merecen la pena esos saltos cabriles entre rocas. Hay una alternativa mejor, que descubrimos desde allí mismo.
Esa alternativa conlleva girar a la derecha en el km 7,2 por unas praderas hasta un alto (km 7,8). Nos da una visión privilegiada de los tuétanos de esa maravilla geológica (la MP), con sus cumbres.
Aún podríamos acercarnos más. Pero no es necesario: Volveremos a tener ese plano más adelante, aunque algo más lejano. Marcha atrás. Por eso y también porque el reloj nos estaba ‘tiranizando’ (ver Anécdota).
Retomamos, pues, la senda (km 8,6) hacia el este. Llegamos a uno de los puntos más espectaculares de la ruta: el mirador de La Solana (km 9,2). Es el vértice más elevado y ofrece panorámicas en 360 grados.
Si no eres un hincha vehemente de la Montaña Palentina, te bastará con ese mirador (sin necesidad de desplazarte al del km 7,8 o más allá). Nosotros, no obstante, repetiríamos y extenderíamos este apéndice extra.
En el entorno de La Solana y a lo largo del descenso, seguiremos encontrando esculturas. El terreno se vuelve a tramos un poco más escabroso. Seguimos, mayormente, en un bosque de robles.
Alcanzamos por fin el valle (km 12,6). Camino llano y despejado. Nuevas esculturas. Campo a un lado, bosque al otro. Dejamos a la derecha el Santuario del Carmen (km 13,1). … El reloj, de nuevo, manda: “¡Seguid…, seguid…!”.
Enfilamos hacia Villabellaco. Ávidos por llegar para ver algo más allí, …antes de que sea tarde…. Anhelosos y raudos, sí. Pero no precipitados: Hay que saborear el paisaje y las esculturas del camino.
Posibles Dificultades:
La senda es un PCR, el P02. En consonancia con su estatus, está muy bien señalizada con balizas en casi todo el recorrido. Vamos prácticamente siempre por camino o sendero.
Quizá se pierden las señales en algunos tramos durante el descenso desde el mirador de La Solana (km 9,3). Con guía (y sin ella casi también) es fácil orientarse.
No obstante, la guía que nosotros seguimos nos llevó a una confusión en el km 11,2. Dimos allí un rodeo innecesario y algo incómodo hasta el km 11,7. Mejor, continuar por el sendero a derecho 200 metros.
Nótese, además, que hicimos un par de desvíos fuera del itinerario ‘oficial’. Sin sendero. El primero (del km 6,7 al 7,1) es más apropiado para cabras. El segundo (del km 7,2 al 8,5), el bueno, se hace por suaves praderas.
Físicamente, no tiene grandes demandas. Únicamente el barro, si lo hay, puede complicar la marcha en varios puntos.
DESTACADO
Muchas rutas ensamblan naturaleza y paisajes con cultura e historia. Esta lo hace de modo especial: La cultura, en forma de arte escultórico, se inserta en el propio entorno natural; a lo largo de todo el recorrido.
(1) La Naturaleza:
Habíamos ido con ganas de ver nieve en las cumbres de la Montaña Palentina. Si bien desde la periferia, la ruta nos acercaría a ellas. La vimos: las cimas tocadas de blanco y las moles pizarrosas encueradas.
Y mucho más:
Son muy agradables los senderos que allí surcan los bosques de robles rebollos. Desnudos los árboles, vestidos los suelos; de hojas secas. Bosques espaciosos y aseados; como endomingados. Invitan a explorarlos.
A lo largo de la ruta se van dando la vez los ambientes de bosque, de praderas, y de roquedos. En combinación ideal y en su justa dosis. Antes de que te satures de uno, ahí te sorprende el siguiente.
Sin merma de interés por todo el resto, hay un área especialmente atractiva. Es el largo y ancho Alto de los Castillos. Viene después de remontar el valle de Santullán desde el pueblo de Valle de Santullán. En nuestra ruta, entre los km 6,6 y 9,9.
Por gran parte de esa área, avanza una senda tapizada de césped. Se despliega por la base de solana de los oscuros cantiles que confluyen en el mirador de La Solana, en el punto más elevado.
Toda esa parte es una atalaya, pero hay dos puntos especiales. Uno es el propio mirador mencionado (km 9,2); el otro se halla en el extremo opuesto, hacia el oeste (ligeramente fuera del trazado oficial; km 7,8).
Desde ellos, las vistas más impresionantes nos llegan de oeste a norte: Son las sierras y picos más altos de la Montaña Palentina, y los mismísimos Picos de Europa. Todos de blanco, perforando el cielo, (re)clamando.
(2) El Arte:
A la ruta se le denomina del ‘Escultor Ursi’ por algo: Precisamente, porque hilvana el recorrido natural con nada menos que 30 esculturas del (o sobre el) escultor Ursicinio Martínez, hijo de estas tierras.
Leo que “...la obra de UM, realizada mayoritariamente en madera… combina series realistas… con trabajos abstractos…”. Una muestra representativa de sus mejores creaciones puede verse en su Casa Museo de Aguilar de Campóo.
Parece, no obstante, que las esculturas dispuestas en la ruta, o gran parte de ellas, han sido realizadas por otros artistas en homenaje a ese gran escultor (fallecido en 2007), más que ser obras de factura propia suya.
De hecho, en el estilo, materiales, tamaños, complejidad, etc., el conjunto escultórico presenta una enorme diversidad. Parecen, efectivamente, criaturas de mentes y manos muy diferentes entre sí. Cada una es un mundo para degustar por separado.
Algunas esculturas son minimalistas; otras son composiciones barrocas de múltiples elementos. Creo que ninguna está hecha en madera, sino en piedra o cemento, metales varios, cristales, polímeros, etc.
Los dos pueblos de la ruta, Villabellaco y Valle de Santullán, tienen bellas iglesias de origen románico. Si bien bastante reformadas, mantienen airosas lo más emblemático: su espadaña. Saben bien dónde apuntan.
Además, como valioso complemento, en Villabellaco está el museo ‘Herminio Revilla’, otro paisano con naturales dotes artísticas. Recoge 600 tallas de madera y maquetas móviles. (Ver enlaces en Anécdota).
ANÉCDOTA
Como colofón a una ruta artística (además de paisajista), queríamos visitar el Museo y Casa-taller ‘Herminio Revilla’. En parte, por contemplar en vivo sus esculturas (y otros artilugios); en parte, por mostrar reconocimiento y apoyo.
Comenzamos la ruta a las 8:50 h am. Menos de 5 minutos después estábamos junto al museo y taller. Vimos en la puerta el horario de apertura: de 10 a 13 h.
--“OK. Tenemos tiempo de sobra para hacer la ruta (‘previsiblemente’, poco más de 13 km y relativamente sencilla); antes del cierre”. En tres horas y media estaría finiquitada (y disfrutada).
…/…
Sabemos quién hizo los planes: --“Sí, nosotros”.
Pero no quien los ejecutó. --(¡¿*?!). “¿Vosotros no?”.
--“Ya sabes: uno propone y otros disponen”. Y a veces esos ‘otros’ son sibilinos y transformistas. Con su zalamería, te hacen creer que eres tú mismo….
O bien nuestro sempiterno ‘ángel de la guarda’ nos abandonó hoy o, lo más probable, nos hizo una travesura. Se acumularon ‘mil’ imprevistos. Una muestra:
• Que Si…
• …Nos detenemos un par de minutos hablando con un lugareño en Valle de Santullán y su perrita, que quería irse con nosotros.
• …Tres minutos con una pareja de caminantes extranjeros y su enorme San Bernardo. Ocho años de edad. --“Como 60 en humanos, ¿no?”. --“Uy, no; viven unos 9 años…”. Penita.
• …Otro momento largo con un cazador; sin perro y con su morral vacío. --“Estoy a la liebre”. ¿Allí en lo alto del bosque? En ‘mi pueblo’ hacen sus camas en barbechos y rastrojos.
• …Nos desviamos (casi dos km) para ver más de cerca la Montaña Palentina. La verdad es que los picos estaban ‘para comérselos’, repetir, y no quedar harto.
• …Durante el descenso, el suelo se estaba ya deshelando, embarrizado y poniéndose resbaladizo. Marcha corta. Suma (tiempo) y sigue.
• …Confundidos por la guía en que nos apoyamos, dimos un rodeo innecesario (ver Posibles Dificultades). Este sí que nos dolió de cara a las consecuencias.
• …En la parte final de la ruta hay una mayor densidad de esculturas. Hay que detenerse a contemplarlas; obviamente.
• …Etc.
• “Que si la abuela….”.
Parecía una conflagración de todas las fuerzas del Universo contra nuestro objetivo. ¡Qué me digo! ¡Fue una confabulación con mala fe, en toda regla! Goliat contra David.
Vas sumando de aquí y de allá… (y restando tiempo de los haberes). Al final, corriendo. –“A ver si, con suerte, mantienen abierto el museo unos minutos más…”.
Llegamos al museo ‘con la lengua fuera’. Eran las 13 h 14 min y 40 seg. Cerrado. ¡Plaf!
Bueno, nos quedaría la alternativa de verlo en internet (claro, no es lo mismo): https://museohr.com/ ; y también: https://www.palenciaturismo.es/visitar/lugares-interes/casa-taller-herminio-revilla .
Por lo demás, la ruta había sido magnífica. No se puede tener todo a la vez. Somos de buen conformar.
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 57 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 524 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
En nuestra ruta previa [1] nos habíamos quedado con las ganas. De nieve; de más nieve. Era el tiempo de ella.
[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/259-lora-mesa-y-lora-menor-desde-castrecias-157949665
Ganas de más nieve en el suelo que entonces pisábamos en el Geoparque de Las Loras. Sólo había una fina capa. Más bien, parecía escarcha engallada, venida a más. Nos gustó así también; pero….
Y más ganas aún por la nieve que entonces vimos en la distancia en la Montaña Palentina. No se despejó del todo hasta última hora. Tan última, que las dos piernas habían dejado ya paso a las cuatro ruedas.
Ambos aperitivos nos abrieron el apetito (de nieve). Quisimos volver al día siguiente; más cerca. Pero el cielo se había vuelto a amugar, a amurriarse con oscuras nubes que amenazaban lluvia. Espera….
Por fin, ocho días después, para hoy se pronosticaba un día claro y radiante (…y gélido). Ideal. … “¡Vamos! A ver qué queda…”. ¡Qué mejor que acercarnos a esos incomparables parajes palentinos!
Quizá no sería hasta su corazón mismo, porque las carreteras podrían estar cortadas. Había estado nevando hacía dos días en zonas cercanas. Pero, al menos, llegaríamos hasta sus lindes.
Como atractivo principal teníamos, pues, ese hipnótico macizo y la blancura en sus picos. ¡Con los recuerdos que nos traían de nuestros años mozos! Subiendo al Curavacas y al Espigüete (este sólo 'casi'). ¡A pelo!
Además de esa atracción, había otro señuelo para la ruta de hoy. Integrado en el recorrido, se disemina un museo escultórico al aire libre: el del (o, más bien, sobre el) artista Ursicinio Martínez, natural de la zona, de Villabellaco (*).
(*) Que nadie se escandalice ni se ofenda: Parece que debe su nombre al poseedor o repoblador de estas tierras Vellaco o Velasco. Por lo tanto, sería "la villa de Vel(l)a(s)co". Tan digna, pues, como la que más.
Era un plan perfecto para un día con generosa atmósfera: soleada, para no mojarse; y limpia, para que la vista disfrutara de aquel tesoro natural; … y …fría (para ‘ahorrarse’ la botella de agua).
De camino, llegando, el termómetro se desgañitaba; desplomado: --“¡Diez grados bajo cero (fuera)!” (hay foto para escépticos). Nosotros, calentitos (dentro): –“Espera a que salga el que alumbra. ¡Verás quién se le resiste!”.
Salió y se elevó, en dura pugna con la escarcha y el aire congelados. Y los venció: Terminamos con 10 grados positivos. Allá arriba, en la montaña.
Abajo, en la llanura, apenas se alcanzaron 5 grados en lo mejor del día; ni uno más. Con el mismo sol y el mismo cielo; omnipresentes. Cosas curiosas.
LA RUTA
La ruta discurre por los límites orientales de la Montaña Palentina, entrando y saliendo (al 50%) del área geográfica en la que se enclava. No estamos en su parte más distintiva, pero queda cercana.
Hay un aparcamiento junto a la carretera, antes de entrar en Villabellaco. Cruzando el pueblo, y sobrepasando su iglesia y una interesante escultura, ascendemos pausadamente a las estribaciones de la sierra de Brañosera.
Faldeamos hasta el pueblo de Valle de Santullán (km 5,2). Siempre por camino o sendero, a través de un bosque de robles. Se nos abren vistas hacia el sur. Salteadas, algunas esculturas van amenizando la marcha.
Desde Valle de Santullán, el camino se empina hasta un collado (km 6,6). Las perspectivas paisajistas se amplían. En ese punto, la senda ‘oficial’ continúa por la izquierda, al este, hacia el mirador de La Solana (km 9,2).
Pero vemos que el núcleo de la Montaña Palentina queda hacia el lado opuesto, el oeste. Imantados, no podemos resistirnos a su captura: “No vaya a ser que nos la perdamos…”.
Hacemos un intento en esa dirección, elevándonos a unos roquedos (km 6,9). No merecen la pena esos saltos cabriles entre rocas. Hay una alternativa mejor, que descubrimos desde allí mismo.
Esa alternativa conlleva girar a la derecha en el km 7,2 por unas praderas hasta un alto (km 7,8). Nos da una visión privilegiada de los tuétanos de esa maravilla geológica (la MP), con sus cumbres.
Aún podríamos acercarnos más. Pero no es necesario: Volveremos a tener ese plano más adelante, aunque algo más lejano. Marcha atrás. Por eso y también porque el reloj nos estaba ‘tiranizando’ (ver Anécdota).
Retomamos, pues, la senda (km 8,6) hacia el este. Llegamos a uno de los puntos más espectaculares de la ruta: el mirador de La Solana (km 9,2). Es el vértice más elevado y ofrece panorámicas en 360 grados.
Si no eres un hincha vehemente de la Montaña Palentina, te bastará con ese mirador (sin necesidad de desplazarte al del km 7,8 o más allá). Nosotros, no obstante, repetiríamos y extenderíamos este apéndice extra.
En el entorno de La Solana y a lo largo del descenso, seguiremos encontrando esculturas. El terreno se vuelve a tramos un poco más escabroso. Seguimos, mayormente, en un bosque de robles.
Alcanzamos por fin el valle (km 12,6). Camino llano y despejado. Nuevas esculturas. Campo a un lado, bosque al otro. Dejamos a la derecha el Santuario del Carmen (km 13,1). … El reloj, de nuevo, manda: “¡Seguid…, seguid…!”.
Enfilamos hacia Villabellaco. Ávidos por llegar para ver algo más allí, …antes de que sea tarde…. Anhelosos y raudos, sí. Pero no precipitados: Hay que saborear el paisaje y las esculturas del camino.
Posibles Dificultades:
La senda es un PCR, el P02. En consonancia con su estatus, está muy bien señalizada con balizas en casi todo el recorrido. Vamos prácticamente siempre por camino o sendero.
Quizá se pierden las señales en algunos tramos durante el descenso desde el mirador de La Solana (km 9,3). Con guía (y sin ella casi también) es fácil orientarse.
No obstante, la guía que nosotros seguimos nos llevó a una confusión en el km 11,2. Dimos allí un rodeo innecesario y algo incómodo hasta el km 11,7. Mejor, continuar por el sendero a derecho 200 metros.
Nótese, además, que hicimos un par de desvíos fuera del itinerario ‘oficial’. Sin sendero. El primero (del km 6,7 al 7,1) es más apropiado para cabras. El segundo (del km 7,2 al 8,5), el bueno, se hace por suaves praderas.
Físicamente, no tiene grandes demandas. Únicamente el barro, si lo hay, puede complicar la marcha en varios puntos.
DESTACADO
Muchas rutas ensamblan naturaleza y paisajes con cultura e historia. Esta lo hace de modo especial: La cultura, en forma de arte escultórico, se inserta en el propio entorno natural; a lo largo de todo el recorrido.
(1) La Naturaleza:
Habíamos ido con ganas de ver nieve en las cumbres de la Montaña Palentina. Si bien desde la periferia, la ruta nos acercaría a ellas. La vimos: las cimas tocadas de blanco y las moles pizarrosas encueradas.
Y mucho más:
Son muy agradables los senderos que allí surcan los bosques de robles rebollos. Desnudos los árboles, vestidos los suelos; de hojas secas. Bosques espaciosos y aseados; como endomingados. Invitan a explorarlos.
A lo largo de la ruta se van dando la vez los ambientes de bosque, de praderas, y de roquedos. En combinación ideal y en su justa dosis. Antes de que te satures de uno, ahí te sorprende el siguiente.
Sin merma de interés por todo el resto, hay un área especialmente atractiva. Es el largo y ancho Alto de los Castillos. Viene después de remontar el valle de Santullán desde el pueblo de Valle de Santullán. En nuestra ruta, entre los km 6,6 y 9,9.
Por gran parte de esa área, avanza una senda tapizada de césped. Se despliega por la base de solana de los oscuros cantiles que confluyen en el mirador de La Solana, en el punto más elevado.
Toda esa parte es una atalaya, pero hay dos puntos especiales. Uno es el propio mirador mencionado (km 9,2); el otro se halla en el extremo opuesto, hacia el oeste (ligeramente fuera del trazado oficial; km 7,8).
Desde ellos, las vistas más impresionantes nos llegan de oeste a norte: Son las sierras y picos más altos de la Montaña Palentina, y los mismísimos Picos de Europa. Todos de blanco, perforando el cielo, (re)clamando.
(2) El Arte:
A la ruta se le denomina del ‘Escultor Ursi’ por algo: Precisamente, porque hilvana el recorrido natural con nada menos que 30 esculturas del (o sobre el) escultor Ursicinio Martínez, hijo de estas tierras.
Leo que “...la obra de UM, realizada mayoritariamente en madera… combina series realistas… con trabajos abstractos…”. Una muestra representativa de sus mejores creaciones puede verse en su Casa Museo de Aguilar de Campóo.
Parece, no obstante, que las esculturas dispuestas en la ruta, o gran parte de ellas, han sido realizadas por otros artistas en homenaje a ese gran escultor (fallecido en 2007), más que ser obras de factura propia suya.
De hecho, en el estilo, materiales, tamaños, complejidad, etc., el conjunto escultórico presenta una enorme diversidad. Parecen, efectivamente, criaturas de mentes y manos muy diferentes entre sí. Cada una es un mundo para degustar por separado.
Algunas esculturas son minimalistas; otras son composiciones barrocas de múltiples elementos. Creo que ninguna está hecha en madera, sino en piedra o cemento, metales varios, cristales, polímeros, etc.
Los dos pueblos de la ruta, Villabellaco y Valle de Santullán, tienen bellas iglesias de origen románico. Si bien bastante reformadas, mantienen airosas lo más emblemático: su espadaña. Saben bien dónde apuntan.
Además, como valioso complemento, en Villabellaco está el museo ‘Herminio Revilla’, otro paisano con naturales dotes artísticas. Recoge 600 tallas de madera y maquetas móviles. (Ver enlaces en Anécdota).
ANÉCDOTA
Como colofón a una ruta artística (además de paisajista), queríamos visitar el Museo y Casa-taller ‘Herminio Revilla’. En parte, por contemplar en vivo sus esculturas (y otros artilugios); en parte, por mostrar reconocimiento y apoyo.
Comenzamos la ruta a las 8:50 h am. Menos de 5 minutos después estábamos junto al museo y taller. Vimos en la puerta el horario de apertura: de 10 a 13 h.
--“OK. Tenemos tiempo de sobra para hacer la ruta (‘previsiblemente’, poco más de 13 km y relativamente sencilla); antes del cierre”. En tres horas y media estaría finiquitada (y disfrutada).
…/…
Sabemos quién hizo los planes: --“Sí, nosotros”.
Pero no quien los ejecutó. --(¡¿*?!). “¿Vosotros no?”.
--“Ya sabes: uno propone y otros disponen”. Y a veces esos ‘otros’ son sibilinos y transformistas. Con su zalamería, te hacen creer que eres tú mismo….
O bien nuestro sempiterno ‘ángel de la guarda’ nos abandonó hoy o, lo más probable, nos hizo una travesura. Se acumularon ‘mil’ imprevistos. Una muestra:
• Que Si…
• …Nos detenemos un par de minutos hablando con un lugareño en Valle de Santullán y su perrita, que quería irse con nosotros.
• …Tres minutos con una pareja de caminantes extranjeros y su enorme San Bernardo. Ocho años de edad. --“Como 60 en humanos, ¿no?”. --“Uy, no; viven unos 9 años…”. Penita.
• …Otro momento largo con un cazador; sin perro y con su morral vacío. --“Estoy a la liebre”. ¿Allí en lo alto del bosque? En ‘mi pueblo’ hacen sus camas en barbechos y rastrojos.
• …Nos desviamos (casi dos km) para ver más de cerca la Montaña Palentina. La verdad es que los picos estaban ‘para comérselos’, repetir, y no quedar harto.
• …Durante el descenso, el suelo se estaba ya deshelando, embarrizado y poniéndose resbaladizo. Marcha corta. Suma (tiempo) y sigue.
• …Confundidos por la guía en que nos apoyamos, dimos un rodeo innecesario (ver Posibles Dificultades). Este sí que nos dolió de cara a las consecuencias.
• …En la parte final de la ruta hay una mayor densidad de esculturas. Hay que detenerse a contemplarlas; obviamente.
• …Etc.
• “Que si la abuela….”.
Parecía una conflagración de todas las fuerzas del Universo contra nuestro objetivo. ¡Qué me digo! ¡Fue una confabulación con mala fe, en toda regla! Goliat contra David.
Vas sumando de aquí y de allá… (y restando tiempo de los haberes). Al final, corriendo. –“A ver si, con suerte, mantienen abierto el museo unos minutos más…”.
Llegamos al museo ‘con la lengua fuera’. Eran las 13 h 14 min y 40 seg. Cerrado. ¡Plaf!
Bueno, nos quedaría la alternativa de verlo en internet (claro, no es lo mismo): https://museohr.com/ ; y también: https://www.palenciaturismo.es/visitar/lugares-interes/casa-taller-herminio-revilla .
Por lo demás, la ruta había sido magnífica. No se puede tener todo a la vez. Somos de buen conformar.
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