262. En torno a Las Pisas, en Valdebezana
near Quintanabaldo, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 56 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 480 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
A todo hijo del agua le gusta presumir de cataratas o de cascadas; o, al menos, de caídas y de saltos; o de ‘corre-corre’ sonoros.
Me refiero a los ríos y los arroyos. Y también a los arroyetes y regatillos; que no quieren ser menos que cualquier vecino.
…Y a nosotros, los caminantes, en general, nos gusta verlos (y presumir de que los hemos visto). Hoy podría ser un día para ello.
Las Pisas son un lugar con encanto. En una búsqueda rápida en Wikiloc, me salen 418 rutas de senderismo; recorrido que han hecho otros tantos usuarios.
El encanto reside, al parecer (porque aún no hemos ido), tanto en la propia cascada con ese nombre como en el precioso entorno que allí conduce.
Cuando busco rutas realizadas entre mediados del otoño y de la primavera, la mayoría exhiben apetitosas fotografías: el agua cae y corre en abundancia. Un bello espectáculo.
--“Venga, vamos que ahora estamos casi en el medio de la temporada, ya bien entrado el invierno. Y ha llovido”.
¿Por qué íbamos, pues? ¡Por Las Pisas, por Las Pisas! En nuestras rutas habíamos visto muchas cascadas. Algunas eran opulentas; otras, las más, cascadillas 'per se' o ‘ya cascadillas’. Esta podría ser de primera división.
Bueno, también íbamos por todo el variado envoltorio boscoso, con generosos arroyos y hendidos barrancos; y por las panorámicas paisajistas; y por los pueblitos con sabor añejo.
…Y menos mal que fue así (el ir por todo esto último)….
LA RUTA
De entre las múltiples versiones de esta popular ruta, elegimos la de 'luis.itxina' https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/275-las-pisas-otro-espectacular-rincon-de-las-merindades-23157557 .
Hay un pequeño aparcamiento en las afueras de Quintanabaldo, en el cruce entre la carretera BU-561 y la vía verde. Puede ser difícil encontrar un hueco dentro del pueblo.
Paseamos hasta el núcleo urbano, cruzando el río Nela, ‘a ver si nos invitaban a un café’. Nada. Era aún muy temprano. Degustamos, pues, sus calles (su calle) y su iglesia.
Retrocedemos y enfilamos el valle del arroyo Saúl, hasta el km 2,4. Es agradable la compañía de ese arroyo con apariencia de río. Vamos, no obstante, diciéndonos ‘adiós’ todo el tiempo: él baja; nosotros subimos.
Cruzamos el primer puente (de, al menos, tres) y cogemos el camino ascendente, entre robles y hayas, hasta Villabáscones de Bezana (km 3,3).
Desde allí hasta el km 6,3, nos envuelve la parte más espectacular de la ruta. Se despliegan el hayedo de Bezana y dos cascadas: la del Molino (km 3,8) y la de Las Pisas (km 5,3).
Luego, tras el repecho de subida desde Las Pisas, el lomo que lleva a San Cibrián (km 7,3) sosiega nuestros ánimos y los músculos. Los ladridos de los mastines suenan a saludo; …detrás de las cercas.
Entre San Cibrián y Argomedo (km 9,2) vamos (dice un letrero) por el ‘Camino Olvidado a Santiago’. Por un bosque de robles y encinas, y atravesando túneles de avellanos.
Argomedo ya es un pueblo algo mayor. Puede fardar de carretera ‘a Bilbao’, que lo parte en dos. Hay que andarse con cuidado allí: Tiene tráfico, incluidos grandes camiones; con curvas y en bajada.
Saliendo de Argomedo, ya sólo queda un largo camino de descenso hasta la vía verde (km 12,3). Ese descenso de 3 km puede estar embarrado al inicio. Luego es como una ancha majada; alfombrada y con vistas.
Un km final por la vía verde, lisa y llana, nos depositará junto a Quintanabaldo.
Posibles Dificultades:
Prácticamente todo el recorrido se hace por caminos y sendas en buen estado. Hay, no obstante, 200 metros de carretera con tráfico y un esmirriado arcén, saliendo de Argomedo.
Además, entre los km 4,6 y 5,1, para llegar a Las Pisas, vamos bordeando el arroyo Saúl (o La Gándara) por terreno escabroso y poco estable, con algo de terraplén. Depende del nivel del agua, puede requerir precaución.
Lo demás es todo cómodo. La orientación (mejor con guía) es fácil. Quizá puede complicarse un poco en el tramo aludido (del km 4,6 a 5,1), donde no se aprecia sendero.
Físicamente, tampoco es demandante. A pesar de sus casi 500 m de desnivel (según IBP), los ascensos están bastante repartidos y se hacen por buen terreno.
DESTACADO
Hay un centro de gravedad en la ruta con dos grandes atracciones: las cascadas y el hayedo de Bezana. Ambas se concentran en un tramo excepcional de tres kilómetros (del 3,3 y al 6,3). Pero hay más de lo bueno.
(1) Las Cascadas del Molino y de Las Pisas:
La primera cascada, la del Molino, pertenece al arroyo de las Canales. Tiene menos predicamento y pedigrí que la otra. Tal vez sea así por su menor volumen, viniendo de un arroyo más modesto.
Pero su caída escalonada tiene mayor desnivel total. Después de un salto mayor y otro mediano, viene una prole de churumbeles. Con caudal, debe ser espectacular. Merece la pena abordarla desde abajo, dejando el sendero arriba.
La segunda cascada, la de Las Pisas, se suele llevar todos los honores y parabienes. Sin duda, los merecerá en su estado de esplendor natural, pero ahora estaba prácticamente seca.
Próxima a su base, sin embargo, una gran boca bajo la roca vomitaba agua con vehemencia, desenfrenada. Vamos, que a la cascada se le iba la fuerza por los pies. Mientras, su salto suplicaba sediento más arriba.
Curiosamente, la ‘pertenencia’ de la cascada de Las Pisas está en disputa. Corresponde al arroyo de la Gándara, según Google Maps, pero al arroyo Saúl, según Wikiloc. Sobre mapa, parecen el mismo curso de agua con distinto nombre.
(2) El Hayedo y los Arroyos:
Las cascadas no surgen de la nada, no se desfruncen en el vacío. Vienen y se van por los arroyos de las Canales y de la Gándara/Saúl; y están arropadas por un hayedo horadado por torrenteras.
Como muchos hayedos, rezuma magia. Incluso ahora en pleno invierno, desvestido. Es un bosque limpio, de hayas jóvenes y esbeltas. Los senderos que lo serpentean están cubiertos por un colchón de hojas. Los pies se hunden blandamente.
Pero el hayedo no es sólo ese cielo plácido, flotante, por la parte alta. También tiene su averno, de emociones más tensas, bajando al cauce de los arroyos. Hay que descolgarse y agarrarse por algunos taludes (sin peligro).
Llegas abajo y es como otro paraíso. Un musgo carnoso y de palpitante verde recubre las piedras de la orilla. Lo mismo ocurre con los pies de las hayas que se aventuran hasta esas profundidades, buscando más humedad.
Es esa parte, la orilla del arroyo, la más atractiva. Allí, disfrutar de la belleza te exige esfuerzo y un poco de riesgo (algún resbalón, si acaso; no nos pongamos dramáticos). Eso añade intensidad a la experiencia.
“¡Jo, cómo debe ser con niebla!”. “¡Vaya, cómo estará en el otoño!”.
(3) Y Todo lo Demás:
Al concentrado anterior se le añaden y lo complementan varios aspectos más.
Por un lado, están los bosques de robles, los lunares de acebo, y los túneles de avellanos. Aunque no tan lucidos como las hayas, todos ellos aportan un agradecido contraste, antes y después del hayedo.
El propio arroyo Saúl incrementa la vistosidad del escenario en muchos tramos. A falta de sonoridad en las cascadas, el canturreo de aquél acrecienta la sensación de moverte por un espacio pleno de vitalidad.
El descenso desde Argomedo proporciona buenas panorámicas: a un lado, la Maza de Bezana; de frente, la Muela de Dulla. Más allá, los Montes del Somo. Juraría que un poco por detrás asoma el Castro Valnera.
Los pueblitos también tienen cosas de interés. Están las sencillas iglesias románicas de Quintanabaldo, Villabáscones y San Cibrián. En la segunda, es curioso el efecto visual de su campanario ‘tuerto’ ("¿Será de nacimiento o por accidente?").
Y qué decir de esa última casa en Quintanabaldo, ya cruzado el túnel de la vía, justo en la línea de salida hacia el bosque…. 'La casa del gato'. Aún conserva los adornos de Navidad y los buenos deseos (un mes después):
“La casa es del gato. Nosotros sólo pagamos la hipoteca”, aseveran. Una sonrisa para el camino; o “One for the road” (pero sin alcohol), que suena más guay.
…Para que no te falte de nada. Y para que no te quejes luego si vienen mal dadas (si las cascadas van sin agua).
ANÉCDOTA
Muchas marchas tienen propina. Una gratificación extra que trasciende a la naturaleza de la ruta misma. Una sorpresa rociada de emoción; generalmente, positiva.
En la ruta de hoy nos quedamos sin propina. No hubo sorpresas emocionantes que puedan ser consideradas como anécdotas propiamente dichas.
Bueno, sí hubo sorpresa, dado que nuestra expectativa de unas Pisas rebosantes no se cumplió. Nada de agua fluía en la cascada principal (aunque sí por una boca inferior cercana).
Pero fue esa una sorpresa sin sentimiento. Un asomo de decepción, si acaso. Apenas nos hizo mella por dentro, más allá de un “Vaya; penita”. Nada más.
Continuamos animosos como si tal cosa. Cual perrillo al que le falta una pata y sigue correteando al canicojo como si eso fuera lo normal; como lo mejor que le puede ocurrir.
No hubo, pues, anécdota. …A menos que lo anecdótico sea, precisamente, el escaso impacto que tuvo en nosotros esa ausencia; la pequeña resonancia de tamaña privación.
El resto de las atracciones contrarrestaron sobradamente el chasco. Si no consigues todo lo que buscas, da por lo mejor posible lo que encuentras. Es el truco.
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 56 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 480 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
A todo hijo del agua le gusta presumir de cataratas o de cascadas; o, al menos, de caídas y de saltos; o de ‘corre-corre’ sonoros.
Me refiero a los ríos y los arroyos. Y también a los arroyetes y regatillos; que no quieren ser menos que cualquier vecino.
…Y a nosotros, los caminantes, en general, nos gusta verlos (y presumir de que los hemos visto). Hoy podría ser un día para ello.
Las Pisas son un lugar con encanto. En una búsqueda rápida en Wikiloc, me salen 418 rutas de senderismo; recorrido que han hecho otros tantos usuarios.
El encanto reside, al parecer (porque aún no hemos ido), tanto en la propia cascada con ese nombre como en el precioso entorno que allí conduce.
Cuando busco rutas realizadas entre mediados del otoño y de la primavera, la mayoría exhiben apetitosas fotografías: el agua cae y corre en abundancia. Un bello espectáculo.
--“Venga, vamos que ahora estamos casi en el medio de la temporada, ya bien entrado el invierno. Y ha llovido”.
¿Por qué íbamos, pues? ¡Por Las Pisas, por Las Pisas! En nuestras rutas habíamos visto muchas cascadas. Algunas eran opulentas; otras, las más, cascadillas 'per se' o ‘ya cascadillas’. Esta podría ser de primera división.
Bueno, también íbamos por todo el variado envoltorio boscoso, con generosos arroyos y hendidos barrancos; y por las panorámicas paisajistas; y por los pueblitos con sabor añejo.
…Y menos mal que fue así (el ir por todo esto último)….
LA RUTA
De entre las múltiples versiones de esta popular ruta, elegimos la de 'luis.itxina' https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/275-las-pisas-otro-espectacular-rincon-de-las-merindades-23157557 .
Hay un pequeño aparcamiento en las afueras de Quintanabaldo, en el cruce entre la carretera BU-561 y la vía verde. Puede ser difícil encontrar un hueco dentro del pueblo.
Paseamos hasta el núcleo urbano, cruzando el río Nela, ‘a ver si nos invitaban a un café’. Nada. Era aún muy temprano. Degustamos, pues, sus calles (su calle) y su iglesia.
Retrocedemos y enfilamos el valle del arroyo Saúl, hasta el km 2,4. Es agradable la compañía de ese arroyo con apariencia de río. Vamos, no obstante, diciéndonos ‘adiós’ todo el tiempo: él baja; nosotros subimos.
Cruzamos el primer puente (de, al menos, tres) y cogemos el camino ascendente, entre robles y hayas, hasta Villabáscones de Bezana (km 3,3).
Desde allí hasta el km 6,3, nos envuelve la parte más espectacular de la ruta. Se despliegan el hayedo de Bezana y dos cascadas: la del Molino (km 3,8) y la de Las Pisas (km 5,3).
Luego, tras el repecho de subida desde Las Pisas, el lomo que lleva a San Cibrián (km 7,3) sosiega nuestros ánimos y los músculos. Los ladridos de los mastines suenan a saludo; …detrás de las cercas.
Entre San Cibrián y Argomedo (km 9,2) vamos (dice un letrero) por el ‘Camino Olvidado a Santiago’. Por un bosque de robles y encinas, y atravesando túneles de avellanos.
Argomedo ya es un pueblo algo mayor. Puede fardar de carretera ‘a Bilbao’, que lo parte en dos. Hay que andarse con cuidado allí: Tiene tráfico, incluidos grandes camiones; con curvas y en bajada.
Saliendo de Argomedo, ya sólo queda un largo camino de descenso hasta la vía verde (km 12,3). Ese descenso de 3 km puede estar embarrado al inicio. Luego es como una ancha majada; alfombrada y con vistas.
Un km final por la vía verde, lisa y llana, nos depositará junto a Quintanabaldo.
Posibles Dificultades:
Prácticamente todo el recorrido se hace por caminos y sendas en buen estado. Hay, no obstante, 200 metros de carretera con tráfico y un esmirriado arcén, saliendo de Argomedo.
Además, entre los km 4,6 y 5,1, para llegar a Las Pisas, vamos bordeando el arroyo Saúl (o La Gándara) por terreno escabroso y poco estable, con algo de terraplén. Depende del nivel del agua, puede requerir precaución.
Lo demás es todo cómodo. La orientación (mejor con guía) es fácil. Quizá puede complicarse un poco en el tramo aludido (del km 4,6 a 5,1), donde no se aprecia sendero.
Físicamente, tampoco es demandante. A pesar de sus casi 500 m de desnivel (según IBP), los ascensos están bastante repartidos y se hacen por buen terreno.
DESTACADO
Hay un centro de gravedad en la ruta con dos grandes atracciones: las cascadas y el hayedo de Bezana. Ambas se concentran en un tramo excepcional de tres kilómetros (del 3,3 y al 6,3). Pero hay más de lo bueno.
(1) Las Cascadas del Molino y de Las Pisas:
La primera cascada, la del Molino, pertenece al arroyo de las Canales. Tiene menos predicamento y pedigrí que la otra. Tal vez sea así por su menor volumen, viniendo de un arroyo más modesto.
Pero su caída escalonada tiene mayor desnivel total. Después de un salto mayor y otro mediano, viene una prole de churumbeles. Con caudal, debe ser espectacular. Merece la pena abordarla desde abajo, dejando el sendero arriba.
La segunda cascada, la de Las Pisas, se suele llevar todos los honores y parabienes. Sin duda, los merecerá en su estado de esplendor natural, pero ahora estaba prácticamente seca.
Próxima a su base, sin embargo, una gran boca bajo la roca vomitaba agua con vehemencia, desenfrenada. Vamos, que a la cascada se le iba la fuerza por los pies. Mientras, su salto suplicaba sediento más arriba.
Curiosamente, la ‘pertenencia’ de la cascada de Las Pisas está en disputa. Corresponde al arroyo de la Gándara, según Google Maps, pero al arroyo Saúl, según Wikiloc. Sobre mapa, parecen el mismo curso de agua con distinto nombre.
(2) El Hayedo y los Arroyos:
Las cascadas no surgen de la nada, no se desfruncen en el vacío. Vienen y se van por los arroyos de las Canales y de la Gándara/Saúl; y están arropadas por un hayedo horadado por torrenteras.
Como muchos hayedos, rezuma magia. Incluso ahora en pleno invierno, desvestido. Es un bosque limpio, de hayas jóvenes y esbeltas. Los senderos que lo serpentean están cubiertos por un colchón de hojas. Los pies se hunden blandamente.
Pero el hayedo no es sólo ese cielo plácido, flotante, por la parte alta. También tiene su averno, de emociones más tensas, bajando al cauce de los arroyos. Hay que descolgarse y agarrarse por algunos taludes (sin peligro).
Llegas abajo y es como otro paraíso. Un musgo carnoso y de palpitante verde recubre las piedras de la orilla. Lo mismo ocurre con los pies de las hayas que se aventuran hasta esas profundidades, buscando más humedad.
Es esa parte, la orilla del arroyo, la más atractiva. Allí, disfrutar de la belleza te exige esfuerzo y un poco de riesgo (algún resbalón, si acaso; no nos pongamos dramáticos). Eso añade intensidad a la experiencia.
“¡Jo, cómo debe ser con niebla!”. “¡Vaya, cómo estará en el otoño!”.
(3) Y Todo lo Demás:
Al concentrado anterior se le añaden y lo complementan varios aspectos más.
Por un lado, están los bosques de robles, los lunares de acebo, y los túneles de avellanos. Aunque no tan lucidos como las hayas, todos ellos aportan un agradecido contraste, antes y después del hayedo.
El propio arroyo Saúl incrementa la vistosidad del escenario en muchos tramos. A falta de sonoridad en las cascadas, el canturreo de aquél acrecienta la sensación de moverte por un espacio pleno de vitalidad.
El descenso desde Argomedo proporciona buenas panorámicas: a un lado, la Maza de Bezana; de frente, la Muela de Dulla. Más allá, los Montes del Somo. Juraría que un poco por detrás asoma el Castro Valnera.
Los pueblitos también tienen cosas de interés. Están las sencillas iglesias románicas de Quintanabaldo, Villabáscones y San Cibrián. En la segunda, es curioso el efecto visual de su campanario ‘tuerto’ ("¿Será de nacimiento o por accidente?").
Y qué decir de esa última casa en Quintanabaldo, ya cruzado el túnel de la vía, justo en la línea de salida hacia el bosque…. 'La casa del gato'. Aún conserva los adornos de Navidad y los buenos deseos (un mes después):
“La casa es del gato. Nosotros sólo pagamos la hipoteca”, aseveran. Una sonrisa para el camino; o “One for the road” (pero sin alcohol), que suena más guay.
…Para que no te falte de nada. Y para que no te quejes luego si vienen mal dadas (si las cascadas van sin agua).
ANÉCDOTA
Muchas marchas tienen propina. Una gratificación extra que trasciende a la naturaleza de la ruta misma. Una sorpresa rociada de emoción; generalmente, positiva.
En la ruta de hoy nos quedamos sin propina. No hubo sorpresas emocionantes que puedan ser consideradas como anécdotas propiamente dichas.
Bueno, sí hubo sorpresa, dado que nuestra expectativa de unas Pisas rebosantes no se cumplió. Nada de agua fluía en la cascada principal (aunque sí por una boca inferior cercana).
Pero fue esa una sorpresa sin sentimiento. Un asomo de decepción, si acaso. Apenas nos hizo mella por dentro, más allá de un “Vaya; penita”. Nada más.
Continuamos animosos como si tal cosa. Cual perrillo al que le falta una pata y sigue correteando al canicojo como si eso fuera lo normal; como lo mejor que le puede ocurrir.
No hubo, pues, anécdota. …A menos que lo anecdótico sea, precisamente, el escaso impacto que tuvo en nosotros esa ausencia; la pequeña resonancia de tamaña privación.
El resto de las atracciones contrarrestaron sobradamente el chasco. Si no consigues todo lo que buscas, da por lo mejor posible lo que encuentras. Es el truco.
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Information
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Scenery
Moderate
Hoy era el día maisid. Los chaparrones de esta semana han llenado los cauces y la cascada se muestra espectacular. Menos mal que eres de buen conformar y te basta y te sobra con bosques, románico y rocas musgosas. Enhorabuena!
Un abrazo, y suerte en tus rutas
Gracias, luis.itxina. Sí, pero aún sin la 'fantasía acuática 'itxiniana' (hay que verla!...), es una estupenda ruta. ... Habrá que volver en otoño y con más agua. Para rematar la faena!