265. Cueva Muesu, El Ventanón, y Roquedos de Dulla desde Pedrosa de Valdeporres
near Pedrosa, Castilla y León (España)
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Itinerary description
📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 439 metros (ligeramente inferior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
--«A ver…, ¿qué fue esta vez? …Lo que lanzó el flechazo. Lo que te sedujo de la ruta antes de hacerla. Tanto como para meterte una kilometrada de ruedas en el ir y el volver».
--«Pues, podría decir que: ¡Ya le tenía ganas! Que ya estaba bien de esperar por esos valles y esos peculiares montes de Valdeporres y Sotoscueva con sus rocosas diademas de reina».
Me reverberaban desde una primera visita, hacía ya dos veranos y medio invierno. Allá por Ojo Guareña: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-desfiladeros-y-ojo-guarena-84677827 .
Y otro tanto desde nuestra segunda incursión, justo un año después. Allá por Quintanilla del Rebollar: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/prc-bu-37-quintanilla-del-rebollar-113107267 .
Arrimando el ascua, como sin querer, hacía ocho días, nos habíamos aproximado por el oriente de Valdebezana: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/262-en-torno-a-las-pisas-en-valdebezana-159184042 .
Todo ello sumó, avivando rescoldos. Pero el chispazo nos llegó ayer mismo (cuando ya teníamos decidida otra ruta a 150 km de aquí). Una foto produjo el destello que trastocó los planes y encendió la hoguera del deseo. (*)
Es una foto de la cueva de Muesu, que ‘inakiandarin’ muestra como presentación inicial en su ruta: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cueva-del-muesu-ventanon-cueva-de-recino-ermita-de-san-bernabe-pico-del-cuerno-848-metros-desde-el-137445106 .
Recoge esa foto una escena ‘primitiva’, cavernícola. La cueva está en oscuridad. Las sombras de un grupo de personas y un perro se perfilan contra un débil fulgor de luz.
Me parece genial. “¡Lo bordaste, ‘Burt…’! Incombustible andarin”. Por la estética formal de la escena y por la sustancia conceptual que encierra.
Me recordó a la ’Caverna de Platón’. ¡Nada menos! A las sombras proyectadas entre el mundo de las cosas y el de las ideas. ¿Cuál es cuál? ¡Vaya alegoría!
¡Cómo de un grano de arena se hace un universo! Quería vivirlo, experimentarlo; allí mismo. El ambiente prehistórico y la verdad platoniana. ¡Todo a la vez! ¡Casi nada!
…/…
–«Mira, no tenemos frontales con luz. Coge un par de linternas. Y vámonos ya…».
(*) Incluyo la foto en cuestión: la primera del ‘waypoint’ 21 de la presente ruta. La autoría corresponde a ‘inakiandarin’, quien, amablemente, me ha autorizado a publicarla.
LA RUTA
Seguimos su guía en https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pedrosa-alto-de-la-varga-por-el-camino-olvidado-portillo-de-la-pelada-cueva-del-muesu-y-ventanon-co-77969863 .
De pe a pa. Bueno, añadimos 400 m en longitud; más que nada para no parecer unos rácanos plagiarios. Y una docena de metros en desnivel extra; aunque ya se sabe que las medidas de altimetría….
Partimos de Pedrosa de Valdeporres y caminamos por la margen izquierda del río Engaña hasta el km 0,6. Allí nos dejamos llevar por la vía verde hasta el 2,2.
Nos despedimos de ella por la derecha, pasamos al lado del poblado de Rozas, y nos introducimos en un bosque de robles. Todo ello por un camino-sendero, o su linde.
Hacia el km 4,5 dejamos el bosque y salimos a un amplio claro, cruzando la carretera BU-526. En el alto de La Varga. Tras unas praderas, empieza la parte más demandante del ascenso, por sendero a través de un hayedo.
En el km 5,6 culminamos en un monte pedregoso con encinas. Debajo, los valles de Valdeporres y Sotoscueva. El sendero está desdibujado hasta el 6,2. Allí nos incorporamos a un buen camino (PRC-BU-32), con terreno despejado.
En el 6,9 abandonamos el camino por la derecha para dirigirnos a la cueva de Muesu (km 7,4). Apenas si hay alguna marca orientativa para guiarse, pero no es difícil localizarla.
Entramos en ella por su boca oriental. Podemos recorrerla hasta la occidental (a unos 150 metros) y volver. No se puede ir más allá de esta última. Queda en un acantilado sobre Valdeporres.
Regresamos al camino (km 7,9). Un poco más allá (8,3) nos desviamos para llegar al monumento geológico El Ventanón (8,5). El sendero de vuelta al camino (km 9) está más claro.
Largo y tendido descenso hasta el km 12,6. Muy agradable. Por terreno apraderado. Flanqueamos las moles rocosas de El Paño y de Peña Dulla. Grandes vistas por el norte (Castro Valnera) y el oeste (Alto Campoo).
En el km 12,6, un giro en ángulo recto nos conduce hasta el portillo y mirador de Santelices (13,5). La bajada, ahora boscosa, se hace más pronunciada y el suelo más áspero.
Enseguida estaremos de vuelta en Pedrosa de Valdeporres.
Posibles Dificultades:
Ninguna dificultad de consideración hay. Si acaso, después de dejar la vía verde, puede haber barro en el sendero entre los km 2,2 y 3,6. Hay que salirse y caminar por la linde del bosque.
Los 400 y pico metros de desnivel están bien repartidos (para subir y para bajar) y por suelo firme. Sólo un pequeño tirón final en el ascenso por el hayedo.
La orientación es fácil (con guía). Quizá puede costar un poco llegar hasta la cueva de Muesu. Apenas si hay alguna traza de sendero.
DESTACADO
El reclamo definitivo para la ruta había sido la cueva (ver Preámbulo). No defraudó. Fue la estrella. ‘Mejorando lo presente’, porque todo lo demás constituyó una gran ruta paisajista.
(1) La Cueva Muesu:
La cueva de Muesu es una amplia cavidad de unos 150 metros de larga, con algunos recodos y recovecos, unos 20 m de ancha (variable), y una bóveda de varios de alta.
Tiene un suelo arenoso firme. Se puede caminar sin peligro, pero hace falta luz artificial. La luz natural que entra por sus dos bocas en los extremos es muy escasa.
En el suelo ‘crecen’ gruesas estalagmitas. La imaginación te la juega. El techo está recubierto de estalactitas; miniaturizadas y cresteadas, las más; largas y picudas, las menos. Goteaban algunas ‘a cámara lenta’; el tiempo no las agobia.
Ambos tipos de espeleotemas no son tan refinados en vistosidad como en otras cuevas más turísticas. Pero aquí el conjunto amplifica su resonancia visual. Te llena.
Todo eso, la vastedad del espacio, la oscuridad y las sombras, las estalactitas y estalagmitas, y sus figuras fantasiosas, el silencio…, te hacen contener la respiración.
Cuando entras, conforme avanzas, no sabes si habrá algún habitante…. No los vimos; ni grande, ni pequeño. Nuestra ‘guardiana’ (ver Anécdota) tampoco dio señales de alerta. Exploró curiosa y tranquila, siempre cerca.
Pero nunca se sabe. Hay que ‘ir de puntillas’ para no alterar el ecosistema. Llevamos dos linternas y nos daba algo de apuro encenderlas; por eso. Pero había que hacerlo para ver y avanzar sin peligro.
Por lo que compruebo, no es un lugar promocionado. Y mejor que así sea. Unos cuantos senderistas han dejado constancia, en texto y fotos, de su paso respetuoso por allí. El lugar estaba limpio.
Merece la pena esa experiencia. Que tus nietos y los suyos puedan decir lo mismo. Que, cuando vayan, no noten que tú has estado antes.
(2) Los Otros Caprichos de la Naturaleza:
En la primera fase de la ruta, destaca un bosque de robles. Incluso invernal y desvestido, sin merma de encanto. Intenso verdín en sus rocas, esponjoso musgo de roble en sus ramas, y el suelo cubierto de hojas. Entre la niebla.
Luego, mientras ascendemos a la parte superior, está el hayedo. Sabido es que los hayedos no necesitan acicalarse para estar bonitos; lo están al natural. Ahora era como una estela desde el blanco de la niebla hacia el azul del cielo.
Una vez arriba, el panorama se expande. Los valles de Valdeporres y de Sotoscueva quedan a los pies. Aún estaban tapados por un mar de algodón. Las coronas de Sotoscueva sobresalían con la frente elevada, cual islotes altivos.
Todo el largo camino por lo alto (desde el km 6,2 al 12,6) es mayormente una planicie inclinada, de hierba y brezo. Bonita en sí misma; como un paseo por las nubes. Pero, además, proporciona extraordinarias vistas.
Hacia el sur, allí mismo, se eleva un imponente roquedal calizo. Va desde El Paño hasta Peña Rayito (y más allá, fuera de ruta), pasando por Peña Dulla, como elevación más prominente (“…Algún día…”. No tardaría en llegar).
Hacia el oeste, destaca la Maza de Bezana, al otro lado de Valdeporres. Más allá, el Alto Campóo y hasta un resquicio para los Picos de Europa, de blanco. Por el norte, tras los Montes de Somo asoma el Castro Valnera.
Y una atracción singular: El Ventanón. Es un ojo natural formado en la roca caliza. Una gran piedra horizontal de 30 metros de larga cuelga sobre dos pilares; con 20 metros de altura. Como un puente de una pieza.
En medio queda una gran ventana. Por ella se ve en primer término el pueblo de Rozas, y encuadra parte de la Merindad de Valdeporres, allá abajo.
Ese arco se formó, supuestamente, por la erosión de la piedra debido al paso del agua. Si fue así, aquello debió ser una cascada gigantesca, de más de 200 metros de alta.
ANÉCDOTA
Hubo más, pero me quedo con esta, que lo llenó todo: 15,02 km y 4 h 26 min. Hubo para dar y tomar. Con ‘Canelilla’, cada instante, cada metro, fueron una anécdota.
…--«Mete las tijeras (lo capto: 'abrevia'). No puedes escribir cuatro horas y media sobre ello. Poder, poder, …quizá sí; pero no debes».
Fue como tener la compañía de una persona, pero sin palabras que te distraigan de lo importante: dejarte impregnar los sentidos y la mente por la envolvente naturaleza.
Acabábamos de apearnos del coche en Pedrosa de Valdeporres. Nos colocábamos los aparejos para iniciar la ruta. Casi a tientas (bueno, menos); por la niebla.
Una perra se nos acercó decidida y relajada; al trotecillo. Sin sombra de temor u hostilidad. Una tipa confiada, pero no arrogante. Una mezcla entre Pastor Alemán y quién sabe qué.
Enseguida me inspiró confianza. …Y, al parecer, nosotros a ella. Se nos arrimó sin agobiar. Quería a todas luces ir con nosotros. Estaba sola allí. A nadie vimos.
Se nos puso al lado. Salimos del pueblo. --«¡Vete!”. Ni caso. No le habían enseñado esa palabra. Traté de decírselo en alemán (...por lo de su raza…). Pero se hizo la sorda o yo lo chapurreé mal.
Tenía un collar. Se dejó tocar. Sólo figuraba la marca de la correa. Ningún teléfono, nombre, …ninguna identificación. Al cabo, empezamos a llamarle ‘Canelilla’, por su color.
Se le notaban unas ganas enormes de acompañarnos. Como terminaríamos volviendo al mismo lugar de partida, dejamos de insistir. Parecía fuerte, sana y joven. Resistiría.
Llevábamos un litro de agua. Lo compartimos con ella. Bebió delicadamente en el cuenco de nuestras manos. Ya muy avanzada la ruta y con el sol en lo alto.
Dio numerosas muestras de notable inteligencia (sería largo de contar). Exploradora, no se separó de nosotros nunca más de 10-15 metros, ni molestó enredándose entre las piernas.
Cuando tuvimos que llamarle la atención (encuentro con un Border Collie, un caballo en el camino, o un corredor), obedeció al instante. Mandadera. Lista y bien educada.
Cruzamos la carretera en dos ocasiones; con tráfico y en curva o rasante, la BU-526. Me esperó. La cogí del collar y pasó conmigo. Ni la más leve tensión o resistencia.
Cuando regresamos a Pedrosa de Valdeporres, no se marchó de nuestro lado corriendo, inmediatamente. Esperó hasta estar muy cerca de ‘su casa’, imagino.
Nos miró y se metió animosa en un patio. Fue su modo de despedirse. Supongo que los perros no dan la mano, ni abrazos, ni besos, …ni hablan… con desconocidos.
Aún tengo los ojos como platos.
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 439 metros (ligeramente inferior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
--«A ver…, ¿qué fue esta vez? …Lo que lanzó el flechazo. Lo que te sedujo de la ruta antes de hacerla. Tanto como para meterte una kilometrada de ruedas en el ir y el volver».
--«Pues, podría decir que: ¡Ya le tenía ganas! Que ya estaba bien de esperar por esos valles y esos peculiares montes de Valdeporres y Sotoscueva con sus rocosas diademas de reina».
Me reverberaban desde una primera visita, hacía ya dos veranos y medio invierno. Allá por Ojo Guareña: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-desfiladeros-y-ojo-guarena-84677827 .
Y otro tanto desde nuestra segunda incursión, justo un año después. Allá por Quintanilla del Rebollar: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/prc-bu-37-quintanilla-del-rebollar-113107267 .
Arrimando el ascua, como sin querer, hacía ocho días, nos habíamos aproximado por el oriente de Valdebezana: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/262-en-torno-a-las-pisas-en-valdebezana-159184042 .
Todo ello sumó, avivando rescoldos. Pero el chispazo nos llegó ayer mismo (cuando ya teníamos decidida otra ruta a 150 km de aquí). Una foto produjo el destello que trastocó los planes y encendió la hoguera del deseo. (*)
Es una foto de la cueva de Muesu, que ‘inakiandarin’ muestra como presentación inicial en su ruta: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cueva-del-muesu-ventanon-cueva-de-recino-ermita-de-san-bernabe-pico-del-cuerno-848-metros-desde-el-137445106 .
Recoge esa foto una escena ‘primitiva’, cavernícola. La cueva está en oscuridad. Las sombras de un grupo de personas y un perro se perfilan contra un débil fulgor de luz.
Me parece genial. “¡Lo bordaste, ‘Burt…’! Incombustible andarin”. Por la estética formal de la escena y por la sustancia conceptual que encierra.
Me recordó a la ’Caverna de Platón’. ¡Nada menos! A las sombras proyectadas entre el mundo de las cosas y el de las ideas. ¿Cuál es cuál? ¡Vaya alegoría!
¡Cómo de un grano de arena se hace un universo! Quería vivirlo, experimentarlo; allí mismo. El ambiente prehistórico y la verdad platoniana. ¡Todo a la vez! ¡Casi nada!
…/…
–«Mira, no tenemos frontales con luz. Coge un par de linternas. Y vámonos ya…».
(*) Incluyo la foto en cuestión: la primera del ‘waypoint’ 21 de la presente ruta. La autoría corresponde a ‘inakiandarin’, quien, amablemente, me ha autorizado a publicarla.
LA RUTA
Seguimos su guía en https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pedrosa-alto-de-la-varga-por-el-camino-olvidado-portillo-de-la-pelada-cueva-del-muesu-y-ventanon-co-77969863 .
De pe a pa. Bueno, añadimos 400 m en longitud; más que nada para no parecer unos rácanos plagiarios. Y una docena de metros en desnivel extra; aunque ya se sabe que las medidas de altimetría….
Partimos de Pedrosa de Valdeporres y caminamos por la margen izquierda del río Engaña hasta el km 0,6. Allí nos dejamos llevar por la vía verde hasta el 2,2.
Nos despedimos de ella por la derecha, pasamos al lado del poblado de Rozas, y nos introducimos en un bosque de robles. Todo ello por un camino-sendero, o su linde.
Hacia el km 4,5 dejamos el bosque y salimos a un amplio claro, cruzando la carretera BU-526. En el alto de La Varga. Tras unas praderas, empieza la parte más demandante del ascenso, por sendero a través de un hayedo.
En el km 5,6 culminamos en un monte pedregoso con encinas. Debajo, los valles de Valdeporres y Sotoscueva. El sendero está desdibujado hasta el 6,2. Allí nos incorporamos a un buen camino (PRC-BU-32), con terreno despejado.
En el 6,9 abandonamos el camino por la derecha para dirigirnos a la cueva de Muesu (km 7,4). Apenas si hay alguna marca orientativa para guiarse, pero no es difícil localizarla.
Entramos en ella por su boca oriental. Podemos recorrerla hasta la occidental (a unos 150 metros) y volver. No se puede ir más allá de esta última. Queda en un acantilado sobre Valdeporres.
Regresamos al camino (km 7,9). Un poco más allá (8,3) nos desviamos para llegar al monumento geológico El Ventanón (8,5). El sendero de vuelta al camino (km 9) está más claro.
Largo y tendido descenso hasta el km 12,6. Muy agradable. Por terreno apraderado. Flanqueamos las moles rocosas de El Paño y de Peña Dulla. Grandes vistas por el norte (Castro Valnera) y el oeste (Alto Campoo).
En el km 12,6, un giro en ángulo recto nos conduce hasta el portillo y mirador de Santelices (13,5). La bajada, ahora boscosa, se hace más pronunciada y el suelo más áspero.
Enseguida estaremos de vuelta en Pedrosa de Valdeporres.
Posibles Dificultades:
Ninguna dificultad de consideración hay. Si acaso, después de dejar la vía verde, puede haber barro en el sendero entre los km 2,2 y 3,6. Hay que salirse y caminar por la linde del bosque.
Los 400 y pico metros de desnivel están bien repartidos (para subir y para bajar) y por suelo firme. Sólo un pequeño tirón final en el ascenso por el hayedo.
La orientación es fácil (con guía). Quizá puede costar un poco llegar hasta la cueva de Muesu. Apenas si hay alguna traza de sendero.
DESTACADO
El reclamo definitivo para la ruta había sido la cueva (ver Preámbulo). No defraudó. Fue la estrella. ‘Mejorando lo presente’, porque todo lo demás constituyó una gran ruta paisajista.
(1) La Cueva Muesu:
La cueva de Muesu es una amplia cavidad de unos 150 metros de larga, con algunos recodos y recovecos, unos 20 m de ancha (variable), y una bóveda de varios de alta.
Tiene un suelo arenoso firme. Se puede caminar sin peligro, pero hace falta luz artificial. La luz natural que entra por sus dos bocas en los extremos es muy escasa.
En el suelo ‘crecen’ gruesas estalagmitas. La imaginación te la juega. El techo está recubierto de estalactitas; miniaturizadas y cresteadas, las más; largas y picudas, las menos. Goteaban algunas ‘a cámara lenta’; el tiempo no las agobia.
Ambos tipos de espeleotemas no son tan refinados en vistosidad como en otras cuevas más turísticas. Pero aquí el conjunto amplifica su resonancia visual. Te llena.
Todo eso, la vastedad del espacio, la oscuridad y las sombras, las estalactitas y estalagmitas, y sus figuras fantasiosas, el silencio…, te hacen contener la respiración.
Cuando entras, conforme avanzas, no sabes si habrá algún habitante…. No los vimos; ni grande, ni pequeño. Nuestra ‘guardiana’ (ver Anécdota) tampoco dio señales de alerta. Exploró curiosa y tranquila, siempre cerca.
Pero nunca se sabe. Hay que ‘ir de puntillas’ para no alterar el ecosistema. Llevamos dos linternas y nos daba algo de apuro encenderlas; por eso. Pero había que hacerlo para ver y avanzar sin peligro.
Por lo que compruebo, no es un lugar promocionado. Y mejor que así sea. Unos cuantos senderistas han dejado constancia, en texto y fotos, de su paso respetuoso por allí. El lugar estaba limpio.
Merece la pena esa experiencia. Que tus nietos y los suyos puedan decir lo mismo. Que, cuando vayan, no noten que tú has estado antes.
(2) Los Otros Caprichos de la Naturaleza:
En la primera fase de la ruta, destaca un bosque de robles. Incluso invernal y desvestido, sin merma de encanto. Intenso verdín en sus rocas, esponjoso musgo de roble en sus ramas, y el suelo cubierto de hojas. Entre la niebla.
Luego, mientras ascendemos a la parte superior, está el hayedo. Sabido es que los hayedos no necesitan acicalarse para estar bonitos; lo están al natural. Ahora era como una estela desde el blanco de la niebla hacia el azul del cielo.
Una vez arriba, el panorama se expande. Los valles de Valdeporres y de Sotoscueva quedan a los pies. Aún estaban tapados por un mar de algodón. Las coronas de Sotoscueva sobresalían con la frente elevada, cual islotes altivos.
Todo el largo camino por lo alto (desde el km 6,2 al 12,6) es mayormente una planicie inclinada, de hierba y brezo. Bonita en sí misma; como un paseo por las nubes. Pero, además, proporciona extraordinarias vistas.
Hacia el sur, allí mismo, se eleva un imponente roquedal calizo. Va desde El Paño hasta Peña Rayito (y más allá, fuera de ruta), pasando por Peña Dulla, como elevación más prominente (“…Algún día…”. No tardaría en llegar).
Hacia el oeste, destaca la Maza de Bezana, al otro lado de Valdeporres. Más allá, el Alto Campóo y hasta un resquicio para los Picos de Europa, de blanco. Por el norte, tras los Montes de Somo asoma el Castro Valnera.
Y una atracción singular: El Ventanón. Es un ojo natural formado en la roca caliza. Una gran piedra horizontal de 30 metros de larga cuelga sobre dos pilares; con 20 metros de altura. Como un puente de una pieza.
En medio queda una gran ventana. Por ella se ve en primer término el pueblo de Rozas, y encuadra parte de la Merindad de Valdeporres, allá abajo.
Ese arco se formó, supuestamente, por la erosión de la piedra debido al paso del agua. Si fue así, aquello debió ser una cascada gigantesca, de más de 200 metros de alta.
ANÉCDOTA
Hubo más, pero me quedo con esta, que lo llenó todo: 15,02 km y 4 h 26 min. Hubo para dar y tomar. Con ‘Canelilla’, cada instante, cada metro, fueron una anécdota.
…--«Mete las tijeras (lo capto: 'abrevia'). No puedes escribir cuatro horas y media sobre ello. Poder, poder, …quizá sí; pero no debes».
Fue como tener la compañía de una persona, pero sin palabras que te distraigan de lo importante: dejarte impregnar los sentidos y la mente por la envolvente naturaleza.
Acabábamos de apearnos del coche en Pedrosa de Valdeporres. Nos colocábamos los aparejos para iniciar la ruta. Casi a tientas (bueno, menos); por la niebla.
Una perra se nos acercó decidida y relajada; al trotecillo. Sin sombra de temor u hostilidad. Una tipa confiada, pero no arrogante. Una mezcla entre Pastor Alemán y quién sabe qué.
Enseguida me inspiró confianza. …Y, al parecer, nosotros a ella. Se nos arrimó sin agobiar. Quería a todas luces ir con nosotros. Estaba sola allí. A nadie vimos.
Se nos puso al lado. Salimos del pueblo. --«¡Vete!”. Ni caso. No le habían enseñado esa palabra. Traté de decírselo en alemán (...por lo de su raza…). Pero se hizo la sorda o yo lo chapurreé mal.
Tenía un collar. Se dejó tocar. Sólo figuraba la marca de la correa. Ningún teléfono, nombre, …ninguna identificación. Al cabo, empezamos a llamarle ‘Canelilla’, por su color.
Se le notaban unas ganas enormes de acompañarnos. Como terminaríamos volviendo al mismo lugar de partida, dejamos de insistir. Parecía fuerte, sana y joven. Resistiría.
Llevábamos un litro de agua. Lo compartimos con ella. Bebió delicadamente en el cuenco de nuestras manos. Ya muy avanzada la ruta y con el sol en lo alto.
Dio numerosas muestras de notable inteligencia (sería largo de contar). Exploradora, no se separó de nosotros nunca más de 10-15 metros, ni molestó enredándose entre las piernas.
Cuando tuvimos que llamarle la atención (encuentro con un Border Collie, un caballo en el camino, o un corredor), obedeció al instante. Mandadera. Lista y bien educada.
Cruzamos la carretera en dos ocasiones; con tráfico y en curva o rasante, la BU-526. Me esperó. La cogí del collar y pasó conmigo. Ni la más leve tensión o resistencia.
Cuando regresamos a Pedrosa de Valdeporres, no se marchó de nuestro lado corriendo, inmediatamente. Esperó hasta estar muy cerca de ‘su casa’, imagino.
Nos miró y se metió animosa en un patio. Fue su modo de despedirse. Supongo que los perros no dan la mano, ni abrazos, ni besos, …ni hablan… con desconocidos.
Aún tengo los ojos como platos.
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Interesante introducción y bonita anécdota. A nosotros también nos han acompañado en dos ocasiones perros que no conocíamos ni nos conocían. Tuvieron, en nuestro caso, el premio de recibir algo de nuestras variadas viandas. Y, por último, ya tengo algunos motivos más para repetir una visita al Ventanón, hacerlo desde otro lugar, pasar por lugares bonitos y visitar esa cueva Muesu que tan sugerente te ha resultado.
Gracias, Manu Arroyo. Fue un regalazo de ruta; en ese extra y en todo lo demás. Ya vi la tuya. Creo que te saltaste ‘algo importante’ y tendrás que volver…. (😉) No será tiempo perdido.