267. Canales de Dulla desde Quintanilla Valdebodres
near Quintanilla-Valdebodres, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 58 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 549 metros (igual [más uno] que el estimado por Wikiloc).
PREÁMBULO
Ya nos habíamos resignado. Otra semana más sin salir de ruta. Y con esta serían dos; seguidas. Eso dolía, dado que, además, hoy era un día semi-festivo: martes de carnaval.
El tiempo atmosférico nos tenía agarrotados, indecisos. Como de quiero, pero no sé si debo; como de acelera y frena…. Se preveían cielos muy nublados y alguna posible gota.
Cautivos de nosotros mismos. Es lo que pasa cuando te pones tiquismiquis con el tiempo. Cuando le pones reparos a cualquier imperfección que no se ajuste a tu ideal.
Que si quieres tiempo seco y luminoso; con buena visibilidad y sin barro; …que si…. Y, entonces, ¿para qué nos habíamos comprado ese impermeable mochilero de siete leguas?
--«¡A tomar viento!». Nos salió así; del alma.
Nos vino de repente ese arrebato de autoafirmación; de sacar pecho y levantar la frente; de frotarnos las manos y girar las comisuras de los labios hacia arriba. Si haces eso, te será imposible resignarte a nada.
--«¡Que haga como le dé la gana! (el tiempo). Nos da igual» (en realidad, no nos daba igual; pero como si sí).
Tomamos la decisión en cinco minutos. El radar decía que por el norte quizá haga ‘un poco’ menos malo que por el centro o el sur. Curiosamente. –«!Pues, venga; para allá!».
No importaba. Contra viento y marea. Incluso aunque hubiéramos hecho recientemente dos rutas ([1] y [2]) pegadas al lugar elegido (o tal vez por ello):
[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/262-en-torno-a-las-pisas-en-valdebezana-159184042
[2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/265-cueva-muesu-el-ventanon-y-roquedos-de-dulla-desde-pedrosa-de-valdeporres-160010977
En [1], bajando desde Argomedo al valle del río Nela, nos había deslumbrado la larga corona rocosa de Dulla, en frente, aún a cierta distancia.
En [2], desde Valdeporres, entre la cueva de Muesu y el portillo de Santelices, habíamos casi rozado esa imponente cornisa con las manos, desde abajo.
--«¡Pues ahora hay que subir a ella!». Por los canales interiores del macizo.
Y hacia allá nos encaminamos (ahora); con la fantasía anticipatoria habitual instalada en nuestro VMPFC. La que se superpone a, y achica, nuestras dudas y reservas.
--«¡A tomar viento, pues!». Dicho sea con decoro. Vale.
Pero, sí: Primero son nuestros ‘derechos’ (qué me digo…, ‘deseos’); y luego el tiempo y sus nubes y su barro. Afrontaremos lo que nos eche. “¡A tomar…!”.
LA RUTA
He visto su nombre escrito como ‘LAs Canales’ y como ‘LOs Canales’ de (o del) Dulla. Aquí son anchos y profundos cauces, ahormados en barrancos naturales, por cuyo fondo circula el agua.
Aparentemente, según la R.A.E., ‘canal’, con ese significado, admite gramaticalmente el masculino y el femenino. ¡Allá tú si quieres decir Las Canalas o Los Canalos de Dulla!
En cualquier caso, para mayor seguridad frente a posibles variantes (por compartición de tramos con otros senderos como el PRC-BU-33), parecía oportuno seguir una guía. Fue buena idea.
Muchos usuarios (de Wikiloc) han realizado este recorrido. Como no sé quién fue el 'descubridor' o el 'ingeniero', en deuda quedo con todos por la muy útil guía de la que me serví de uno de ellos.
(1) El ‘Mapa’ de Distribución de los Canales:
En [3] ‘luis.itxina’ ofrece un ilustrativo dibujo panorámico del macizo de Dulla, con la distribución de sus diversos accidentes geográficos (véase nuestra primera fotografía).
[3] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/137-paisajes-extraordinarios-canales-del-dulla-11251852
Son tres los canales mayores. De este a oeste: De la Mata, Dulla, y Campo La Corza. Del segundo sale otro más por la izquierda, el ramal de Valdecastro. Confluyen todos en el mismo tronco, en dirección a Quintanilla Valdebodres.
Desgajado e independiente de la anterior arborización, más hacia el suroeste, está el canal de Vallejohondo; con la cascada de La Mea. Tiene, al parecer, un tránsito difícil.
La presente ruta asciende inicialmente, en la parte baja, por la confluencia de los tres mayores. Luego toma el canal de Valdecastro para acceder a la meseta inclinada superior.
En la primera foto incluyo el mapa gráfico de ‘luis.itxina’, con las etiquetas descriptivas pertinentes. Adaptado y reproducido con su permiso. Gracias.
(2) El Itinerario:
Desde Quintanilla Valdebodres hasta el km 3,3, subimos pausadamente por el fondo del barranco central; el ‘tronco’. Luego se ramifica.
El arroyo entrecorta el sendero cada dos por tres. Bajaba con agua y había que ir saltando de piedra en piedra. A este lado…, al otro…. Nunca ha trabajado tanto mi cachava.
En torno al km 3, surgen monumentales los acantilados que han resistido la erosión millonaria (en años). Se bifurca el barranco: Campo La Corza, a la izquierda; Dulla, a la derecha.
Allí, a partir del km 3,3, faldeamos por la izquierda del Canal de Dulla. Nos desvía enseguida hacia el brazo que desde él forma el Canal de Valdecastro.
Hasta el km 4,1 la pendiente se hace bastante ‘cuesta-arriba’. Luego se suaviza. Hacia el km 5,7, superamos definitivamente Valdecastro. Nos alzamos a la plataforma inclinada que conduce a la Puerta de Dulla (km 6,4).
Debajo, a la derecha queda el gran Canal de Dulla; al otro lado, el ciclópeo espigón de El Paño. Ganas dan de descolgarse…, pero puede ser complicado y peligroso. Si acaso, para expertos.
Continuamos, pues, por la cresta en dirección oeste y sur. Primero, hasta Peña Dulla (km 6,9), la mayor elevación del macizo (1.139 msm); con hito geodésico.
Desde allí proseguimos junto a la repisa hasta ‘Peña Rayito’ (km 7,9). Un montoncillo de piedras y un discreto rotulado de ese nombre a mano pretenden dar fe de su existencia.
Iniciando el descenso, llegamos a un leve corte en el portillo Puerta de la Raya (km 8,7). Debajo se extiende otro de los grandes canales, Campo La Corza (una corza culiblanca brincando por la ladera lo confirmó).
Aún disfrutaremos de un tramo sobre ese canal (hasta el km 9,5). Pero después nos engulle un bosque de encinas, uniforme y sin vistas exteriores. Así hasta cerca (hacia el km 12,5) de Quintanilla Valdebodres.
Tienen esos tres km últimos poca historia, sobre un camino pedregoso. Ya próximos al final, las panorámicas sobre el pueblo vuelven a dar vistosidad a la ruta.
(3) Posibles Dificultades:
Subiendo por el tronco de los canales, cruzamos el arroyo no menos de una veintena de veces.
Si lleva poco caudal, basta con saltar apoyándote en algo. Con más agua, te puedes mojar. Con mucho volumen, mejor en botas de goma (o traje de baño).
En nuestro caso, nos tocó la opción intermedia. Es la mejor, aunque resulta engorrosillo ese trajín. Es entretenido si no te resbalas, o una piedra se mueve, y te caes.
Físicamente, hay un par de tramos exigentes en el inicio del ascenso (entre los km 3,4 y 4,1). Según IBP, tienen entre el 19 y el 25% de desnivel. El resto es llevadero.
El sendero de subida por Valdecastro es estrecho y con terraplén, aunque no aéreo. Hay que ir con cuidado en algunas partes. No te despistes. Es suficiente.
Parte del camino de descenso (km 9,5 a 12,5) tiene el suelo muy pedregoso, con piedras sueltas. No es cómodo. Posibles resbalones. Hablo por experiencia (‘mea culpa’).
La orientación es fácil con guía; no sin ella. En la parte baja durante el ascenso (hasta el km 3,3), hay muchos senderos. Generan posibles errores de elección.
Las señales en los árboles (bandas blanca y amarilla) ayudan algo, aunque alguna confunde. En cualquier caso, hay muchos tramos sin ellas. Mejor, usa una guía.
DESTACADO
Son numerosos los aspectos de interés de la ruta. Contrarrestan y borran el recuerdo de los cansinos, monótonos 3 km durante el descenso.
(1) Quintanilla Valdebodres:
Añadido a la majestuosidad paisajística del recorrido, justo es mencionar su puerta de acceso; el guardián de las llaves de ese paraje extraordinario: el pueblo de Quintanilla Valdebodres.
Un retazo de historia concentrado en un bonito pueblo pequeño. Con una surgencia kárstica de nombre escalofriante (o ‘escaloardiente’), el ‘Pozo del Infierno’, pletórico de leyendas. De agua cristalina.
Su cascada, el viejo molino harinero, su iglesita que alguna vez fue románica, el puente ‘romano’ (dicen) de un ojo, y sus construcciones tradicionales rehabilitadas con esmero.
Ya en la modernidad, su premio al «Mejor Inventor Europeo del año», en 2013, por la Oficina Europea de Patentes: A José Luis López Gómez, ingeniero industrial. Así lo indica una placa en la casa donde nació.
Grabada allí también, una perla de sabiduría popular: “Sólo en el diccionario, la palabra ‘éxito’ está antes que ‘trabajo’”. El que sepa leer, que entienda…. Refleja el carácter de estas gentes.
(2) La Agreste Naturaleza Interior del Recorrido:
La ruta nos adentra en un sorprendente espacio originado por la imparable erosión del terreno: un sistema de barrancos conocido como los Canales de Dulla.
Tenemos la oportunidad de probarlos en su fondo, remontándolos, y desde arriba. Sólo desde el km 9,5 al 12,5 (aprox.) perdemos contacto con ellos, al ir inmersos en un bosque.
Transitamos durante gran parte del circuito por o junto a profundas hendiduras, puertas o collados con bocas mastodónticas, y taludes de vértigo.
Un herboso páramo arriba está amurallado por coronas pétreas y proas rocosas. Son las que han resistido el embate implacable del hielo, el viento, y el agua.
Y debajo, en lo hondo, arroyuelos que se comen a los senderos. No falta alguna modesta cascada conforme ascendemos, como la Coladera; un poco apartada.
Esto es naturaleza geológica pura, épica; a pecho descubierto; sin concesiones a la mansedumbre, al blando hedonismo. Magnífica.
(3) Los Paisajes Exteriores:
Durante al menos 3 km (del 5,8 al 8,8), bordeamos una prominente atalaya. Es la que conforman los cortados de Dulla, de norte a sur, por el oeste. Allí se despliega un admirable escenario.
Debajo y próximo, de oeste a este: los valles de Valdebezana, de Valdeporres, y de Sotoscueva. Éste, con las filigranas de sus cornisas de testuz alta, semicirculares, como dunas de piedra.
Por el norte se levantan los Montes del Somo y detrás despunta el compacto Castro Valnera (1.718 msnm). Es la cumbre más elevada de todo el sector oriental de la Cordillera Cantábrica.
Por el oeste, la Maza de Bezana (enclave de importancia prehistórica). Tras él, el espejo del embalse del Ebro refleja el cielo. Más al fondo, las cumbres del Alto Campóo.
Y, por supuesto, desde ese estirado palco, tenemos a la vista el molde arborizado de los propios Canales de Dulla, hendiendo la tierra y desplomándose hacia el sureste.
(4) Puentedey:
Si vas a hacer la ruta y no conoces Puentedey, harías bien en parar allí. Así lo hicimos. Queda a 2 km escasos de Quintanilla Valdebodres, de paso.
Como te recuerdan sus carteles: “Puentedey, (es) uno de los Pueblos más Bonitos de España”. No faltan a la verdad oficial ni a la real. Desde 2022, se ha incorporado a ese prestigioso club de poco más de 100 localidades.
Un paseo madrugador lo dejará entero para ti. Únicamente verás, si acaso, a dos operarios podando los plataneros (‘plátanos de sombra’); a tarea.
Parte del pueblo se asienta sobre un profundo puente natural de piedra, el ‘Puente de Dios’. Un gran ojo horadado por el río Nela. A esa hora temprana y fría, el sol rasante se colaba por debajo y sacaba los vapores al agua.
Puentedey tiene muchos otros atractivos: la arquitectura tradicional y montañesa de sus casas, la iglesia de San Pelayo, la Casa y Palacio de los Brizuela, las orillas del Nela, el mirador de San Andrés, etc.
Ese paseo cultural y geológico redondeará una mañana más bien larga y una ruta senderista más bien corta. Al final, sumando, algo más de 15 km y 5 horas te dejan satisfecho; con la sensación del ‘deber cumplido’.
Esta parte no se incluye en el recorrido aquí publicado. No obstante, en el último ‘waypoint’ de la ruta (nº 41) he añadido varias fotografías del paseo por Puentedey.
ANÉCDOTA
Una anécdota animal y otra meteorológica. Sorpresa con un pellizquito de emoción en ambas, como corresponde. Elijo la segunda, pero me resisto a olvidar la primera.
(1) “Estoy en Mi Casa”:
Iniciábamos el descenso en la ruta. Había una manada de unos 20 caballos en la ladera de Campo La Corza. En medio del estrecho camino; con pronunciados desniveles a los lados. Enlentecimos el paso para no alterar su calma.
Todos avanzaron y se fueron orillando. Todos menos uno. ‘Ni palante ni patrás’. Allí se nos quedó mirando. Descarado, aunque aparentemente tranquilo. Era un mocetón.
“La calle es mía y vosotros sois unos intrusos”, creímos entender. No hemos oído que los caballos ataquen. Pero aquél, aunque sin gestos agresivos, parecía muy seguro de sí mismo, de que aquella era su casa.
--«Vale, tú ganas», mascullamos entre dientes, mientras nos buscábamos la vida trepando entre la maleza y dando un rodeo. Todo mientras le mirábamos de reojo.
Son animales (‘como todos’), pero también tienen sus ‘personalidades’ diferenciadas. Peculiaridades dignas de estudio psicológico.
(2) El Norte ‘surea’ y el Sur ‘nortea’:
Ya en camino de vuelta a casa, uno de nosotros (quien había escrito el Preámbulo, y era por eso más comprensible su reacción) no pudo más. Estalló. En carcajadas.
…/…
En la tarde del día anterior, había mandado al tiempo (o a las previsiones) “¡A tomar viento!”. Se preveía ‘malo’, muy anubarrado; quizá algo menos por el norte que por el centro o el sur.
Ya en hoy, llevábamos en el norte desde antes de las 9 h (en Puentedey), y luego en Quintanilla Valdebodres hasta las 14 h. Iniciábamos ahora el regreso hacia el sur.
🤣 ¡JuaJuaJua JuaJuaJua! 🤣
--«Te vas descuajeringar el músculo cigomático. Te puedes descoyuntar la mandíbula. Y eso tiene difícil arreglo…».
--«Mira, si no te digo que me creas. Basta con que mires luego las fotos en esas más de cinco horas. ¿Tú has visto alguna nube?».
Las agencias meteorológicas parece que acertaron por el centro y el sur (‘este’ centro y ‘este’ sur; los de la inmensa provincia). Pero se pasaron de conservadoras para el norte. Fue un día espléndido; de cabo a rabo.
A las 14 h, al terminar, había 16 grados allí y cielo azul generalizado; de allí hacia el norte.
Ya en carretera. Nos movíamos hacia el sur. La temperatura caía: hasta los 10 grados en 45 minutos. El cielo se puso plomizo. Una densa cortina brumosa soltaba lastre. Fino, es verdad, pero despertó a los limpiaparabrisas.
Y así siguió. Parecía, como se dice, “el mundo al revés” (también en ese asunto). Una inversión meteorológica. …O fue eso, o fue nuestro ‘angel’ benefactor una vez más. ¡Qué mañanaza!
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 58 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 549 metros (igual [más uno] que el estimado por Wikiloc).
PREÁMBULO
Ya nos habíamos resignado. Otra semana más sin salir de ruta. Y con esta serían dos; seguidas. Eso dolía, dado que, además, hoy era un día semi-festivo: martes de carnaval.
El tiempo atmosférico nos tenía agarrotados, indecisos. Como de quiero, pero no sé si debo; como de acelera y frena…. Se preveían cielos muy nublados y alguna posible gota.
Cautivos de nosotros mismos. Es lo que pasa cuando te pones tiquismiquis con el tiempo. Cuando le pones reparos a cualquier imperfección que no se ajuste a tu ideal.
Que si quieres tiempo seco y luminoso; con buena visibilidad y sin barro; …que si…. Y, entonces, ¿para qué nos habíamos comprado ese impermeable mochilero de siete leguas?
--«¡A tomar viento!». Nos salió así; del alma.
Nos vino de repente ese arrebato de autoafirmación; de sacar pecho y levantar la frente; de frotarnos las manos y girar las comisuras de los labios hacia arriba. Si haces eso, te será imposible resignarte a nada.
--«¡Que haga como le dé la gana! (el tiempo). Nos da igual» (en realidad, no nos daba igual; pero como si sí).
Tomamos la decisión en cinco minutos. El radar decía que por el norte quizá haga ‘un poco’ menos malo que por el centro o el sur. Curiosamente. –«!Pues, venga; para allá!».
No importaba. Contra viento y marea. Incluso aunque hubiéramos hecho recientemente dos rutas ([1] y [2]) pegadas al lugar elegido (o tal vez por ello):
[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/262-en-torno-a-las-pisas-en-valdebezana-159184042
[2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/265-cueva-muesu-el-ventanon-y-roquedos-de-dulla-desde-pedrosa-de-valdeporres-160010977
En [1], bajando desde Argomedo al valle del río Nela, nos había deslumbrado la larga corona rocosa de Dulla, en frente, aún a cierta distancia.
En [2], desde Valdeporres, entre la cueva de Muesu y el portillo de Santelices, habíamos casi rozado esa imponente cornisa con las manos, desde abajo.
--«¡Pues ahora hay que subir a ella!». Por los canales interiores del macizo.
Y hacia allá nos encaminamos (ahora); con la fantasía anticipatoria habitual instalada en nuestro VMPFC. La que se superpone a, y achica, nuestras dudas y reservas.
--«¡A tomar viento, pues!». Dicho sea con decoro. Vale.
Pero, sí: Primero son nuestros ‘derechos’ (qué me digo…, ‘deseos’); y luego el tiempo y sus nubes y su barro. Afrontaremos lo que nos eche. “¡A tomar…!”.
LA RUTA
He visto su nombre escrito como ‘LAs Canales’ y como ‘LOs Canales’ de (o del) Dulla. Aquí son anchos y profundos cauces, ahormados en barrancos naturales, por cuyo fondo circula el agua.
Aparentemente, según la R.A.E., ‘canal’, con ese significado, admite gramaticalmente el masculino y el femenino. ¡Allá tú si quieres decir Las Canalas o Los Canalos de Dulla!
En cualquier caso, para mayor seguridad frente a posibles variantes (por compartición de tramos con otros senderos como el PRC-BU-33), parecía oportuno seguir una guía. Fue buena idea.
Muchos usuarios (de Wikiloc) han realizado este recorrido. Como no sé quién fue el 'descubridor' o el 'ingeniero', en deuda quedo con todos por la muy útil guía de la que me serví de uno de ellos.
(1) El ‘Mapa’ de Distribución de los Canales:
En [3] ‘luis.itxina’ ofrece un ilustrativo dibujo panorámico del macizo de Dulla, con la distribución de sus diversos accidentes geográficos (véase nuestra primera fotografía).
[3] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/137-paisajes-extraordinarios-canales-del-dulla-11251852
Son tres los canales mayores. De este a oeste: De la Mata, Dulla, y Campo La Corza. Del segundo sale otro más por la izquierda, el ramal de Valdecastro. Confluyen todos en el mismo tronco, en dirección a Quintanilla Valdebodres.
Desgajado e independiente de la anterior arborización, más hacia el suroeste, está el canal de Vallejohondo; con la cascada de La Mea. Tiene, al parecer, un tránsito difícil.
La presente ruta asciende inicialmente, en la parte baja, por la confluencia de los tres mayores. Luego toma el canal de Valdecastro para acceder a la meseta inclinada superior.
En la primera foto incluyo el mapa gráfico de ‘luis.itxina’, con las etiquetas descriptivas pertinentes. Adaptado y reproducido con su permiso. Gracias.
(2) El Itinerario:
Desde Quintanilla Valdebodres hasta el km 3,3, subimos pausadamente por el fondo del barranco central; el ‘tronco’. Luego se ramifica.
El arroyo entrecorta el sendero cada dos por tres. Bajaba con agua y había que ir saltando de piedra en piedra. A este lado…, al otro…. Nunca ha trabajado tanto mi cachava.
En torno al km 3, surgen monumentales los acantilados que han resistido la erosión millonaria (en años). Se bifurca el barranco: Campo La Corza, a la izquierda; Dulla, a la derecha.
Allí, a partir del km 3,3, faldeamos por la izquierda del Canal de Dulla. Nos desvía enseguida hacia el brazo que desde él forma el Canal de Valdecastro.
Hasta el km 4,1 la pendiente se hace bastante ‘cuesta-arriba’. Luego se suaviza. Hacia el km 5,7, superamos definitivamente Valdecastro. Nos alzamos a la plataforma inclinada que conduce a la Puerta de Dulla (km 6,4).
Debajo, a la derecha queda el gran Canal de Dulla; al otro lado, el ciclópeo espigón de El Paño. Ganas dan de descolgarse…, pero puede ser complicado y peligroso. Si acaso, para expertos.
Continuamos, pues, por la cresta en dirección oeste y sur. Primero, hasta Peña Dulla (km 6,9), la mayor elevación del macizo (1.139 msm); con hito geodésico.
Desde allí proseguimos junto a la repisa hasta ‘Peña Rayito’ (km 7,9). Un montoncillo de piedras y un discreto rotulado de ese nombre a mano pretenden dar fe de su existencia.
Iniciando el descenso, llegamos a un leve corte en el portillo Puerta de la Raya (km 8,7). Debajo se extiende otro de los grandes canales, Campo La Corza (una corza culiblanca brincando por la ladera lo confirmó).
Aún disfrutaremos de un tramo sobre ese canal (hasta el km 9,5). Pero después nos engulle un bosque de encinas, uniforme y sin vistas exteriores. Así hasta cerca (hacia el km 12,5) de Quintanilla Valdebodres.
Tienen esos tres km últimos poca historia, sobre un camino pedregoso. Ya próximos al final, las panorámicas sobre el pueblo vuelven a dar vistosidad a la ruta.
(3) Posibles Dificultades:
Subiendo por el tronco de los canales, cruzamos el arroyo no menos de una veintena de veces.
Si lleva poco caudal, basta con saltar apoyándote en algo. Con más agua, te puedes mojar. Con mucho volumen, mejor en botas de goma (o traje de baño).
En nuestro caso, nos tocó la opción intermedia. Es la mejor, aunque resulta engorrosillo ese trajín. Es entretenido si no te resbalas, o una piedra se mueve, y te caes.
Físicamente, hay un par de tramos exigentes en el inicio del ascenso (entre los km 3,4 y 4,1). Según IBP, tienen entre el 19 y el 25% de desnivel. El resto es llevadero.
El sendero de subida por Valdecastro es estrecho y con terraplén, aunque no aéreo. Hay que ir con cuidado en algunas partes. No te despistes. Es suficiente.
Parte del camino de descenso (km 9,5 a 12,5) tiene el suelo muy pedregoso, con piedras sueltas. No es cómodo. Posibles resbalones. Hablo por experiencia (‘mea culpa’).
La orientación es fácil con guía; no sin ella. En la parte baja durante el ascenso (hasta el km 3,3), hay muchos senderos. Generan posibles errores de elección.
Las señales en los árboles (bandas blanca y amarilla) ayudan algo, aunque alguna confunde. En cualquier caso, hay muchos tramos sin ellas. Mejor, usa una guía.
DESTACADO
Son numerosos los aspectos de interés de la ruta. Contrarrestan y borran el recuerdo de los cansinos, monótonos 3 km durante el descenso.
(1) Quintanilla Valdebodres:
Añadido a la majestuosidad paisajística del recorrido, justo es mencionar su puerta de acceso; el guardián de las llaves de ese paraje extraordinario: el pueblo de Quintanilla Valdebodres.
Un retazo de historia concentrado en un bonito pueblo pequeño. Con una surgencia kárstica de nombre escalofriante (o ‘escaloardiente’), el ‘Pozo del Infierno’, pletórico de leyendas. De agua cristalina.
Su cascada, el viejo molino harinero, su iglesita que alguna vez fue románica, el puente ‘romano’ (dicen) de un ojo, y sus construcciones tradicionales rehabilitadas con esmero.
Ya en la modernidad, su premio al «Mejor Inventor Europeo del año», en 2013, por la Oficina Europea de Patentes: A José Luis López Gómez, ingeniero industrial. Así lo indica una placa en la casa donde nació.
Grabada allí también, una perla de sabiduría popular: “Sólo en el diccionario, la palabra ‘éxito’ está antes que ‘trabajo’”. El que sepa leer, que entienda…. Refleja el carácter de estas gentes.
(2) La Agreste Naturaleza Interior del Recorrido:
La ruta nos adentra en un sorprendente espacio originado por la imparable erosión del terreno: un sistema de barrancos conocido como los Canales de Dulla.
Tenemos la oportunidad de probarlos en su fondo, remontándolos, y desde arriba. Sólo desde el km 9,5 al 12,5 (aprox.) perdemos contacto con ellos, al ir inmersos en un bosque.
Transitamos durante gran parte del circuito por o junto a profundas hendiduras, puertas o collados con bocas mastodónticas, y taludes de vértigo.
Un herboso páramo arriba está amurallado por coronas pétreas y proas rocosas. Son las que han resistido el embate implacable del hielo, el viento, y el agua.
Y debajo, en lo hondo, arroyuelos que se comen a los senderos. No falta alguna modesta cascada conforme ascendemos, como la Coladera; un poco apartada.
Esto es naturaleza geológica pura, épica; a pecho descubierto; sin concesiones a la mansedumbre, al blando hedonismo. Magnífica.
(3) Los Paisajes Exteriores:
Durante al menos 3 km (del 5,8 al 8,8), bordeamos una prominente atalaya. Es la que conforman los cortados de Dulla, de norte a sur, por el oeste. Allí se despliega un admirable escenario.
Debajo y próximo, de oeste a este: los valles de Valdebezana, de Valdeporres, y de Sotoscueva. Éste, con las filigranas de sus cornisas de testuz alta, semicirculares, como dunas de piedra.
Por el norte se levantan los Montes del Somo y detrás despunta el compacto Castro Valnera (1.718 msnm). Es la cumbre más elevada de todo el sector oriental de la Cordillera Cantábrica.
Por el oeste, la Maza de Bezana (enclave de importancia prehistórica). Tras él, el espejo del embalse del Ebro refleja el cielo. Más al fondo, las cumbres del Alto Campóo.
Y, por supuesto, desde ese estirado palco, tenemos a la vista el molde arborizado de los propios Canales de Dulla, hendiendo la tierra y desplomándose hacia el sureste.
(4) Puentedey:
Si vas a hacer la ruta y no conoces Puentedey, harías bien en parar allí. Así lo hicimos. Queda a 2 km escasos de Quintanilla Valdebodres, de paso.
Como te recuerdan sus carteles: “Puentedey, (es) uno de los Pueblos más Bonitos de España”. No faltan a la verdad oficial ni a la real. Desde 2022, se ha incorporado a ese prestigioso club de poco más de 100 localidades.
Un paseo madrugador lo dejará entero para ti. Únicamente verás, si acaso, a dos operarios podando los plataneros (‘plátanos de sombra’); a tarea.
Parte del pueblo se asienta sobre un profundo puente natural de piedra, el ‘Puente de Dios’. Un gran ojo horadado por el río Nela. A esa hora temprana y fría, el sol rasante se colaba por debajo y sacaba los vapores al agua.
Puentedey tiene muchos otros atractivos: la arquitectura tradicional y montañesa de sus casas, la iglesia de San Pelayo, la Casa y Palacio de los Brizuela, las orillas del Nela, el mirador de San Andrés, etc.
Ese paseo cultural y geológico redondeará una mañana más bien larga y una ruta senderista más bien corta. Al final, sumando, algo más de 15 km y 5 horas te dejan satisfecho; con la sensación del ‘deber cumplido’.
Esta parte no se incluye en el recorrido aquí publicado. No obstante, en el último ‘waypoint’ de la ruta (nº 41) he añadido varias fotografías del paseo por Puentedey.
ANÉCDOTA
Una anécdota animal y otra meteorológica. Sorpresa con un pellizquito de emoción en ambas, como corresponde. Elijo la segunda, pero me resisto a olvidar la primera.
(1) “Estoy en Mi Casa”:
Iniciábamos el descenso en la ruta. Había una manada de unos 20 caballos en la ladera de Campo La Corza. En medio del estrecho camino; con pronunciados desniveles a los lados. Enlentecimos el paso para no alterar su calma.
Todos avanzaron y se fueron orillando. Todos menos uno. ‘Ni palante ni patrás’. Allí se nos quedó mirando. Descarado, aunque aparentemente tranquilo. Era un mocetón.
“La calle es mía y vosotros sois unos intrusos”, creímos entender. No hemos oído que los caballos ataquen. Pero aquél, aunque sin gestos agresivos, parecía muy seguro de sí mismo, de que aquella era su casa.
--«Vale, tú ganas», mascullamos entre dientes, mientras nos buscábamos la vida trepando entre la maleza y dando un rodeo. Todo mientras le mirábamos de reojo.
Son animales (‘como todos’), pero también tienen sus ‘personalidades’ diferenciadas. Peculiaridades dignas de estudio psicológico.
(2) El Norte ‘surea’ y el Sur ‘nortea’:
Ya en camino de vuelta a casa, uno de nosotros (quien había escrito el Preámbulo, y era por eso más comprensible su reacción) no pudo más. Estalló. En carcajadas.
…/…
En la tarde del día anterior, había mandado al tiempo (o a las previsiones) “¡A tomar viento!”. Se preveía ‘malo’, muy anubarrado; quizá algo menos por el norte que por el centro o el sur.
Ya en hoy, llevábamos en el norte desde antes de las 9 h (en Puentedey), y luego en Quintanilla Valdebodres hasta las 14 h. Iniciábamos ahora el regreso hacia el sur.
🤣 ¡JuaJuaJua JuaJuaJua! 🤣
--«Te vas descuajeringar el músculo cigomático. Te puedes descoyuntar la mandíbula. Y eso tiene difícil arreglo…».
--«Mira, si no te digo que me creas. Basta con que mires luego las fotos en esas más de cinco horas. ¿Tú has visto alguna nube?».
Las agencias meteorológicas parece que acertaron por el centro y el sur (‘este’ centro y ‘este’ sur; los de la inmensa provincia). Pero se pasaron de conservadoras para el norte. Fue un día espléndido; de cabo a rabo.
A las 14 h, al terminar, había 16 grados allí y cielo azul generalizado; de allí hacia el norte.
Ya en carretera. Nos movíamos hacia el sur. La temperatura caía: hasta los 10 grados en 45 minutos. El cielo se puso plomizo. Una densa cortina brumosa soltaba lastre. Fino, es verdad, pero despertó a los limpiaparabrisas.
Y así siguió. Parecía, como se dice, “el mundo al revés” (también en ese asunto). Una inversión meteorológica. …O fue eso, o fue nuestro ‘angel’ benefactor una vez más. ¡Qué mañanaza!
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“Sólo en el diccionario, la palabra ‘éxito’ está antes que ‘trabajo’”. Esto vale igualmente para todo montañero: Sólo después de sudar subiendo, arrastrar barro y sufrir las inclemencias del tiempo, puedes llegar a la cima y ver el mundo a tus pies.
Gran trabajo maisisd. Enhorabuena, y a seguir en la montaña
Gracias, luis.itxina. Sabio aforismo el de la placa y no podría estar más de acuerdo con tu sentencia. Y ya, para no andarnos con remilgos, venga: «¡A la felicidad por el (auto)sufrimiento!». ¡Ale! 😉. Afortunados son(mos) los montañeros y monteros.
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Hace años hice esta ruta pero partiendo de Puentedey, es más larga, pero, en mi opinión, más completa aún, porque pasa por la cascada de La Mea y Puentedey no es un pueblo bonito, es mucho más. La repetiremos algún y esta vez sí la publicaré. Saludos y a seguir pateando por los infinitos itinerarios de nuestras apreciadas Merindades.
Gracias, Manu Arroyo. Sea uniéndolo todo (quizá un poco largo, según para quien...), sea por separado, Puentedey es una parada obligada que bien merece un paseo.