27-9-2020 Bosque de Valdenazar RCGU-44 y SPG-24. Urb. Valdeluz-Guadalajara

Ruta circular muy fácil por el Bosque de Valdenazar. Ideal para hacerla con niños.
El Bosque de Valdenazar, desconocido para muchos, se encuentra muy cerca de Guadalajara, por lo que podemos visitarle en cualquier momento, sin necesidad de grandes desplazamientos.
Este es bosque de origen mediterráneo compuesto principalmente de encinas y quejigos, de unas 40 hectáreas situado dentro del término municipal de Yebes y junto a la urbanización de Valdeluz.
En el interior del bosque hay cuatro zonas bien diferenciadas: la zona de encinar, la de quejigar, la zona mixta de encinar y quejigar y el bosque de ribera en la parte baja de la ruta formado por el curso del arroyo Valdarachas.
La ruta la iniciamos en el amplio aparcamiento que hay junto al aparcamiento del campo de prácticas del Campo de Golf de Valdeluz y al pie de dos depósitos de agua (uno viejo y uno nuevo), visibles desde muchos kilómetros a la redonda. La ruta la iniciamos en el amplio aparcamiento que hay junto al gran depósito de agua.
Aquí tenemos el acceso al bosque con algunos paneles informativos que nos llevan a un amplio mirador donde hay una plataforma para la observación astronómica, así el poste indicativo que apunta a la Estrella Polar y ayudarnos a localizarla y un panel informativo con información precisa sobre la ruta que vamos a realizar y otro con una panorámica fotográfica sobre el bosque. Si vas en Otoño, desde el mirador verás claramente la diferencia entre las encinas, de color verde, y los quejigos, de color amarillento.
El sendero termina de descender y antes de iniciar el ascenso por el camino de vuelta, nos encontramos con un puente de madera que salva el curso del arroyo de Valdarachas para dirigirnos a la fuente del Valle de Alcohete.
Antes del puente nos encontramos con un nuevo panel, esta vez nos habla de los anfibios como habitantes de la ribera del bosque: la rana común, el sapo, la culebra, la salamanquesa, etc.
Cruzamos el puente y continuamos por el otro lado del arroyo, a unos 200 metros llegamos a la fuente del Valle de Alcohete, hoy abandonada y casi desaparecida, solo quedan algunas piedras cubiertas por la vegetación, y por las que aun mana un buen chorro de agua.
Volvemos al inicio y junto al mirador hay unas escaleras por las que comenzamos a descender para internarnos en el monte; poco después caminaremos por una plataforma de madera y continuaremos por un cómodo sendero.
El camino no tiene pérdida, pues nos guiaremos por las flechas direccionales que nos van indicando el camino correcto.
Casi a los 300 metros llegamos a un cruce, unas flechas direccionales nos indican, por un lado, el camino al arroyo de Valderachas y por el otro a la Carbonera, nosotros seguiremos por este, a la izquierda.
El camino aún no ha perdido altura y poco a poco va descendiendo, pero sin brusquedad.
Caminando por la ruta nos encontramos con pequeños paneles de madera que nos indican las diferentes plantas que pueblan este bosque.
La senda transita por un quejigal que nos lleva, a los 600 metros desde la salida, a un cruce con un poste indicador que nos encamina a la carbonera.
Se encuentra a unos 50 metros del camino principal, por lo que nos dirigiremos hasta este lugar en el que estuvo carbonera, hay un panel informativo que nos cuenta la historia de esta práctica ancestral para la supervivencia de los moradores del entorno con la creación del carbón vegetal.
De vuelta al camino principal, seguimos caminando hasta hacer un giro a la derecha y es cuando la senada empieza a descender hasta que llega a un mirador sobre el amplio valle donde hay una fotografía panorámica.
La vista es muy bonita, ya que contemplamos todo lo que conforma el bosque de Valdenazar.
La senda sigue en descenso y antes de terminar al fondo del valle llegamos a un nuevo panel informativo que nos habla de la fauna del bosque: el jabalí, el corzo, el zorro, el cárabo, el águila culebrera o el gavilán común.
Recomendamos detenerse siempre en estos paneles informativos ya que gracias a ellos podemos conocer la vida en el bosque.
Antes de terminar de descender nos encontramos con otro panel informativo, esta vez dedicado a la flora del entorno: la encina, el quejigo, el bosque de ribera, el enebro o el matorral.
Una nueva sorpresa nos depara Valdenazar: una gran encina, varias veces centenaria, y que entre dos personas nos cubren su diámetro.
Comenzamos a ascender por una senda para ganar la altura perdida y que primero nos lleva al cruce de caminos que habíamos abandonado casi al inicio de la ruta y posteriormente al mirador donde comenzamos esta sencilla y corta ruta, conociendo uno de los bosques mediterráneos más desconocidos de Guadalajara.
Una vez de vuelta al aparcamiento ampliamos la ruta yendo al comienzo del Barranco de Valdenazar. Esta extensión que hicimos es perfectamente prescindible pues no aporta casi nada.

ESTA RUTA QUE HEMOS HECHO FORMA PARTE DEL PROYECTO #12MESES13RUTAS) SENDERISMOGUADALAJARA.ES