31 Priego (Zagrilla Alta, Vadillo, Molino Marqués, Zagrilla Baja)

El itinerario de esta ocasión posibilita apreciar, quizá mejor que ningún otro de los contenidos en esta obra, la riqueza natural de un medio tan peculiar de nuestra comarca como es el membrillar, situado por lo general entorno a los cauces. Por otra parte, está la enorme belleza del manantial de las Palomas y del casco urbano de Zagrilla Alta, magnífico ejemplo de pueblo blanco andaluz. Finalmente, resulta obligada para el caminante la visita al Jardín Micológico de la Subbética junto al que pasa la ruta.
Nuestro trayecto se inicia en la calle Zarzuela de la pedanía de Zagrilla Alta por cuya travesía, en sentido oeste, salimos de la población a la carretera provincial CO-7210 que se recorre durante un breve espacio mientras nos contemplan desde la derecha (noroeste) las peladas laderas de Sierra Alcaide. Esta aldea ha estado poblada desde la antigüedad pues en 1990 se descubrió una pintura rupestre de tipo antropomorfo en el abrigo del Tajo, y en el Viso de Zagrilla Alta hay un yacimiento de la Edad del Cobre todavía no estudiado. De otro lado, está acreditada la existencia de un asentamiento rural de segundo orden en época de Roma, que siguió habitado durante el período visigodo y de dominación musulmana pues hay evidencias de una alquería. Como primera referencia documental, una vez reconquistado Priego por los cristianos, figura entre los caballeros que constituyen la cofradía de San Ildefonso en 1426 Martín López, que era alcaide de Zagrilla .
Pronto se muestra a la izquierda (sur) de la calzada un camino que atraviesa el paraje conocido como Corral de Pérez, hemos de seguir el mismo durante 800 metros hasta llegar frente al cerrillo del Salarejo (617 m), momento en el cual se debe abandonar la vía comenzando a transitar por el olivar hacia el oeste.
A la derecha (norte), además del citado Salarejo, queda el manchón de la sierra que vamos bordeando por los olivos de forma cómoda, pues la pendiente es muy suave, llegando al Molino de las Palomas, lugar de excepcional belleza en el que sale un abundante manantial que surte a la población de Carcabuey, en cuyo término municipal nos encontramos. Junto al mismo hay un pilar encalado, la caseta para alojar los motores de bombeo y un alojamiento rural que ha sabido recuperar para sus huéspedes el antiguo complejo molinero que aprovechaba las aguas como fuerza de tracción.
Nuestro sendero sigue por un carril en buen estado, bastante llano, que serpentea entre las huertas carcabulenses con numerosos membrillos, por lo que recorrer esta zona a mediados de abril, cuando estos frutales están en flor, supone un espectáculo comparable a la floración de los cerezos en la comarca cacereña de la Vera. El sistema de cultivo consiste en mantener un gran número de pies por árbol y dejar que las copas achaparradas se toquen unas a otras, constituyendo un auténtico dosel verde que en primavera-verano casi no deja pasar la luz, confundiéndose sus formas con las propias de los bosques autóctonos ribereños .
Apenas a kilómetro y medio se encuentra el puente Vadillo sobre el río Palancar que atraviesa la carretera CO-7210, en este punto hay que girar a la izquierda (sur) y andar por el asfalto durante 700 metros. Justo antes del paso del viaducto de la de Cabra (A-339), nos aparece a la izquierda (este) una pista de piso gris arenoso que se debe tomar. Poco después, deriva a nuestra izquierda (este), a su vez, otro camino marcado para su próxima reparación que pasa junto a dos lomas llamadas Cerrillo Nevado (572 m) y Bocaoveja (581 m), discurriendo en el espacio entre ambas nuevamente el río Palancar al que después se unirá el Moriscos procedente de Carcabuey. Aquí viene la principal dificultad del sendero, y es que para cruzar este curso de agua no hay puente alguno, lo que puede complicar su vadeo si el cauce baja muy crecido en época de lluvias.
Así accedemos al camino del Barrio, próximo a Zagrilla Baja, el cual pasa entre huertas y algunos olivares en paralelo al río que en este tramo se llama como la pedanía a la que nos acercamos. Tras atravesar la aldea por estrechas callejas cuyas viviendas están encaladas y sorprendernos con los encauzamientos de las aguas procedentes de su caudaloso manantial que salpican todo el casco urbano, salimos por la travesía para llegar a la explanada que alberga instalaciones deportivas y el Jardín Micológico. Basta girar a la izquierda (oeste), por una pista asfaltada en cuyo margen hay una zona peatonal, para llegar 500 metros después a Zagrilla Alta y, por tanto, a nuestro punto de inicio.