4 Etapa Camino Inglés: Bruma Sigüerio

4º etapa del Camino Ingles, como el hotel Barreiro donde me alojaba estaba algo alejado de Bruma y me quedaban mas de veinte kilómetros de recorrido solicite que me llevaran a Bruma para comenzar allí al jornada y ser fiel al recorrido original del camino.
Iniciamos el camino con las primeras luces del día, iba a ser una jornada larga, con un tiempo que según la previsión iba a ser malo, pero que durante el recorrido se comporto mejor de lo previsto. La lluvia y el viento acompañante hacían que la capota en muchos momentos no tuviera ninguna utilidad.
El camino alterna asfalto y pista agrícolas o forestales, estas últimas son muy agradables de recorrer y nos presentan algunas estampas de gran belleza. Como en los días anteriores hice acopio de agua y no me faltaron mis barritas energéticas, pero aproveche en cada oportunidad de avituallamiento, como por ejemplo en el Bar Novo en A Rua o el Bar O cruceiro en A Calle. En O Castro está el Bar Uzal que se encontraba cerrado el día que yo pase, enfrente y en los alrededores del Bar hay unas curiosas esculturas de un artista local. Tras Bar O Cruceiro no había más lugares donde tomar algo hasta llegar a Sigüeiro
En el camino encontraremos la Iglesia de San Pedro en Cabeza de Lobo, La Iglesia de San Pelayo (San Paio) de Buscas (A Rua) y la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced en A Calle. As i como, también, el pequeño puente medieval de Pereira.
Los últimos kilómetros de la jornada los hacemos por una pista paralela a la autovía, en algunos lugares con una pantalla de arboles en medio en otros no, son unos 4 kilómetros. Tras los mismos llegaremos al polígono industrial de Sigüeiro y tras pasarlo hay un cruce donde te puedes dirigir a el Alojamiento Vilanova que se encuentra a las afueras del pueblo en dirección A Coruña o terminar la ruta frente a la Casa del Concello de Sigüeiro, yo elegí esta opción.
Una vez acabada la ruta comí en el Bar-restaurante Miras, donde di buena cuenta de la comida que me ofrecieron. Una vez satisfecho mi apetito me dirigí a los Alojamientos Vilanova que se encontraban aproximadamente a un kilometro; mientras pagaba la cuenta comenzó a caer un diluvio que no cejo en toda la tarde. Tras una buena ducha pude lavar toda la ropa sucia que tenia acumulada de los dos días anteriores y salude a algunos peregrinos que me había cruzado en el día o con anterioridad. Ya tenía Santiago a tiro de piedra.