42a Edició Matagalls Montserrat 2021

Travesía no competitiva desde el Montseny hasta el Monestir de Montserrat.

Discurre por pistas de tierra y algunas de hormigón, senderos, caminos empedrados y calles asfaltadas.

No recomendable para condrópatas como yo. Sufrí dolores en las rodillas desde la primera bajada a Aiguafreda (km 11) hasta el final. Por eso en las bajadas tenía que reducir mucho el ritmo y acortar los pasos. Realmente se hizo muy duro. Especialmente duras, por la distancia ya recorrida, las bajadas de Matadepera y el tramo final de Vacarisses.

La zona final de subida al Montserrat se hace complicada por lo difícil del tramo y el cansancio acumulado, así como por la cantidad de gente que transita de subida y de bajada por el sendero que sólo es apto para el paso de 1 persona.

Hay que ir proveído de agua, alimento y complementos. Si no se hace el día que la organiza el CEG, es complicado reponer el agua (sobre todo por la noche), ya que no recuerdo haber pasado por fuentes.

Recomendable hacerla con bastones, aunque hay personas que no los utilizan en la travesía. En mi caso, por ser condrópata, imprescindibles y mejor 2 que 1.

Marcada el día que la hice por la lluvia al inicio, que hizo muy duro el tramo desde la Rovireta hasta el Vinardell. La lluvia complica la travesía al embarrarse los caminos, ya que el suelo se vuelve resbaladizo (ojo con las caídas) y al quedarse enganchada la arcilla al cazado incrementa el peso transportado.

En un par de puntos me he perdido y he tenido que deshacer el camino volviendo para atrás: antes de Sant Quirze de Safaja y en Matadepera. En el avituallamiento de Aiguafreda al inicio tuve que volver atrás y hacer un bucle para pasar el punto de control que había dejado atrás.

A destacar: la ruta en sí (todo un reto hacer 82 km), las vistas en varios tramos de la travesía pero destaco las de la subida al Pla de la Garga y el Coll de Matalunga, los tramos iluminados por la luna durante la noche (cuando no hay nubes claro…) y la subida, y sobre todo llegada, al Monastir de Montserrat. ¡Realmente emocionante llegar al final!

Pese a lo sufrida que es, espero que disfrutéis tanto como yo de la ruta. ¡Una experiencia inolvidable!