5 BUSCANDO GR 92 LEVANTE ALMERIA. RODALQUILAR - SAN JOSÉ

Tras desayunar iniciamos la marcha despuntando el sol en el horizonte marino. Rodeamos el hotel Naturaleza Spa Rodalquilar saliendo por el arcén de la carretera para tomar el primer camino de tierra que sale a la izquierda hacia el picudo cerro de los Guardias, atravesando campos de cultivo. Transitamos por un camino de rueda y vamos siguiendo las señales blancas y azules que fueron pintadas para este recorrido desde Carboneras.
Cuando bajamos junto al cerro de la Amatista tomamos un camino que desciende por el barranco del Negro hacia la bonita cala de los Toros. Podemos bajar junto al mar o seguir el sendero hacia la Isleta del Moro. En este lugar volvemos a encontrar ropa abandonada de personas que se juegan la vida cruzando el inmenso mar en pateras. Volvemos a subir para cruzar el palmeral que hay antes de llegar al cortijo de la Loma, ya en las proximidades del pueblo. En este lugar se advierte que quedan restos de aprovechamientos de agua dulce, lo que nos hace pensar que era un pequeño oasis. Cuando bajamos junto al cerro de la Amatista tomamos un camino que desciende por el barranco del Negro hacia la bonita cala de los Toros. Podemos bajar junto al mar o seguir el sendero hacia la Isleta del Moro. En este lugar volvemos a encontrar ropa abandonada de personas que se juegan la vida cruzando el inmenso mar en pateras. Volvemos a subir para cruzar el palmeral que hay antes de llegar al cortijo de la Loma, ya en las proximidades del pueblo. En este lugar se advierte que quedan restos de aprovechamientos de agua dulce, lo que nos hace pensar que era un pequeño oasis.
Llegamos a los Escullos por la playa del Arco, una de las mejor valoradas de Almería, y pasamos junto al pequeño poblado donde se encuentra el castillo de San Felipe. Dice la historia que la situación privilegiada de esta aldea dio la idea a Felipe Crame de crear un fuerte artillero.
Pasamos junto a la Punta del Esparto, donde varios riscos negros parecen luchar por salir del agua hacia el monte y vamos llegando a cala Chica y cala Cortada, bordeando este mar que se nos muestra transparente, azul, verde cristal y lleno de vida. Este es un lugar privilegiado para entender la riqueza del paisaje sumergido de Cabo de Gata. Su riqueza ecológica submarina es extraordinaria y, en 1995 fue creada la Reserva Marina de Cabo de Gata – Níjar, con el fin de proteger los recursos pesqueros que se extienden por una franja costera de más de 63 kilómetros, entre Carboneras y la desembocadura de la rambla de Retamar.
Tras pasar el collado de los Grajos descendemos al barranco del Tollo para cruzarlo. Hacia el mar sale un camino que lleva a una construcción y a la cala Cortada. Seguimos para pasar junto a una zona minera y transitamos junto a la casa del Tomate, junto a la Punta de la Hoya de la Torre. Rodeamos el cerro de la cala de la Higuera por la parte de levante y pasamos bajo la torre de Cala Higuera, construcción de vigilancia que da nombre a diversos topónimos de la zona. Todo este paisaje de cabezos, vaguadas y barrancos es espectacular. La combinación cromática de los dominios geológicos da al paisaje unos contrastes propios de manifestaciones artísticas; el camino se manifiesta en muchas ocasiones como una alfombra albar que va matizando los lomos revestidos de verde claro del entorno. Da la sensación de caminar por un escenario mágico.
Desde la última casa del caserío de las Casas de la Higuera, donde termina el camino de rueda en unos cortados blancos espectaculares, sale por encima de estos acantilados un sendero de herradura que va bordeando sobre el tajo aéreo de la roca desplomada y el terreno revestido de vida vegetal. Esta senda llega sobre el puerto de San José a las primeras casas que hay a pie de monte y entra en el pueblo por la calle de las Olas para llegar a la gran playa de San José.
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