6 BUSCANDO GR 92 LEVANTE ALMERIA. SAN JOSÉ - SAN MIGUEL DE GATA.

Salimos por el camino del Aguamarina rodeando el casco urbano hacia el sur, para entrar por el control de accesos en los límites del Parque Regional. Tras pasar la calle del Cerro Gordo, la que lleva a la urbanización de la Punta del Castillo, tomamos un pequeño sendero que va rodeando el cabezo del Cerro del Ave María para dirigirnos a la playa de los Genoveses . A las pocas decenas de metros de tomar la senda pasamos junto al Molino del Collado. Es una construcción que data del siglo XIX y ha sido restaurado en diversas ocasiones para mantener su conservación. Es un molino de viento, de características similares a otros que existen en el levante español, dedicado a la molienda de cereales.
Llegamos al principio de la playa por una senda, junto a unos bancales de cultivo, para acceder a la misma junto al viejo bunker defensivo que hay junto a la desembocadura de un pequeño barranco que baja desde el Rincón de Perico. La playa de los Genoveses es la segunda más extensa del Parque (tiene 1.180 metros de longitud) y está formada por una oscura arena que tiene este tono de color debido a su composición de andesita.
Lo fácil sería volver al camino principal y seguir por él nuestra ruta, pero es temprano, estamos descansados y el cuerpo nos pide guerra. Decidimos seguir las señales blancas y azules y subir por una senda de herradura al cerro del Barronal , macizo de cabezos que forman un circo de ramblas en esta zona del Campillo del Genovés. Al llegar al segundo collado se nos presenta una disyuntiva importante: Ventura viene desde el principio con la idea de caminar el borde marino que lleva a la zona de Mónsul y quiere bajar por la ladera del monte hacia la cala del primer barranquete. Antonio, solidario con él, decide acompañarlo. José Luís y yo queremos seguir las marcas del recorrido, quizá por no tener que mojarnos los pies.
El paso por la orilla del mar resulta ser espectacular (las fotos que nos mostraron así lo confirmaba); van caminando por las rocas lamidas por el agua en su continuo vaivén y atravesando cuatro calitas, hasta pasar por la playa del Barronal y llegar a la Punta de la peineta, inicio de la ensenada de Mónsul. En este espacio podemos disfrutar de estos acantilados volcánicos, los cuales están formados por sugerentes aglomerados, tipo de roca constituida por bombas volcánicas, englobadas en una matriz grisácea de cenizas de este tipo. Todo ello tiene su origen en las erupciones submarinas que se produjeron hace entre 10 y 12 millones de años. Nosotros coronamos varias pequeñas cimas del cerro para luego descender a un camino que nos llevan igualmente a la misma playa, en cuyo centro se encuentra un enorme mojón de roca negra que es conocido como la Ola , frente a la Punta de la Peineta, de características similares. También este lugar ha sido escenario natural para la filmación de varias películas.
Desde la playa de Mónsul salimos al camino de tierra frente al gran aparcamiento de vehículos, junto al edificio que se encuentra junto al camino. Dejamos si caminar le cabezo de la Punta de Mónsul y la bonita playa de la Media Luna, un espacio arenoso entre cerros negros que parecen querer lanzarse sobre el mar. Su nombre se debe a la forma que tiene, protegida por las cornisas negras y grises que se asoman hacia el mar.
Ya por el camino vamos ascendiendo hacia el collado que tiene la mayor altitud de este recorrido (186 metros). En el primer tramo de subida dejamos a la izquierda la última cala de San José a la que se puede llegar en vehículo motorizado. Se trata de la playa del Carbón, frente a Punta Redonda . Es obvio que su topónimo viene dado por el color de la roca, que es más destacable por la extraordinaria claridad de la arena. El camino pasa junto por el collado de Punta Colorada. En este lugar se encuentra un pequeño espigón rocoso y es la única sombra que encontramos para tomar un tentempié. El camino sigue para pasar junto al faro, por el cerro la Vela Blanca.
Al girar para rodear el monte, en la primera curva cerrada del camino, dejamos el vial principal para seguir un viejo paso. Así evitamos un tramo de duro firme para transitar por un suelo de tierra más agradable al caminante. Es verdad que llega un momento en que el camino finaliza y los senderistas han habilitado una trocha que desciendo por un pequeño barranco de nuevo al camino principal.
Poco a poco, nos vamos acercando a lugares construidos y de fácil acceso a los vehículos a motor. Nos aproximamos a Punta Baja, espolón entrado en el mar que separa las calas Arena y de las Sirenas. Varias construcciones se encuentran en este lugar, ya próximo al importante faro de Cabo de Gata . Esto quiere decir que llegamos a la dura civilización. A partir de este momento tenemos un tramo de más de dos kilómetros que hay que caminar sobre el estrecho arcén de una carretera con bastante tránsito rodado. Vamos rodeando el Cerro de San Miguel para llegar al poblado de la Fabriquilla. Artos de asfalto, descendemos a la orilla del mar para caminar un buen rato por la orilla del mar, sobre la suave arena. Cuando la carretera queda más cercana a la playa, frente al cortijo de la Testa, empieza el territorio de las Salinas de Cabo de Gata, espectacular humedal separado del mar por este brazo de tierra donde se asienta el poblado de la Almadraba de Monteleva. Si es temporada de presencia de aves acuáticas es recomendable acercarse a la orilla de las charcas de agua y observar la gran variedad de aves que por allí se encuentran.
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