9 A Rua-A Lavacolla-Obradoiro

26 de Mayo de 2014
Salimos animados a darle finiquito al Camino. Hoy es nuestra última etapa y va a ser la segunda mas larga de todas las que hemos hecho. Hoy llevara Lolo la furgo hasta Lavacolla y desde allí hasta Santiago la llevare yo. Tom y Licha van en la furgo hasta Lavacolla y desde allí partirán hasta el Obradoiro.
Caminamos hasta San Paio, nombre gallego de Pelayo, donde hacemos un pequeño descanso para seguir ya hasta Lavacolla de una tirada. Continuan su camino, ya con Lolo en el grupo, ascendiendo al monte do gozo. Yo voy al hotel, dejare las maletas, cogeré a Tom y Licha que estarán esperándome y volveremos a juntarnos todos a la bajada del monte en un bar llamado Tanqueiro.
Después de comer siguen su camino hasta el Obradoiro, mientras nosotros con la furgo subiremos hasta el monte do gozo al sitio llamado O Miradoiro, porque desde allí se divisan perfectamente las torres de la catedral a la sombra de dos figuras imponentes de peregrinos.
Regresamos al hotel y nos dirigimos al Obradoiro donde nos juntamos con el resto, le damos el abrazo al santo, vemos la catedral, oímos la misa de las 19,30 h y nos ponemos a la cola de la oficina del peregrino para obtener La Compostela. Gracias a las buenas artes de Covadonga y Begoña se resuelve este trance de una forma limpia y rápida.
Nos retiramos al hotel y los de buen saque volvemos a picotear algo a Porta Faxeira.
El día siguiente, 27 de Mayo, lo dedicamos a visitar la ciudad y a darnos el homenaje con una buena comida a base de marisco y arroz con bogavante brindando al final con una buena copa de 1866.
Terminaremos el día picoteando unos pocos percebes en O Gato Negro.
Nuestra andadura acaba el día 28 despidiéndonos de Manolo y Nacho que regresan en tren a sus destinos, mientras que el resto, después de comprar unos percebes y algún pescado en la plaza de abastos, cogemos rumbo a Oviedo. No paramos hasta las catedrales a tomar un refrigerio y ya en Vidayan dejamos a los asturianos no sin antes comernos los percebes que nos supieron a poco.
En Santander dejamos a Tom y Licha y por fin en Bilbao entregamos la furgo sin ningún problema, con la firme esperanza de repetir el próximo año si tenemos buena salud.