A la Peña del Seo, por Corporales y Mosteirós

Ruta circular de más de 23 kilómetros, que puede ser calificada de dificultad moderada alta, casi difícil, tanto por la distancia recorrida como por las dificultades sobre el terreno, agravadas por la inexactitud de los mapas o, más bien por la falta de adecuación a la realidad.
Tomamos al principio, guiados por el mapa de IGN, un sendero que finalizaba en un punto imposible de superar: el río Corporales. Tuvimos que desandar el camino, para coger, ahora sí, el camino que nos llevaría, en suave pero continua ascensión, atravesando un robledal, al abandonado pueblo de Corporales.
Desde aquí nos dirigimos hacia Peñacaira por un camino bien señalizado en el mapa del IGN, pero que, intransitado desde hace años, se ha cerrado completamente con una espesa vegetación, en la que, para nuestra desgracia, abundaban las zarzas. Así que, después de haber recorrido un tramo y de habernos peleado con la vegetación, tuvimos que volver a Corporales para, ahora por una carreterita que discurre entre castaños y por la que circula algún vehículo de higos a brevas (nosotros no vimos ninguno), dirigirnos a Mosteirós, pueblecito casi abandonado.
Desde aquí subimos por un camino, con una pendiente larguísima y muy pronunciada, que minó nuestra moral, hasta el collado que se encuentra al pie de la Peña del Seo.
Después de reponer fuerzas con unos bocatas y un trago de vino, iniciamos la ascensión, dura, por una senda entre los arbustos, con el suelo muy irregular y con bastante roca, hasta la cumbre de la mítica Peña del Seo.
La vuelta hasta el punto de inicio la hicimos por un camino que subía a la Peña del Gato y que enlazaba con la pista que nos llevó hasta el pueblecito de Corrales. Desde aquí, y por otro camino señalado en el mapa del IGN, pero muy poco marcado sobre el terreno, hasta el punto de que a veces se perdía, llegamos a Güimil. Desde aquí, por carretera bajamos al pueblecito de Serviz y, a continuación, por una senda que se está cerrando, regresamos al lugar donde habíamos dejado los coches.
¡Cansancio...! Por