A los pies del Macizo de Candina: Punta Yesera, Punta Lanzadoiro y la Ballena de Sonabia

Entre las villas cántabras de Laredo y Oriñón se encuentra el espectacular Macizo de Candina: un conjunto de escarpadas montañas cuyas laderas norte se precipitan abruptamente sobre el Mar Cantábrico en paredes verticales. La altura de todo este conjunto parece mayor de lo que dicen los números: eso se debe a que el macizo hunde sus raíces en el mismo mar en la cota 0, alzándose casi hasta los 500 en vertical.
Lugar de contrastes, cuenta con grandes hoyos, afilados picos y aéreas crestas, resultado todo ello de la acción del agua sobre la caliza a lo largo del tiempo.

Además, y por si fuera poco, todo este macizo montañoso acoge la mayor colonia de Buitre Leonado de todo el litoral cantábrico. Los buitres sobrevuelan estas costas ya acostumbrados a la presencia del mar Cantábrico, a pesar de ser una especie típicamente de montaña. Con más de dos metros y medio de envergadura, estas aves son capaces de volar durante horas aprovechando el viento. Una amplia comunidad de buitres nos reciben como grandes guardianes vigilando nuestra llegada dando un recital de vuelos magistrales rozando las paredes rocosas.

Magníficas playas rodean a esta sierra, como la de Valdearenas en Sonabia, la de Oriñón, o la más recóndita de San Julián, cerca de Liendo. El sector más conocido con diferencia son dos arcos naturales horadados en plena roca, desde los que se contempla una original panorámica del Cantábrico: se conocen como los Ojos del Diablo o Arcos de Llanegro. Otro fenómeno de la naturaleza es la Ballena de Oriñón, un cabo que a ras del mar se asemeja a una ballena que emerge a la superficie y que figura en algunos mapas como punta de Sonabia o cabo Cebollero.